El empresario Ian Cox lleva varios años dedicado a la compra-venta de mercancía y su transporte en el continente africano. En 2012 consigue un lucrativo contrato de las Naciones Unidas: el transporte de equipos de Sudáfrica al sur de Sudán. En su viaje hacia el norte deberá pasar un sinfín de controles y hacer frente a funcionarios que aceptarán sobornos.
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