La Asociación Nacional de Empresas de Transporte de Vehículos TRANSPORTAVE, ha realizado un estudio en colaboración con Iuris Corporate y Pymetrans en el que analiza y denuncia la «Situación de precariedad en el transporte de vehículos”, que padecen a diario los transportistas y conductores profesionales del transporte de vehículos por carretera, en el que pone sobre la mesa una profunda reflexión sobre las condiciones en las que tienen que realizar su trabajo en un sector tan específico.
Las conclusiones del estudio:
«Transportave, como asociación representativa del transporte nacional de vehículos, desea poner de manifiesto la grave situación de precariedad que atraviesan los transportistas y conductores de portavehículos en el desempeño de su labor diaria, especialmente en lo relacionado con esperas, operaciones de carga y descarga en campas, fábricas y concesionarios.
Así como la situación a la que se enfrentan tanto el transportista como el conductor y que por ende tiene repercusión en la dificultad de crecimiento y estabilidad para pymes y autónomos en el futuro inmediato del sector.
1.- Instalaciones insuficientes en los centros de carga y descarga
En la mayoría de los centros de carga y descarga hay carencias importantes tales como:
.- Ausencia de zonas de espera habilitadas
.- Falta de espacios específicos para carga y descarga
.- Condiciones de acceso y permanencia inaceptables en numerosos casos
.- Baños portátiles inmundos, sucios y en pésimas condiciones
.- Aparcamiento de camiones con graves dificultades, no se puede aparcar en las inmediaciones sin obstaculizar la vía pública y ocasionar el consiguiente peligro para el tráfico, además del riesgo de denuncia por parte de las autoridades
.- Esperas interminables sin áreas de confort
.- Situación en zonas de urbanizaciones donde no se puede aparcar, hay que hacerlo en sitios no permitidos, generando conflictos con los vecinos y la policía
Esta situación no solo vulnera la dignidad profesional del transportista, sino que también repercute en la calidad del servicio prestado y en la seguridad global de la cadena logística. En un sector esencial para el abastecimiento del país, resulta inadmisible que quienes garantizan el transporte de mercancías no dispongan de las condiciones mínimas para ejercer su labor con respeto, seguridad y profesionalidad.
2.- Operaciones en concesionarios y vía pública
En los concesionarios, especialmente en entornos urbanos, la situación es alarmante:
.- No se dispone de áreas específicas para la carga y descarga
.- Los conductores se ven forzados a operar en la vía pública, exponiéndose a riesgos para su seguridad física, la mercancía y terceros, así como controversias y responsabilidades legales en caso de accidentes o daños.
3. Acceso a los centros de carga y descarga
.- Los camiones portavehículos, debido a su gran altura y longitud (Hasta 20,75 metros de largo y 4,5 metros de alto en carga), requieren accesos especialmente planificados y adaptados que permitan maniobrar con seguridad y eficiencia.
.- Para garantizarlo, los responsables de los centros, en coordinación con los operadores logísticos, deben proporcionar información clara, precisa y actualizada sobre las condiciones de acceso, evitando así riesgos innecesarios y pérdidas de tiempo.
.- En aquellos casos en que la entrada resulte tan complicada y llena de riesgos, es fundamental que se ofrezcan alternativas viables y que se asuman las consecuencias derivadas de la falta de previsión o de información insuficiente, evitando que la responsabilidad recaiga únicamente sobre el conductor.
.- Por todo esto no se puede hacer responsable al transportista, cuando para acceder a estos centros se hace a través de zonas residenciales llenas de árboles y calles en los que en muchos casos, bien sea por falta de poda o por avenidas estrechas, se producen daños de los que no se pueden responsabilizar al transportista. La alternativa debe ser facilitada por el operador o fabricante.
