¿Cómo superar el jet lag durante las vacaciones?

Al viajar entre husos horarios y pasar demasiadas horas en un avión, nuestro cuerpo puede verse afectado por la descompensación horaria o síndrome desincronosis, más conocido como jet lag

Al viajar entre husos horarios y pasar demasiadas horas en un avión, nuestro cuerpo puede verse afectado por la descompensación horaria o síndrome desincronosis, más conocido como jet lag

 Normalmente, las vacaciones de verano es el periodo de descanso más largo y cuando se suele juntar más días libres. Por eso, muchas personas deciden hacer viajes a más distancia, sin preocupaciones por perder más horas en un avión. Estos viajes suelen ir acompañados del famoso jet lag, un trastorno que se produce por el desajuste entre los ritmos circadianos del cuerpo -o “reloj interno»»- y el horario del lugar de destino.

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El jet lag empieza a ser notable en viajes en los que se atraviese más de 5 husos horarios, y los síntomas serán más notables cuantos más crucemos. Sin embargo, hay ciertas medidas que ayudan a prevenir o a minimizar los efectos de este desajuste horario. AirHelp, la plataforma online líder que ayuda a los viajeros en sus reclamaciones aéreas por retrasos, cancelaciones o denegaciones de embarque provocados por las compañías aéreas, proporciona a los pasajeros algunos tips para hacer frente al jet lag:

   1. Sincronización de cuerpo y mente con el sol

El reloj corporal está totalmente relacionado con el sol: se sincroniza con los periodos de luz y oscuridad del lugar de residencia y los horarios en los que se está habituado a realizar las actividades diarias. Así, se consigue estar activo por el día y más relajado para poder dormir por las noches. 

Para atenuar el cambio, conviene ir adaptándose al horario del destino unos días antes de viajar. Para viajes hacia el este, es recomendable adelantar poco a poco la hora de dormir durante varias noches. Por el contrario, para vuelos al oeste, es mejor ir atrasándola. 

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   2. “Permanecer»» en el horario de destino

Durante el vuelo y al llegar a destino, es mejor obligar al cuerpo a mantenerse en el nuevo horario para cambiar el reloj corporal cuanto antes. 

Si en el transcurso del vuelo, en el destino es de día, es recomendable mantenerse despierto. Para ello, la cafeína es un gran aliado -aunque se aconseja no superar el consumo habitual-. Por el contrario, si en destino es de noche, duerme durante el vuelo. En este caso, tomar pequeñas dosis de melatonina puede indicar al cerebro que es hora de descansar. 

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Al llegar a destino, si es de día, hay que hacer todo lo posible para no dormir a deshoras. Puedes optar por entretenerte con actividades o darte una ducha fría para así mantener el cerebro activo. En cambio, si la llegada se produce por la noche, es mucho más fácil adaptarse al horario -siempre y cuando no hayas dormido en el avión. Aún así, un baño de agua caliente ayuda a conciliar mejor el sueño. 

   3. Evitar comer durante el vuelo

Aunque a más de uno le llame la atención la comida que se sirve en los aviones, se recomienda evitar ingerir ciertos alimentos durante los vuelos, especialmente aquellos que contienen un alto nivel de carbohidratos rápidos, aceites demasiado procesados o aditivos. Espera a disfrutar de la gastronomía local durante tu viaje para hacer comidas más copiosas.

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   4. Mantener una buena hidratación

El ambiente seco y la altitud del avión hacen que el organismo consuma más líquidos. Además, la deshidratación puede empeorar los síntomas del desfase horario. Por ello, es importante beber suficiente agua.    

Las bebidas alcohólicas no son una buena opción para paliar la sed, ya que puede empeorar la calidad del suelo y aumentar la deshidratación. 

5. Ten tiempo para acostumbrarte al nuevo horario 

En la medida de los posible, al recorrer grandes distancias y cruzar distintos husos horarios, es recomendable tener unos días de adaptación, tanto a la ida -al empezar con las excursiones programadas- como a la vuelta -antes de reincorporarse al puesto de trabajo-. Por ello, se recomienda dejar unos días libres para que el cuerpo pueda adaptarse al nuevo horario. 

En destino, trata de ajustar tu reloj biológico lo antes posible con el horario local, cenando y comiendo regularmente a las horas correspondientes e intentando estar al aire libre durante las horas de luz.

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