Dräger, compañía internacional líder en tecnología médica y de seguridad, ha presentado en la sede de Fundación MAPFRE su campaña “Si bebes, no arrancas»», una iniciativa que busca reducir la siniestralidad vial derivada del consumo de alcohol mediante la implantación progresiva del alcoholímetro antiarranque.
La campaña se lanza en un momento crítico, con millones de vehículos a punto de iniciar sus desplazamientos estivales y con datos preocupantes sobre la evolución del consumo de alcohol al volante. Entre 2018 y 2022, los accidentes en los que el alcohol estuvo implicado aumentaron un 20,3% y causaron un total de 6.481 víctimas solo en 2022, lo que supone un incremento del 16,1% respecto a cuatro años antes.
Implantar el alcoholímetro antiarranque en vehículos de transporte de mercancías y autobuses tiene un impacto potencial directo y medible en la seguridad vial: permitiría evitar cada año hasta 960 siniestros, salvar más de 80 vidas, reducir 126 heridos graves y hasta 1.246 heridos leves, atendiendo a los datos de siniestralidad de 2023.
Además, podría generar un ahorro anual superior a los 220 millones de euros anuales en costes humanos y materiales. Todo ello con una inversión que, de ser subvencionada por el Estado para las flotas profesionales, se amortizaría en menos de cinco años.
Esta tecnología ya se ha implantado con éxito en países como Suecia, Bélgica, Finlandia o Francia; en este último país, Dräger lideró la asesoría a las autoridades en materia de capacitación técnica de personal y en el diseño de un calendario ambicioso pero realista para instalar este dispositivo en miles de vehículos profesionales.
Aunque España cuenta desde 2022 con una ley que obliga a instalar estos dispositivos en autobuses y vehículos de transporte de pasajeros, la falta de desarrollo reglamentario y de controles hace que apenas se aplique.
“No estamos pidiendo algo imposible ni futurista. Estamos hablando de una tecnología que ya existe, probada, fiable, fácil de usar y lista para salvar vidas hoy mismo. Solo pedimos que se cumpla la ley y que se aceleren los plazos de implantación«», ha señalado Daniel Fisac, director de la unidad de negocio de seguridad de Dräger para Iberia. “Cada accidente causado por una persona que ha bebido y decide conducir es evitable. Y cuando algo es evitable, no actuar es poco responsable»», ha subrayado Fisac: “con esta campaña queremos abrir un debate público no solo técnico, sino ético, social y político, evitando así muertes que nunca deberían ocurrir»».
Durante el acto, se ha hecho una demostración del funcionamiento del dispositivo Dräger Interlock, un alcoholímetro con inmovilizador que impide que el vehículo arranque si el conductor da positivo en alcohol. El dispositivo mide el nivel de alcohol en el aire espirado y puede configurarse para repetir pruebas durante la conducción. Su uso, sencillo e intuitivo, busca facilitar la adopción de este tipo de dispositivos por parte de las empresas de autobuses y camiones.
Hacer obligatorio el alcoholímetro tendría una gran aceptación social: numerosos estudios internacionales muestran que las medidas restrictivas son bien recibidas cuando se implementan progresivamente y persiguen objetivos de salud. Además, permite proteger a colectivos vulnerables y grupos críticos, como las rutas escolares, los viajes del Imserso o el turismo internacional. E incluso se le podrían dar usos adicionales: se podría promover para conductores reincidentes o que hayan sido detectados con tasas muy elevadas de alcoholemia como alternativa a la retirada del carné (en caso de que este sea necesario para trabajar) o como medida reeducadora en programas integrales de rehabilitación.
La campaña, abierta a que se sume cualquier tipo de organización, ya cuenta con el respaldo de AESLEME (Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal).
Su directora, Mar Cogollos, ha participado en el lanzamiento con un llamamiento a instituciones y ciudadanos: “desde AESLEME esperamos que esta campaña sirva para convencer a los que tienen que tomar medidas y a los ciudadanos que deben cumplirlas, de la importancia de no beber si se va a conducir»». Cogollos ha aportado una visión crítica sobre la falta de cambios reales en la conducta de los conductores: “en España, todavía un 32% de los conductores reconoce haber utilizado su vehículo tras consumir alcohol y hasta un 50% ha viajado con un conductor ebrio. A pesar de conocer los riesgos, muchas personas aún creen que ‘controlan’ después de un par de copas, porque no han sufrido consecuencias; pero cuando llegan esas consecuencias, ya no hay marcha atrás y, muchas veces, te llevas por delante, no solo tu vida, sino también la de otras personas que nada tienen que ver con tu irresponsabilidad al volante. Por eso, es tan importante tomar medidas de peso, como el uso de alcoholímetros antiarranque y el control y sanción, para evitar víctimas», ha afirmado Mar Cogollos.
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