
En el camino hacia una transición ecológica justa, la Unión Europea ha apostado firmemente por la reducción de emisiones de todos los sectores contaminantes. El 31 de diciembre de 2024 se cumplía el plazo máximo para que los países de la Unión Europea fijaran penalizaciones a las aerolíneas y suministradores de combustible que no cumplieran con la normativa europea ReFuelEU Aviation.
¿El objetivo?
Conseguir una reducción del 55% de las emisiones de efecto invernadero en 2030 respecto a niveles de 1990 y mantener un balance de emisiones cero en 2050. En esta descarbonización, de la que dependen la economía y nuestra salud, el transporte- y en particular- el marítimo y la aviación, ocupan un lugar primordial.
Para abordar esta transformación, desde este 2025, la normativa europea ReFuelEU Aviation obliga a aerolíneas y suministradores de combustible de los principales aeropuertos de la Unión Europea a suministrar los llamados combustibles sostenibles de aviación (SAF en inglés), que emiten significativamente menos gases de efecto invernadero durante su ciclo de vida en comparación con el queroseno fósil utilizado en este medio de transporte. ¿Cómo nos afecta esto? Este producto emite CO2 y partículas ultrafinas que afectan a nuestra salud y nubes de vapor de agua que atrapan el calor de la atmósfera y contribuyen al aumento de los efectos del cambio climático.
Los combustibles sostenibles a los que se refiere la normativa pueden ser de origen biológico, producidos a partir de cultivos o residuos, o de origen no biológico, producidos a base de agua, electricidad de origen renovable y CO2 capturado de la atmósfera. Como se recoge en el informe de ECODES “El futuro verde de la aviación en España«, los combustibles de origen no biológico son escalables y no presentan problemas de fraude, escasez de materia prima ni ponen en riesgo nuestra seguridad alimentaria.
Este año, los suministradores de combustible deberán incluir un 2% de SAF, que se incrementará progresivamente hasta un mínimo del 70% en 2050. Además, a partir de 2030, deberán proveer de al menos un 1,2% sintético del total requerido hasta alcanzar un 35% sobre el total de combustible sostenible en 2050. Debido a su geografía y clima favorable, España tiene una clara ventaja competitiva en su producción. La existencia de abundante energía eléctrica renovable y asequible, es esencial para la producción de hidrógeno verde, la base del queroseno sintético.
En caso de no suministrarse la cantidad de combustible sostenible fijada a partir de este año, el Reglamento establece una serie de penalizaciones establecidas por los 27 Estados Miembros. Según el informe “Implementación de la obligación de e-SAF en la Unión Europea», elaborado por T&E y apoyado por ECODES, el coste de no cumplir con las cuotas debía superar con creces el precio de producción del combustible sostenible para garantizar su adopción y enviar una señal clara a las compañías petroleras sobre las consecuencias de mantener el statu quo. En el caso de los biocombustibles, la sanción debería establecerse como mínimo en 4.000 euros por tonelada y para los combustibles sintéticos, entre 8.000 y 16.000 euros por tonelada.
Para que el sector avance, es imprescindible establecer penalizaciones significativas en todos los países, de manera que los países se comprometan a la descarbonización de la aviación de forma homogénea.
Los proyectos enfrentan barreras críticas para garantizar su viabilidad financiera. Si no logran alcanzar la Decisión Final de Inversión (FID, por sus siglas en inglés) para finales de 2025, corremos el riesgo de no contar con producción de combustible sintético en España para 2030.
Además de las penalizaciones a aerolíneas y suministradores, España debe desarrollar políticas de apoyo complementarias, como subvenciones financiadas por los ingresos del mercado de carbono de la UE que faciliten el desarrollo de los combustibles sintéticos y reducir el impacto de un sector que representa el 1,2% de las emisiones y que está previsto que no deje de aumentar. Solo así podrá posicionarse como líder en el desarrollo de soluciones sostenibles para la aviación, cumplir con sus objetivos climáticos y no seguir jugando con la salud de las personas.
Autores: Marcos Raufast García. Responsable de Aviación de ECODES (Fundación Ecología y Desarrollo) y Bosco Serrano Valverde. Responsable de combustibles sostenibles en Marítimo y Aviación de T&E
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