30 años de los Juegos Paralímpicos: un punto y aparte en materia de accesibilidad

30 años de los Juegos Paralímpicos: un punto y aparte en materia de accesibilidad
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30 años de los Juegos Paralímpicos: un punto y aparte en materia de accesibilidad

Redacción.- La ciudad de Barcelona aprovechó la celebración de los Juegos Olímpicos para abordar las barreras arquitectónicas en el espacio público y en el transporte colectivo. Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 1992 supusieron un punto y aparte en el abordaje de la accesibilidad en todos los órdenes del espacio público en Barcelona , ​​y en especial en el transporte colectivo.

Las redes de metro y autobuses de TMB han recorrido desde ese lejano 1992 un denso camino para ofrecer cada vez más facilidades para personas con movilidad reducida. Hoy en día puede sorprender lo excepcional que durante los Juegos se movilizaran 88 autobuses adaptados, cuando actualmente todos los autobuses urbanos del área metropolitana lo están.

Con esos Juegos Paralímpicos también nació la expresión "accesibilidad universal", que sigue siendo la divisa para toda la ciudad y sus servicios a la ciudadanía, incluidos los de movilidad.

El papel del Institut Guttman

Cuando hablamos del papel que los Juegos Paralímpicos tuvieron en la mejora de las cuestiones de accesibilidad en nuestra ciudad –urbana, barreras arquitectónicas o en el transporte colectivo– no podemos dejar de mirar hacia el Institut Guttman. Y es que esta entidad de referencia en materia de neurorrehabilitación, creada en noviembre de 1965 por el empresario González Gilbey, es el mejor termómetro para medir los cambios que estos Juegos supusieron para la ciudad.

El Instituto Guttman fue designado Hospital Paralímpico de referencia durante los Juegos Olímpicos de 1992. Y el doctor Joan Vidal, especialista en medicina física, rehabilitación y experto en el tratamiento y rehabilitación de la lesión medular, fue uno de los médicos residentes. El doctor nos recuerda que "estos Juegos representaron muchos cambios en la sensibilidad hacia las personas con movilidad reducida por parte de la ciudadanía de nuestro país", ya que hasta ese momento "el hecho paralímpico era únicamente una anécdota voluntariosa dentro de la celebración de unos Juegos Olímpicos”. De esta forma, Barcelona y sus habitantes asumieron un papel de liderazgo sobre conceptos hoy en día totalmente integrados en nuestra sociedad como discapacidad o movilidad reducida.

Para el doctor Vidal, que desarrolló durante los Juegos diversas funciones de médico asistencial para la familia paralímpica, “ todas las administraciones y los ciudadanos coincidieron en ayudar a que Barcelona alcanzara un modelo de referencia para todo el mundo, no sólo en la Villa Olímpica, sino en toda la ciudad”, y destaca que aquellos Juegos facilitaron que todo el mundo entendiera la importancia que tenía participar de ese hecho histórico.

Especialmente importantes fueron los cambios en el aspecto de la movilidad, que por el doctor convirtieron la ciudad de Barcelona en una referencia: “La accesibilidad a los servicios públicos, al transporte, en definitiva los cambios introducidos en toda la arquitectura de la ciudad para facilitar a las personas con diversidad funcional poder disfrutar de todos los servicios, fue una de las apuestas más importantes de ese momento y facilitó que todo el mundo entendiera la importancia que suponía participar en aquellos Juegos”.

Joan Vidal también destaca que en la ciudad " este cambio arquitectónico y las innovaciones radicales en el transporte público hacia una accesibilidad para todos, fueron motivo de inspiración de muchos países europeos y americanos", lo que permitió introducir cambios en la movilidad general de las personas con discapacidad.

Las jornadas técnicas de 1989: primer paso en accesibilidad

El 18 de abril de 1989, el instituto organizó unas jornadas técnicas para tratar de desarrollar la sensibilización de la opinión pública y despertar la solidaridad de toda la sociedad hacia el colectivo de discapacitados físicos, de cara a la celebración de los Paralímpicos, que llegarían tres años después.

En aquellas jornadas se trató el tema de la necesaria mejora que entonces era necesario abordar en materia de accesibilidad al transporte colectivo. Así, la que fue tercera teniente de alcalde de bienestar social del Ayuntamiento de Barcelona de la época, Eulàlia Vintró, ya puso de manifiesto en su intervención la necesidad de “ modificar algunas condiciones actuales del transporte público”.Vintró habló en ese momento de un estudio elaborado por el entonces patrimonio municipal de disminuidos, con la colaboración de la ONCE, que tomó como referencia otros modelos internacionales para la mejora y normalización de la red de metros en cuestiones de accesibilidad. Este estudio ya proponía adaptar dos de las entradas y salidas de metro de todas las estaciones de la ciudad de Barcelona aprovechando la ocasión de los Juegos Paralímpicos.

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La inversión, que por aquel entonces estaba prevista entre 5.000 y 6.000 millones de pesetas para estas adaptaciones (unos 30 millones de euros actuales) preveía mejorar las condiciones de accesibilidad de un colectivo formado por cerca de 400.000 personas que estaban limitadas de movimiento permanentemente o de forma transitoria en la ciudad de Barcelona.

Lo que se habló en aquellas jornadas fue abordado por lo que se definió como plan de movilidad olímpica, cuyo objetivo era favorecer el uso del transporte público y la disuasión del vehículo privado, con una serie de medidas, algunas de coyunturales y otras más estructurales.

En materia de accesibilidad se realizaron diversas acciones en la estación de plaza Espanya (L1), epicentro de los Juegos Olímpicos por su ubicación al pie de Montjuïc, como fue la renovación de pasillos y vestíbulos. También la remodelación de los accesos de las estaciones de Vall d'Hebron y Montbau de la línea 3, y de Arc de Triomf de la línea 1, destacaron en aspectos relacionados con la accesibilidad.

Transporte en superficie

Sin embargo, el metro no fue el único medio de transporte colectivo que experimentó mejoras en criterios de accesibilidad. Y es que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) también adquirió autobuses adaptados para las personas con movilidad reducida. Dentro de estas incorporaciones, la más innovadora y relevante fue la adquisición de un nuevo modelo de autobuses de bajo suelo, concretamente de 20 unidades fabricadas por la empresa MAN, que tenían como característica principal que favorecían la accesibilidad personas con problemas de movilidad.

30 años de los Juegos Paralímpicos: un punto y aparte en materia de accesibilidad

Los vehículos no disponían de escalones e incorporaban una rampa para silla de ruedas. Su integración en el parque móvil de TMB significó un salto cualitativo en cuanto a accesibilidad y confort, al tiempo que permitió a los colectivos de discapacitados físicos la posibilidad de convertirse definitivamente en usuarios del transporte público. Los coches que se utilizaron durante los Juegos Paralímpicos posteriormente se integraron al servicio de las líneas 33 y 544.

Fotos: Instituto GUTTMAN y TMB