En plena transición energética, el sector del transporte sigue siendo uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero. En este contexto, el Aceite Vegetal Hidrotratado (HVO por sus siglas en inglés) irrumpe como una alternativa renovable, eficiente y lista para su uso inmediato. Compatible con los motores diésel actuales, y con capacidad de reducir hasta un 90% las emisiones de CO₂, este biocombustible está ganando terreno rápidamente en Europa.
Desde Cinesi, consultoría especializada en movilidad sostenible, destacan el potencial del HVO como herramienta para avanzar hacia la descarbonización: “El HVO se posiciona como una solución que no requiere grandes inversiones ni grandes procesos de adaptación»», explica Ana Solá, CEO de Cinesi.
El HVO se elabora a partir de materias orgánicas recicladas, como aceites vegetales usados y grasas animales. Mediante un proceso avanzado de tratamiento con hidrógeno se obtiene un carburante libre de azufres y con una huella contaminante significativamente menor. Su composición química es muy similar a la del diésel convencional, pero con la ventaja de que genera hasta un 33% menos de partículas, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire.
Cada vez más empresas, tanto productoras de combustible como operadores de transporte, muestran interés por el HVO, impulsadas por sus beneficios ambientales y por la creciente presión para reducir su huella de carbono. A nivel europeo, su uso se está extendiendo de forma notable, y todo apunta a que su papel será clave en el proceso de descarbonización del sector en los próximos años.
El reto de regularizar el HVO en España
Mientras países como Italia, Alemania o Países Bajos ya han aprobado normativas que permiten la venta del HVO en gasolineras y fomentan su producción, en España aún no existe una regulación específica. Aunque este combustible ya se ofrece en algunas estaciones de servicio, la falta de un marco legal claro limita su implantación a gran escala. A esta barrera normativa se suma el precio, todavía entre un 10% y un 20% más alto que el del diésel convencional, debido a su limitada producción.
Desde Cinesi advierten que, si se quiere avanzar de forma realista hacia un transporte más sostenible, es necesario que las administraciones impulsen medidas que faciliten el acceso a alternativas como el HVO: “La regulación tiene un papel clave para acelerar la transición energética. Contar con un marco legal que reconozca y apoye el uso del HVO permitiría acelerar su penetración y reducir la huella ambiental del transporte de forma inmediata, mientras crece el uso de motores alternativos a los de combustión,»» añade su CEO.
Una alternativa realista y sostenible
“El HVO forma parte del abanico de soluciones que harán posible una movilidad más limpia»», afirma Solá. “Aunque no existe una única respuesta para descarbonizar el transporte, opciones como el HVO, los combustibles sintéticos, el bioetanol u otros biocombustibles están ganando protagonismo y pueden desempeñar un papel clave en la descarbonización del transporte«».
El uso de tecnologías de este tipo puede acelerar la adopción de prácticas más sostenibles en sectores tradicionalmente dependientes de los combustibles fósiles, como el transporte de mercancías por carretera. En el caso de la aviación, la nueva normativa europea ReFuelEU Aviation plantea una cuota mínima obligatoria de uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF por sus siglas en inglés), para la aviación comercial, muchos de los cuales se producen a partir de aceites vegetales mediante procesos similares al del HVO.
Desde la consultora insisten en que la transición hacia una movilidad más sostenible no puede esperar, y que es vital aprovechar herramientas como el HVO para avanzar hacia un modelo de transporte más limpio y responsable.
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