Los sindicatos mayoritarios del país están disputando alguna suerte de competición y tienen a todos los trabajadores del sector como espectadores, pero como unos espectadores muy especiales, pues nos han alineado para que juguemos su partido.
Llevamos muchos años en esta lucha por la consecución del adelanto de la jubilación. Recordad cuando recogíamos firmas por las bases y las cabeceras y nos tildaban de estar escribiendo la carta a los reyes magos.
Nuestro objetivo era, entonces igual que ahora, que las personas conductoras profesionales pudieran adelantar su acceso a la jubilación mediante coeficientes reductores, debido a los riesgos y patologías que todos conocemos. No nos importaba quién se hiciese la foto, que siempre hemos sabido que no íbamos a ser nosotros, sino que se lograse nuestro fin.
El pasado 21 de octubre, en la sede de CC.OO., los representantes de la negociación de ambos sindicatos nos explicaron que nos enfrentábamos a un procedimiento en dos fases. La primera, en la que estamos, consistía en lograr que la patronal (las patronales, es más exacto) accediera a presentar la solicitud de la aplicación de coeficientes reductores; la segunda, hacer que el Gobierno gestione satisfactoriamente dicha solicitud. Así, las jornadas de huelga que empezaban una semana después, el pasado 28 de octubre, estaban dirigidas a presionar a la patronal y, cuando esta firmase, sería el tiempo de trasladar la presión al Gobierno de la Nación.
En los últimos días, UGT ha logrado llegar a un acuerdo con las patronales del sector de tal modo que, en cuanto el Gobierno acabe de tramitar una ley que ya está en las últimas fases antes de su publicación (ellos estiman que se hará sobre el mes de febrero de 2025), se cursará la solicitud. Han llegado al acuerdo que se pretendía en esta primera fase.
Ahora bien, CC.OO., por contra, aduce que confiar en la tramitación de la ley por parte del Ejecutivo supone asumir el riesgo de que, por cualquier razón, se demore más de los tres meses previstos y nos quedemos en el limbo por tiempo indeterminado.
Así que, aquí estamos los que llevamos más de doce años peleando por esto, delante de una vecina pesada que nos pregunta si queremos más al tito o a la tita. Pues mire usted, nosotros queremos a nuestros papás. Queremos que la jubilación se adelante todo lo que sea posible. Y si es con los acuerdos de unos o de otros, nos es indiferente.
Se ha conseguido que la patronal acceda a solicitar la aplicación de coeficientes reductores, que era lo que se pretendía conseguir con estas jornadas de huelga. Si el Gobierno tarda más de lo prometido en contestarnos, iremos contra el Gobierno. Si el Gobierno nos da una respuesta insatisfactoria, iremos contra el Gobierno. Si el Gobierno nos propone unos coeficientes que consideremos insuficientes, iremos contra el Gobierno. Eso fue lo que nos dijeron CC.OO. y UGT, dados de la mano, hace poco más de un mes y ese es el camino que creemos que debemos tomar.
Estamos luchando junto ellos por un beneficio común, pero no les debemos pleitesía.
Desde PSI defendemos que tanto la huelga como el trabajo son derechos recogidos en la Constitución aunque, en esta ocasión, NO apoyamos estas jornadas de huelga porque entendemos que se ha conseguido lo que las motivaba.
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