¿Cómo optimizar la carga útil de un remolque frigorífico?

¿Cómo optimizar la carga útil de un remolque frigorífico?
¿Cómo optimizar la carga útil de un remolque frigorífico?
¿Cómo optimizar la carga útil de un remolque frigorífico?

Redacción.- La optimización de la carga útil de los vehículos frigoríficos es, más que nunca, una cuestión primordial en un mercado en expansión. Y la crisis sanitaria nos lo ha recordado, tanto por los volúmenes como por la complejidad de los condicionantes, tal y como pone de manifiesto el transporte de vacunas.

Carga útil, ¿De qué estamos hablando?

La carga útil de un vehículo utilitario ligero (VUL) o de un camión es la diferencia entre la Masa Máxima Técnicamente Admisible y su Peso sin Carga. Una fórmula sencilla: CU = MMTA-PC

Nota: el valor del PC no figura necesariamente en el certificado de matriculación. Este valor es diferente al del volumen útil (expresado en m3), aunque ambos están relacionados. Además, podemos tener en cuenta que cuanto más pesado sea un vehículo sin carga, menor será su carga útil.

Optimizar la carga útil, una necesidad creciente

Con un mercado mundial de la logística del frío que lleva varios años creciendo (de 6.300 millones de euros en 2018 a 10.000 millones de euros en 2025 solo en Francia), la cuestión de la carga de los vehículos también ha cobrado importancia ante un contexto normativo más estricto. Porque las limitaciones legislativas relativas a la contaminación se han ido endureciendo progresivamente en Europa: control de las emisiones contaminantes y del ruido de los vehículos, Zonas de Bajas Emisiones (anteriormente Zonas de Tráfico Reducido), etc. Dado que los vehículos no pueden apilarse por razones económicas obvias, hay que esforzarse para que su uso sea lo más eficiente posible. Por otra parte, la evolución más cíclica de la distribución alimentaria, como el regreso de las tiendas de proximidad a las zonas urbanas y el auge de las entregas y servicios a domicilio, multiplican por diez la necesidad de vehículos frigoríficos (camiones, VUL, etc.), lo que hace que la optimización de los volúmenes transportados sea una cuestión esencial.

¿Qué vías hay que explorar para los camiones frigoríficos?

Para iniciar un proceso de optimización de la carga útil, primero podemos examinar las buenas prácticas:

Persecución sistemática del objetivo del 100% de carga, que a veces puede implicar la adopción de las últimas técnicas de paletización:

Implantación de un proceso para localizar los desplazamientos «ligeros» o vacíos, que también puede implicar la adopción de un software de optimización de rutas, ya que la gama de productos disponibles en el mercado es cada vez más amplia y eficiente;

Comprobación periódica de los equipos de refrigeración, pero también de equipos como las juntas de aislamiento;

La eco conducción, formar a los conductores para que conduzcan adecuadamente, por supuesto, pero también para que optimicen las pérdidas de energía relacionadas con la apertura de puertas y los tiempos de entrega, etc.

Más allá de eso, mantener un alto nivel de carga útil es un objetivo común para fabricantes y transportistas. Por ello, el consumo de los camiones frigoríficos es objeto de un trabajo en profundidad a través de las energías alternativas. Su diseño y transformación son también vectores de innovación, y el auge de las estructuras autoportantes es un ejemplo perfecto: adaptable a diferentes chasis, el suelo, a menudo de aluminio, puede preservar o incluso maximizar la carga útil. Estas soluciones ya se han probado en los vehículos de combustión interna 3t5, que ahora tienen una carga útil de una tonelada. Esto es posible desde hace varios años. También pueden utilizarse con vehículos de energías alternativas, claro está.

Las innovaciones también afectan a la propia unidad de refrigeración

Además, la unidad de refrigeración también es objeto de numerosas iniciativas, que se destacaron en la última edición de la feria internacional Solutrans. Para producir frío con mayor eficiencia energética y optimizar así el volumen y la capacidad de carga, estamos viendo la aparición de unidades más compactas y de nuevas tecnologías, como la hidroeléctrica o el nitrógeno criogénico. Las opciones de embotellamiento o los productos AEE (de «Alta Eficacia Energética») también son relevantes, en función del tamaño y el uso de los vehículos, por supuesto.

Por último, el equipamiento del vehículo también desempeña un papel: mejor dimensionamiento de los compartimentos mediante tabiques fijos y/o elevables, sistemas de estanterías, etc. No hay que olvidar los fundamentos de la seguridad, como los raíles de acoplamiento, que son útiles no sólo para asegurar, sino también para distribuir mejor las mercancías transportadas, y las aplicaciones «comerciales» (por ejemplo, armarios y ganchos para la carne).

Todos estos elementos aumentan la eficiencia de los vehículos refrigerados, independientemente de su tamaño.

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