
El sector del transporte por carretera, tanto de viajeros como de mercancías, es esencial para desarrollo de social y económico de un país. Pero, así como nadie concibe que no haya un servicio de autobuses urbano o de escolares, por ejemplo; no existe en el ciudadano, en general, la misma percepción sobre la necesidad del transporte de mercancías.
Bien es cierto que, durante la pandemia, se despertó ese sentimiento de servicio esencial cuando el ciudadano vio que los lineales de los supermercados estaban abastecidos. Sin embargo, aquella sensación, parece que se ha ido diluyendo, porque el transporte se enfrenta a problemas muy serios que no se están atendiendo con la urgencia que requieren.
Más de la mitad de los conductores profesionales tienen más de 50 años, la media supera los 47 y no hay relevo generacional»
Por ejemplo, la escasez de conductores. El asunto no es baladí. Más de la mitad de los conductores profesionales tienen más de 50 años, la media supera los 47 y no hay relevo generacional.
Existen enormes dificultades para encontrar conductores y muchas empresas tienen camiones parados por este motivo. En la Región de Murcia la preocupación es muy seria, pues en la campaña hortofrutícola de invierno, a punto de comenzar, el sector no va a poder garantizar todos los servicios que se requieren.
Ante esta circunstancia, que no es exclusiva de España -la Unión Internacional de Transporte por Carretera, la principal organización mundial que representa los intereses de los transportistas cifra esta carencia en 600.000 conductores en toda Europa- no vemos que exista un plan urgente que pueda hacer frente a esta situación, ni en la Unión Europea ni en España. Lo más preocupante es que, la solución al problema es compleja y llevará tiempo, un tiempo que hemos perdido incomprensiblemente porque lo llevamos denunciando muchos años.
Cuando se intente reaccionar será muy tarde y los daños que se habrán ocasionado, inimaginables»
Cuando se intente reaccionar, que será cuando se rompa la cadena de suministro y no haya productos de primera necesidad en los supermercados, no se repongan a tiempo las piezas de recambio, o no recibamos las compras por internet, será muy tarde y los daños que se habrán ocasionado, inimaginables.
La Unión Europea, plagada de burócratas, está en otros quehaceres, como la defensa de la electrificación de los vehículos, a todas luces imposible en los plazos que se pretende, pues ni existe la infraestructura de recarga que se precisa, ni los vehículos actuales pueden dar respuesta a las necesidades reales. Pero eso sí, tendremos que pagar por los derechos de emisión, que es como el impuesto revolucionario.
Por lo que al sector del transporte de la Región de Murcia se refiere, nos preocupan enormemente los efectos del recorte progresivo del agua del Transvase Tajo-Segura. Del Trasvase depende directamente, al igual que la agricultura, el sector del transporte frigorífico que con más de 12.000 vehículos constituye la flota más importante de Europa.
Esperemos que, en todos los problemas planteados, impere la sensatez y los poderes públicos se impliquen para solucionarlos.
*Este artículo de opinión se publicó en la Revista Tierra de Empresas.



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