“No habrá servicio de autobús el 5 de diciembre”. Con esta fuerza, los representantes de CIG, UGT y CCOO anunciaron ayer miércoles en rueda de prensa la convocatoria de una huelga de cuatro días para este mes de diciembre en el transporte de viajeros por carretera en la provincia de A Coruña como respuesta a la paralización en la negociación del convenio colectivo.
El calendario de huelga, acordado por unanimidad en las asambleas de trabajadores, comenzará este viernes 5, continuará los días 12, 15 y 19 de diciembre y afectará a todo el servicio, excepto a la Compañía de Tranvías de A Coruña, que cuenta con su propio convenio.
Para dar mayor visibilidad a sus reivindicaciones, el próximo viernes la plantilla también se movilizará frente a las estaciones de autobuses de A Coruña, Santiago de Compostela y Ferrol.
Además, en caso de que no se produzcan avances en las negociaciones, las organizaciones sindicales ya han anunciado que cerca de Navidad convocarán una huelga indefinida hasta lograr un acuerdo decente, con aumentos salariales dignos y una mejora real de las condiciones de trabajo.
Mejoras en la jornada laboral, los salarios y la conciliación de la vida laboral y personal
El portavoz de la CIG en la mesa de negociación, Ernesto López Rei, criticó que el convenio provincial del transporte carretero de pasajeros (que regula a unos 3.000 trabajadores) esté paralizado desde hace cuatro años por la inacción de la patronal, que no ha ofrecido más que un miserable aumento del 1,2% para 2025, pero sin querer tocar ningún otro aspecto.
Este convenio, señaló, ha quedado obsoleto y ya ha sido sustituido por la legislación laboral en cuestiones como el control de la jornada laboral o la conciliación. Por lo tanto, una de las principales demandas del personal del sector es la regulación de la jornada laboral disponible para las empresas y la adecuación de los artículos del convenio a la legislación vigente en materia de registro y control horario.
Como hace 10 años
“Seguimos como hace diez años”, rechazó López Rei, quien señaló que con esta huelga “también queremos sacar al personal de acompañamiento del transporte escolar de las condiciones de esclavitud en las que se encuentra”. Un colectivo, aclaró, altamente feminizado y muy precario que sufre “contratos de 114 minutos al día y se lleva a casa salarios de 250 euros”.
En el aspecto económico, exigen un aumento digno de los salarios (en 2025 los salarios quedaron congelados) y la introducción de una cláusula de revisión del IPC real «que permita garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo frente al alto coste de la vida».
Asimismo, incorporar y actualizar los derechos en materia de permisos “para poder conciliar” y pactar mediante convenio que el personal trabajador pueda acceder a la jubilación parcial, “que es la única modalidad que podemos concertar vía negociación colectiva, para que no tengan que aguantar hasta los 67 años tirados en las carreteras”.
Mejorar las condiciones laborales, afirmaron, permitiría el relevo generacional en el sector, que cuenta con una plantilla con una media de edad elevada, y en el que las empresas se quejan día tras día de la falta de mano de obra.
Complicidad de la Xunta de Galicia
Durante la comparecencia, el representante de la CIG ha reclamado a la Xunta de Galicia, como titular de los contratos, que se implique y trabaje para desbloquear la negociación del convenio «que la patronal tiene secuestrado», facilitando un acuerdo que permita desconvocar la huelga.
López Rei se pronunció, denunciando la ineficacia del Gobierno gallego y reiteró que la administración no puede tolerar que empresas privadas jueguen de esta manera con un servicio público de primera necesidad como la movilidad. Acusó a la Xunta de ser cómplice de la patronal, perpetuando con su pasividad la precariedad laboral en este sector y mostrando un desprecio total por los usuarios que se quedarán sin servicio debido a la huelga.
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