UGT denuncia que “no faltan trabajadores en el transporte, faltan personas que quieran ser esclavos”

UGT denuncia que “no faltan trabajadores en el transporte, faltan personas que quieran ser esclavos”
UGT denuncia que “no faltan trabajadores en el transporte, faltan personas que quieran ser esclavos”
UGT denuncia que “no faltan trabajadores en el transporte, faltan personas que quieran ser esclavos”

Redacción.- Hoy, Héctor Yágüez Martín, Secretario General de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Castilla y León y Juan Antonio Martínez Salvadores, responsable del Sector de Carreteras, Urbanos y Logística de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Castilla y León (FeSMC UGTCyL) han ofrecido una rueda de prensa para analizar la situación por la que atraviesa el transporte de mercancías y de viajeros en Castilla y León y las causas de la falta de conductores en el sector.

El secretario de FeSMC Castilla y León ha comenzado su intervención recordando que “el sector del transporte de mercancías ha sido esencial durante lo más virulento de la pandemia que hemos padecido” y, sin embargo, “siguen sin ofrecer unas condiciones de trabajo atractivas porque, pese a estar ya en el siglo XXI, padecen condiciones laborales que corresponden a otros siglos de la historia”.

Por su parte, el responsable del Sector de Carreteras, Urbanos y Logística que, además, es conductor profesional, ha querido comenzar agradeciendo su presencia a los medios asistentes para dar voz a los trabajadores del sector puesto que, hasta el momento, la mayoría de los medios solo se han hecho eco de las quejas de una patronal incapaz de encontrar trabajadores para sus empresas de transporte.

De hecho, la patronal culpa al elevado coste que supone el carnet de conducir vehículos pesados. Sin embargo, el precio del curso que capacita a los maquinistas de Renfe ronda los 24.000 euros y las academias tienen listas de espera. También lo achacan a las condiciones laborales que tenemos los conductores. Sin embargo, en palabras de Martínez Salvadores, adolecen de “cierto cinismo porque delante de los micros aluden a las duras condiciones laborales, convirtiéndose en trabajadores, pero luego se niegan a negociarlas para mejorarlas y vuelven a ser empresarios”.

La patronal asegura que los conductores cobran en torno a 1800 o 2200 euros, pero estos salarios incluyen gastos o dietas, porque la manutención y los alojamientos corren a cargo del trabajador, por lo que el sueldo medio que finalmente percibe el conductor ronda los 1300 euros en Castilla y León.

En palabras del responsable del sector de transporte de UGT, “las patronales han optado por la tarifa plana. Es decir, te pagan lo mismo trabajes unas horas u otras porque su salario siempre va a ser el mismo. Son varios los Reales Decretos que regulan nuestra actividad profesional. Esos reales decretos especifican que podemos conducir un máximo de 90 horas cada dos semanas.

Si un conductor trabaja esas 90 horas, al cabo de un año, un conductor puede llegar a trabajar 2150 horas de conducción anuales, más 20 horas de presencia (en tiempos de cargas y descarga) y añadir horas de otros trabajos relacionados con la actividad. Si firmamos en un convenio 1800 horas, el conductor deja de percibir una media de 700 horas anuales que tampoco cotiza para la seguridad social y el Estado deja de recaudar para sus arcas, por eso tampoco tenemos una jubilación digna”.

También ha acometido el problema del desequilibrio territorial que padece el sector en Castilla y León porque en nuestra comunidad existen 9 convenios sectoriales (uno por cada provincia). En cada provincia hay un sueldo y puede llegar a variar en torno a los 2500 euros anuales entre unas y otras. Burgos es la que recoge el sueldo más alto y León el segundo más bajo. Dentro de la comunidad, por tanto, existen empresas que se deslocalizan de una provincia a otra por este motivo.

En la misma línea, los últimos contratos obligan a la carga y descarga a los conductores sin abonarlas aparte, lo que supone, al menos, un par de horas más de carga de trabajo. Esto sucede a menudo antes o después de 10 horas de conducción lo que supone un peligro para sus propias vidas y para el resto de conductores.

Asimismo, es conocida la escasa o nula posibilidad de conciliación de vida laboral y vida personal de los trabajadores del sector. Un transportista internacional puede estar hasta 15 días fuera de casa y perderse momentos relevantes de su vida familiar. Si a esta circunstancia le sumamos la soledad que supone vivir a largas temporadas en una cabina de un camión de 4 metros cuadrados, el deterioro de la salud mental es evidente. Tampoco la mayoría de las áreas y de las cabinas están adaptadas a las mujeres, lo que afecta directamente al desequilibrio de ocupación en el sector entre hombres y mujeres.

Por otra parte, Juan Antonio Martínez Salvadores ha querido denunciar que el conductor es el último eslabón en la cadena del transporte, lo que conlleva que, si llega a una hora en la que no pueden atenderte en la empresa o almacén de recepción, se ven obligados a esperar e, incluso, a pasar la noche aguardando a que vuelvan a su horario y puedan atenderles y descargar la mercancía.

Según el sindicato, otra circunstancia habitual es la de que los mandos intermedios obligan a menudo a los conductores a saltarse la ley conduciendo más tiempo del debido a cambio de asumir la multa que conlleva.

No obstante, tal y como explica el portavoz de la organización sindical “si yo, como consecuencia de haber trabajado más tiempo del debido, tengo un accidente, la responsabilidad penal es mía y puede conllevar retirada del carnet y, por tanto, de mi medio de vida, y cárcel”.

Para finalizar, desde la FeSMC de UGT en Castilla y León han sido muy contundentes: “No faltan trabajadores. Faltan personas que quieran ser esclavos”. Y es que, hasta el momento, la Junta solo ha tratado de contribuir a la mejora del sector a través de una subvención, reclamada por la patronal y rechazada por los agentes sociales. para formar a conductores. De los 15.000 conductores que se necesitan, la junta concedió una ayuda para formar apenas a 42 alumnos en una autoescuela.

Por eso, el representante sindical ha reclamado que las ayudas deben servir para crear áreas de descanso dignas y adaptadas a ambos sexos, fomentar cursos de formación y prevención de riesgos laborales y ayudar a aquellos trabajadores que en la pandemia se quedaron en Erte.

Foto de archivo