ASTIC consigue el apoyo de asociaciones de transporte europeo en la iniciativa de "la vuelta a casa"

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Camiones estacionados
ASTIC consigue el apoyo de asociaciones de transporte europeo en la iniciativa de "la vuelta a casa"

Varias asociaciones europeas, como la de Portugal, República Checa, España y Polonia, han ratificado la importancia de la flexibilización del reglamento europeo. La preocupación por la deslocalización y las empresas buzón unen a todas las asociaciones con el objetivo de encontrar soluciones comunes.

La Asociación de Transporte Internacional por Carretera, (ASTIC), ha conseguido el compromiso de importantes asociaciones de transporte europeas, algunas de ellas miembros de la IRU, para apoyar la conocida como ‘vuelta a casa’. Este acuerdo revalida el trabajo realizado por la asociación en la lucha contra la rigidez del Reglamento 561 sobre tiempos de conducción y descanso. La iniciativa, impulsada en España y en Europa por ASTIC, ya ha sido presentada por la asociación a la comisaria de Transporte, Violeta Bulc. La ratificación por parte de asociaciones como la polaca, checa y portuguesa suma más fuerza a la propuesta en la que se pretende una flexibilización de los tiempos de conducción de los transportistas, hoy en día fijada con tiempos muy rígidos.

Jose Manuel Pardo, director técnico de ASTIC, ha manifestado que “el acuerdo se sostiene en base a la mejora de las condiciones laborales de los transportistas de larga distancia, para intentar que el descanso semanal se realice en casa y así mejorar la conciliación familiar y laboral de los trabajadores”.

En la reunión, que se ha mantenido en Varsovia esta semana en la sede la de la Asociación Polaca, ZMPD, también se han discutido otros asuntos que afectan a las empresas de transporte de mercancías internacionales, como es el caso de las empresas buzón y la deslocalización. Pardo ha apuntado que “este problema tiene alcance global, tanto para los países del este como países del oeste de Europa, por lo que es necesario una armonización de las normativas europeas”, a lo que ha añadido que “estas empresas afectan negativamente tanto a las condiciones laborales de los trabajadores como a la competitividad de la actividad empresarial del sector, ya que el problema radica en que no aplican ni el convenio laboral, ni se rigen por las leyes del verdadero país de origen en el que están operando”.