El airbag de moto es un buen sistema de seguridad y supone un gran avance en la seguridad pasiva del conductor y el pasajero de una moto. A 6 de cada 10 motoristas que lo utilizan les proporciona mayor sensación de seguridad (66%), sobre todo a los mayores de 50 años (70%) y a los usuarios de megascooter (86%), al ser motos con mayor cilindrada y prestaciones que una de 125cc. Además, el 93% de los motoristas recomendaría el airbag de moto a otros conductores de este vehículo para su uso en los desplazamientos.
Son algunas de las conclusiones del informe, ‘Ergonomía y sensaciones en la utilización de airbag de motorista’, que ha presentado hoy Fundación MAPFRE con el objetivo de comprobar la efectividad de este sistema de seguridad, así como para conocer la sensaciones que tienen los motoristas que lo utilizan cuando conducen en solitario o con acompañante en ciudad o en carretera, aspectos que según los expertos pueden cambiar de manera significativa la percepción de este colectivo y, por tanto, afectar directa o indirectamente a su seguridad.

La investigación es fruto de distintas pruebas dinámicas realizadas recientemente a 83 motociclistas voluntarios, que han sido equipados con un airbag proporcionado por CESVIMAP, Centro de Experimentación y Seguridad Vial de MAPFRE, con un coste de unos 270 euros, para que lo utilicen en sus recorridos, con cualquier tipo de moto y en distintas condiciones meteorológicas.
Como resultado de dichas pruebas, Fundación MAPFRE ha recabado otras conclusiones relevantes, como que existe cierto desconocimiento por parte de los motoristas encuestados acerca de las características y aplicaciones de este sistema de seguridad, motivo por el que Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, cree que “es fundamental mejorar la información, tanto de aficionados como de profesionales que utilicen la moto como herramienta de trabajo y como modo de desplazamiento al trabajo. Las empresas deberían considerarlo un equipamiento de protección individual básico para sus trabajadores»». También se ha referido a la necesidad de promoverlo entre los acompañantes, ya que, según el informe, el 23% de los ocupantes va peor equipado que el conductor de la motocicleta, especialmente los ocasionales y aquellos que circulan por ciudad.

En este sentido, y raíz de las conclusiones del estudio, Jesús Monclús ha subrayado, además, la importancia de que “la legislación culmine con la regulación completa de cualquier tipo de sistema airbag y ajustar al máximo sus precios para promover su adquisición pensando, en particular, en los motociclistas con menor poder adquisitivo»», así como la necesidad de que los fabricantes de motocicletas “continúen con su implicación para apoyar la utilización de este sistema, de aplicación directa a cualquier tipo de motociclista, independiente de la moto que conduzca. Además, se debe tener en cuenta las especificidades ergonómicas de diseño para hombres, mujeres, adaptándose a su morfología y la usabilidad en el caso de determinados colectivos profesionales, como el de los repartidores o fuerzas y cuerpos de seguridad»».
Fácil de usar y precio adecuado
Un elevado número de participantes en el informe destaca la “facilidad de utilización»» del airbag de moto, que “no interfiere en la conducción de la moto»», así como la importancia de la elección adecuada de la talla “para poder utilizarlo en conjunto con la chaqueta o el mono del conductor de la moto»», el “buen diseño»» pensando en la colocación de objetos en los bolsillos exteriores del airbag; y que un precio cercano a los 300 euros les parece “económico y adecuado»».
Como aspectos de mejora continua, los motociclistas que han participado en el estudio también destacan aspectos como “mejorar la comodidad del tirante de sujeción al chasis de la moto»», sobre todo para trayectos urbanos y para conducción por pistas fuera de carretera, para evitar olvidos a la hora de desengancharlo durante recorridos urbanos en los que hay que bajarse en repetidas ocasiones de la moto. Algunos encuestados hacen referencia, además, a la posición de la bombona de gas comprimido, que podría cambiarse la ubicación y mejorar su comodidad. También proponen que la protección de espalda incluya una mayor seguridad cervical en caso de caída; y que se entregue una bombona de repuesto con el airbag.
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Crash test de moto a 40 km/h
El informe incluye los resultados de una prueba experimental de moto a 40 km/h con dos ocupantes equipados con airbag de motorista, ambos de activación mecánica, que impactaron frontalmente contra un coche. Dicho ensayo se ha vuelto a realizar hoy en las instalaciones de CESVIMAP, en Ávila, para demostrar los resultados de la investigación, que ponen de manifiesto que el dummy que hace de conductor sale despedido al ser empujado por el cuerpo del ocupante, golpeándose con el casco contra la parte anterior del capó delantero del turismo y cayendo al suelo frente al vehículo. Por su parte, el pasajero sale proyectado por encima del conductor, volteando y desplazándose por el parabrisas y techo hasta alcanzar su posición final en el capó trasero del turismo.
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Respecto al funcionamiento de los airbags, en ambos casos se activan correctamente y protegen el pecho, la espalda, el coxis, la nuca y el cuello. La marca del chaleco airbag para motorista utilizado en la prueba ha sido Aspar Air, que comercializa dos modelos denominados 0.5 (270 euros) y 1.0 (425 euros), que funcionan con un sistema de activación mecánico con cable. Este hace posible que, en el momento en el que la moto cae, la cinta que une la misma con el chaleco del motociclista se tensa y tira de la rótula que, al desprenderse, activa a su vez un resorte que desplaza la aguja percutora y perfora el cartucho de gas, llenando la bolsa del airbag en menos de 200 milisegundos (menos de lo que dura un pestañeo).
Requisitos de seguridad: no menos de 5 segundos
Los conductores y ocupantes de moto pueden llevar diferentes sistemas de airbag, sea en el mono, en la chaqueta o en el chaleco, o de tecnología con accionamiento mecánico o electrónico. Ambos incorporan bolsas inflables fabricadas con materiales termoplásticos de alta resistencia que se llenan gracias al CO2 que libera una bombona de gas comprimido. El informe indica que, al existir varias zonas del cuerpo susceptibles de ser protegidas, aquellas que el fabricante del airbag especifique como protegidas, deben quedar cubiertas por el airbag cuando esté completamente inflado y éste debe cubrir al menos una de las zonas de protección específicas descritas en la normativa EN 1621. En el caso de los airbags, la espalda y en algunos modelos también la zona frontal del torso. El tiempo estipulado durante el cual debe mantenerse inflado no debe ser inferior a 5 segundos. Los airbags de moto homologados disponen en su interior de la etiqueta de homologación correspondiente.

