Las trabajadoras del transporte han sido las más castigadas por la crisis del COVID-19
Redacción.- La Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), ha presentado un informe en el que señala que las trabajadoras del transporte han sido las más castigadas por la pandemia de COVID-19, así como los confinamientos y restricciones que esta conllevó, que causaron estragos en los medios de vida de los trabajadores de todo el mundo, ya que las repercusiones de esta crisis se sienten aún, y se seguirán sintiendo durante un tiempo.
A pesar de que ha resultado difícil para todos, su impacto real ha sido profundamente desigual. Un nuevo informe sobre las repercusiones de la pandemia de COVID-19 en África Occidental y Central, publicado por la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), revela las repercusiones desproporcionadas que la crisis ha tenido para las mujeres trabajadoras del transporte.
El informe, Impact of Covid-19 on women transport workers in West and Central Africa (Las repercusiones del COVID-19 para las trabajadoras del transporte de África Occidental y Central), muestra cómo un número desproporcionado de trabajadoras perdieron su medio de subsistencia, se vieron obligadas a asumir muchas más responsabilidades domésticas y de cuidado no remuneradas y se enfrentaron a un aumento de la violencia y el acoso, tanto en el trabajo como en el hogar.
Las repercusiones de la pandemia para las mujeres trabajadoras son a largo plazo y podrían conducir a su exclusión sistémica de los empleos decentes del sector del transporte.
En Nigeria, una trabajadora ferroviaria explicaba cómo la despidieron de su trabajo:
“A la vuelta, los hombres se reincorporaron y a las mujeres se nos dijo que nos quedáramos en casa. Le pedimos al jefe: “por favor, permítanos volver, tenemos que alimentar a nuestros hijos”. Pero el jefe respondió: “No, usen lo único que tienen para conseguir lo que quieren, véndanse”.
En Senegal, una trabajadora de la marina mercante reveló el acoso laboral que las trabajadoras se ven obligadas a soportar para poder seguir ganándose la vida: “Como algunas trabajadoras tienen pocos recursos económicos... y muchas deudas... la mujer se verá obligada a ceder involuntariamente a algunos intentos de acoso”.
En Ghana, una responsable de Juventud y Género recibió información sobre el aumento de la violencia doméstica:
“Como las mujeres permanecieron confinadas en casa con sus cónyuges, muchas fueron víctimas de abusos por parte de ellos. Cuando hablo con las mujeres del sector marítimo, me dicen que buscan una vía de escape. Quieren salir de su casa y venir a trabajar”.
Otra trabajadora del transporte público en Ghana lamentaba cuánto perjudica a las mujeres la desigual carga en las tareas de cuidado de los hijos que se ven obligadas a asumir:
“No fue nada fácil compaginar el trabajo y el cuidado de los hijos, porque las escuelas estuvieron cerradas durante un año y es muy caro conseguir una niñera... Solo nos queda recurrir a los vecinos para que nos ayuden con los niños, pero no podemos hacerlo porque significa añadirles a ellos una carga más”.
Sin embargo, a pesar de los enormes desafíos, los sindicatos del transporte y las mujeres sindicalistas han seguido desempeñando un papel esencial y han logrado asegurar los medios de vida, garantizar el cumplimiento de las medidas de salud y seguridad y emprender acciones para hacer frente a la violencia y el acoso.
Este informe contiene cuatro recomendaciones urgentes que facilitarán la colaboración de los sindicatos con los Gobiernos y los empleadores para abordar las repercusiones de la pandemia para las trabajadoras del transporte, e integrarlas en la respuesta y la recuperación del COVID-19. También explica el modo en que los sindicatos pueden utilizar el Convenio 190 sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo como herramienta para ayudar a eliminar la violencia de los lugares de trabajo del transporte.
Estas recomendaciones cubren los retos específicos que enfrentan las mujeres trabajadoras, la forma de abordar las cuestiones relacionadas con la violencia y el acoso, de garantizar la igualdad de género dentro del movimiento sindical y de priorizar la perspectiva de género en las políticas de gestión de crisis. El informe completo se encuentra disponible aquí.
Foto: ITF