4.- Carencias en campas y fábricas
En la mayoría de campas y fábricas, las esperas se desarrollan en las siguientes condiciones:
.- Sin aseos adecuados
.- Sin duchas
.- Sin salas de descanso o áreas de confort para los conductores
Además, las operaciones de carga y descarga presentan:
.- Complejidad creciente, en lugar de simplificación
.- Ausencia de compensación económica adecuada por tareas adicionales
Sobrecarga de responsabilidades que recaen en el conductor:
.- Manipulación y desplazamiento interno de vehículos en dispersión
.- Asunción de riesgos por falta de componentes u objetos que componen la dotación de los vehículos y que cada vehículo tiene unos componentes internos diferentes que no siempre el transportista conoce, lo que pueden derivar en responsabilidades injustas contra el transportista
Es evidente que existen campas ampliamente conocidas por toda la cadena logística en las que, al llegar el transportista, no se le permite el acceso. Ante esta situación, se ve obligado a trasladarse a algún polígono cercano, continuar a pie y dejar la mercancía con el camión estacionado en cualquier lugar, para posteriormente regresar a recogerlo una vez que recibe la autorización para proceder con la descarga.
Con todo lo que esto representa en estrés, esperas en malas condiciones y riesgo tanto para la mercancía, como para el camión junto a la fatiga añadida al conductor.
5.- Demandas
El transporte de vehículos se encuentra en una situación insostenible, en la que los conductores:
.- Trabajan sin condiciones mínimas de seguridad cuando trabajan en vía pública realizando la tarea de carga o descarga
.- Realizan tareas que en otros ámbitos del transporte por carretera están prohibidas
.- Soportan responsabilidades económicas y legales que no les corresponden lo que genera una situación injusta
Por ello, Transportave solicita de forma urgente:
1.- Habilitación de áreas seguras de espera y descanso en campas, fábricas y concesionarios
2.- Creación de espacios adecuados para carga y descarga, evitando maniobras en la vía pública
3.- Definición de protocolos claros de responsabilidad ante daños o incidencias
4.- Remuneración justa por las operaciones de carga y descarga, actualmente impuestas sin compensación
Todo esto hace mucho más complicado el acceso de nuevos conductores, que cubran las necesidades del sector, y además pone en verdadera desventaja al sector del portavehículos, frente a otro tipo de transportes.
(1).- El conductor:
Conduce
Carga y descarga
Busca
Perita
Vigila
Entrega los vehículos
(2).- El transportista sea autónomo o sea p asume parte de los daños, bien sea por error de verificación, por daño de manipulación, por una verificación deficiente, en muchos casos por cargas en circunstancias adversas de climatología, de luz, por presión para recoger documentación, por defectos de construcción que se confunden con daños, por daños inapreciables que desde el concesionario los miran con lupa y que el transportista no puede detectar en el momento de realizarla labor de carga o descarga ya que no tiene los medios que el receptor, por estar los vehículos relativamente sucios, etc…
(3).- Por diversas circunstancias el propio transportista es el que asume en la gran mayoría de los casos los tiempos de espera, soportando una gran pérdida económica, puesto que estos tiempos de espera repercuten directamente en la producción, asunto este, que tendremos que valorar con rigor puesto que además tenemos regulación sobre ello y en muchos casos las esperas son superiores a 3 o más horas
6.- Conclusiones
Esta situación hace que, de no tomar parte todos y establecer protocolos que hagan que el conductor y transportista tengan menor carga de riesgo, cada vez será más difícil y complicado poder encontrar conductores nuevos que quieran asumir todos estos riesgos.
Así como transportistas que estén dispuestos a invertir en vehículos de estas características, que todos sabemos lo que cuestan, y que no se pueden utilizar más que para este tipo de transporte. Todo ello sin tener en cuenta que no hay ningún tipo de garantía sobre el volumen de trabajo, que en este caso también es un hándicap importante.
Con todo ello, y sin entrar a valorar en qué porcentaje real este nivel de estrés representa un riesgo para la seguridad vial.
Es innegable que contribuye a la aparición y agravamiento de enfermedades profesionales. Algunas de estas, aunque aún no estén reconocidas como debieran, son muy reales.
Por tanto, podemos concluir que condicionan la vida presente y futura de los profesionales de la carretera.
Desde Transportave estamos a plena disposición para colaborar en la mejora de este tipo de transporte. Sin embargo, tal como exponemos rigurosamente en este informe, no podemos aceptar que el costo final de todo esto lo paguen los transportistas, tanto empresas como autónomos, sin que la cadena logística asuma sus responsabilidades, tanto económicas como de infraestructura. Solo así este trabajo podrá generar seguridad y valor añadido, creando un entorno capaz de atraer savia nueva al sector».
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