Asimismo, el estudio hace hincapié en que para que un airbag funcione correctamente debe quedar ajustado adecuadamente, sin que el sistema provoque incomodidades ni dificulte la respiración. También, que el motorista pueda subir y bajar de la moto con facilidad, coger un objeto del suelo agachándose y girar la cabeza y el tronco a ambos lados cuando esté sentado en la moto, y todo ello en estado no inflado.
Lesiones en cabeza y tronco
El tronco es la zona más desprotegida y la mejor manera de protegerla es el airbag para motociclistas. Es otro dato importante que destaca el informe y que hace referencia al estudio ‘Hoja de ruta para la mejora de la seguridad vial de usuarios de motocicletas y ciclomotores’, que publicó Fundación MAPFRE y la Asociación Española de la Carretera (AEC) en 2021. Este trabajo subrayó la importancia del equipamiento necesario, sobre todo del que aún no es obligatorio por legislación, pero que podría contribuir a que disminuyera el número de fallecidos y lesionados, y que estos sufrieran lesiones de menor envergadura, como por ejemplo la utilización del airbag en los ocupantes de la motocicleta. Dicho informe destacaba, además, que tres de cada diez motoristas fallecidos (30,5%) no hacen uso de ningún equipamiento de seguridad, exceptuando el casco; y que la mayoría de los siniestros mortales en moto se producen en salidas de vía (41,3%), colisiones “en T»» o fronto- laterales, típicas de intersecciones (16,8%) y caídas (15%).

45 fallecidos más que en 2022
Las muertes de motoristas se han disparado en las carreteras españolas y son el colectivo que más incrementa su mortalidad, según los datos provisionales publicados en enero de este año por la Dirección General de Tráfico (DGT). En 2023, un total de 299 personas fallecieron a bordo de este tipo de vehículos tras sufrir un siniestro, cifra que supone un incremento del 19% (45 víctimas más) respecto al año anterior, de las cuales 254 perdieron la vida.

Como resultado, la DGT y el Ministerio del Interior ya están preparando un paquete de medidas más restrictivo para rebajar la estadística, entre ellas, endurecer el carné A y los cursos de recuperación, así como la obligatoriedad de otros equipos de seguridad en moto, entre otras.
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