La Asociación de Empresarios de Transporte Regular General, Regular de Uso Especial y Discrecional Turístico DIREBÚS, considera legítimo y socialmente positivo el anuncio del Gobierno de España de crear un abono único de transporte de ámbito nacional, inspirado en experiencias europeas como el modelo alemán, orientado a facilitar el acceso al transporte público y a fomentar una movilidad más sostenible.
Sin embargo, considera que la nueva medida de promoción de un segmento solo del transporte público colectivo supone una nueva muestra del desprecio institucional hacia las pequeñas y medianas empresas del sector que realizan servicios de transporte discrecionales, ya que nuevamente ocuparán las concesiones de línea regular estatales de largo recorrido las subvenciones para este billete único, atrayendo servicios para tales, consolidando con dinero público un mercado del autobús cerrado, reduciendo por tanto expediciones de servicios discrecionales.
Para DIREBÚS, con la medida que puede llegar a tener un coste aproximado de tres mil millones de euros anuales en financiación pública, se sigue blindando los privilegios de unas pocas concesionarias históricas en el autobús de larga distancia, dopadas a cascoporro con subvenciones de los impuestos que pagan las pymes del sector, y con el agravante que la gran mayoría de las concesiones se encuentran caducadas desde hace años, mientras asfixia a miles de pymes que podrían aportar innovación, eficiencia, sostenibilidad al sistema y, sobre todo, más servicio a los usuarios a menos coste.
DIREBÚS subraya nuevamente la limitación de la capacidad de comercio de las empresas de transporte discrecional, que son las que soportan con sus impuestos la financiación a fondo perdido de las empresas que tienen monopolizado el sector de la línea regular y que perpetúa un sistema caducado y prorrogado de forma irregular, en muchos casos sin licitación ni control efectivo. Este modelo, heredado de los años ochenta, ha servido para blindar privilegios a determinados operadores históricos que continúan gestionando servicios con títulos vencidos mientras reciben inyecciones de dinero público, como vuelve a ser el caso, y bloquea la competencia, agitando así la competencia desleal.
En opinión de DIREBÚS, con esta medida populista el mantenimiento de este statu quo convierte a España en una anomalía dentro del mercado europeo de transporte de viajeros, donde la competencia y la apertura de mercado han demostrado ser las herramientas más eficaces para mejorar la calidad, reducir precios y avanzar hacia la sostenibilidad. El abono único inyecta recursos públicos en un modelo agotado, reforzando su inercia y dificultando aún más cualquier futura apertura real del mercado. En este contexto, no es una medida neutral. Al abaratar radicalmente el coste del viaje, canaliza una enorme demanda hacia un sistema nacional deliberadamente cerrado a la competencia, lo que amplifica una ventaja competitiva que ya existe.
«Si el Gobierno quiere un abono social, sostenible y europeo, primero tiene que garantizar un mercado abierto, competitivo y conforme al derecho de la Unión Europea«, opina Alfonso Taborda, presidente de DIREBÚS. «De lo contrario, el abono no será una palanca de modernización, sino otra subvención encubierta y muy costosa. Eso no es planificación: es improvisación y regalar dinero público a las mismas grandes empresas que controlan con mano de hierro el sector«.
Si bien el bono único estatal será incluido en un decreto que el Consejo de Ministros aprobará el próximo 23 de diciembre, con la previsión de que entre en vigor en enero, su validación dependerá después del Congreso de los Diputados, y es ahí donde DIREBÚS insta a los grupos parlamentarios a que sopesen la desigualdad empresarial y considere la medida contraria a la libre competencia que apuesta en todo momento la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia.



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