Calor en aumento, riesgos en aumento: las cadenas de suministro europeas bajo presión y cómo adaptarse

Mientras Europa experimenta un calor extremo, sus cadenas de suministro esenciales, especialmente las que manejan mercancías sensibles a la temperatura, se enfrentan a presiones multifacéticas sobre la infraestructura, los vehículos y la mano de obra. Analicemos estos crecientes desafíos y definamos estrategias de adaptación esenciales.

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La tendencia creciente de las olas de calor en Europa

Europa se está calentando a un ritmo de aproximadamente el doble del promedio mundial, un cambio crucial que requiere su integración en la planificación a largo plazo de la cadena de suministro. El verano de 2025 ya ha experimentado importantes olas de calor, con temperaturas en el sur de Europa que superan regularmente los 40 °C. Tras 2024, se prevé que 2025 sea el segundo año más caluroso registrado, con temperaturas como las de Portugal, que ya superaron los 46,6 °C. Para 2050, los días de calor intenso en las principales ciudades europeas, donde vive más del 70 % de la población, podrían triplicarse, lo que supondría un grave desafío para la logística urbana.

El papel indispensable del transporte por carretera en la cadena de suministro europea

El transporte de mercancías por carretera sigue siendo un pilar indispensable de la economía europea. En 2024, el transporte de mercancías por carretera en la UE alcanzó los 1.869 billones de toneladas-kilómetro, un aumento del 0,6 % con respecto a 2023, lo que refleja una demanda constante en cadenas de suministro vitales como la alimentaria y la agrícola. Polonia lideró el transporte de mercancías por carretera en la UE en 2024 con casi el 20 % (368.000 millones de toneladas-kilómetro), seguida de Alemania, España, Francia e Italia, que juntos representaron el 67 %. 1 Dentro del ámbito especializado de la logística de la cadena de frío, el transporte por carretera es el modo más utilizado, especialmente para distancias cortas y medias. Los camiones y furgonetas refrigerados son esenciales para las entregas directas a tiendas, centros de distribución e incluso directamente a los consumidores, lo que facilita las entregas críticas de última milla para productos perecederos en toda Europa 2

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Fragilidad de los productos sensibles a la temperatura

Los productos sensibles a la temperatura abarcan un amplio espectro de productos vitales para la vida diaria y la industria. Estos incluyen productos frescos, farmacéuticos y biológicos, que son inherentemente perecederos y requieren un estricto control de temperatura y humedad desde el origen hasta el destino. Por ejemplo, los aguacates necesitan 6 °C, los arándanos 1 °C y los plátanos 16 °C. Incluso pequeñas variaciones de temperatura pueden causar importantes riesgos de deterioro y seguridad; un aumento de tan solo 1 °C a bajas temperaturas puede reducir a la mitad la vida útil de un producto. Los productos frescos tienen un tiempo de reserva limitado, lo que los hace muy vulnerables a las interrupciones inducidas por la temperatura. Esta fragilidad inherente pone de relieve la necesidad crucial de una gestión robusta de la cadena de frío en un clima en calentamiento.

El impacto directo de las olas de calor en el transporte por carretera europeo

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Degradación de la infraestructura vial

Las altas temperaturas prolongadas degradan gravemente las superficies de las carreteras europeas. El asfalto puede fundirse con el calor intenso y la tensión continua del tráfico pesado, especialmente de camiones con una masa máxima admisible de hasta 40 toneladas. Las losas de hormigón también se expanden y deforman. Estas deformaciones inducidas por el calor generan riesgos de seguridad, dañan la suspensión de los vehículos y causan retrasos generalizados, lo que socava la resiliencia de las redes de transporte. Reconociendo esta vulnerabilidad, las políticas de adaptación climática de la UE para 2023-2025 exigen mejoras de resiliencia para infraestructuras críticas, incluidas las carreteras. Estimaciones más generales sugieren que la UE necesita aproximadamente 260 000 millones de euros anuales en inversiones relacionadas con el clima para 2030 en sectores como la energía, el transporte, la construcción, etc. 

Salud y productividad del conductor

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El estrés térmico reduce significativamente la productividad del conductor y aumenta el riesgo de accidentes, un riesgo laboral conocido. La mayoría de los conductores profesionales experimentan fatiga, principalmente debido al calor y a la deficiente refrigeración del vehículo. Esto reduce directamente la concentración, aumentando la probabilidad de accidentes. Estas duras condiciones laborales agravan la escasez de conductores de camión en Europa, que se situó en 233.000 puestos vacantes en 2024 y podría alcanzar los 745.000 en 2028, lo que dificulta aún más la captación y retención de talento.

Rendimiento y averías del vehículo

El aumento de las temperaturas en Europa está provocando más averías en vehículos, especialmente en camiones antiguos, propensos al sobrecalentamiento y a fallos mecánicos, lo que provoca retrasos en las entregas. Este calor extremo también aumenta drásticamente las necesidades de mantenimiento, sobrecargando los sistemas de refrigeración, acelerando el desgaste de los neumáticos y fatigando los componentes, lo que eleva los costes operativos y dificulta los plazos. Esta creciente carga implica que invertir en vehículos nuevos y resistentes al calor ya no es solo un objetivo de sostenibilidad, sino una necesidad crucial para que las empresas de logística mantengan la fiabilidad operativa y el control de costes.

Para abordar este creciente riesgo, algunas empresas de logística están invirtiendo proactivamente en flotas más nuevas y resistentes al calor. Por ejemplo, Girteka Logistics opera una flota moderna de 6.000 camiones Euro 6 de bajo consumo, con una antigüedad promedio de tan solo 2,5 años. Estos vehículos están equipados con tecnologías integradas de reducción de CO₂, sistemas de seguridad avanzados y telemática para la monitorización del rendimiento en tiempo real, lo que garantiza una mayor resiliencia ante condiciones climáticas extremas y contribuye a la fiabilidad operativa.

Interrupciones operativas y costos económicos del calor extremo

El calor extremo provoca cortocircuitos y desgasta los sistemas de transporte, lo que genera complejas interdependencias entre los distintos segmentos de la cadena de suministro. Las interrupciones del transporte se manifiestan de múltiples formas, incluyendo interrupciones del servicio ferroviario debido a deslizamientos de tierra (por ejemplo, en la ruta París-Milán) y niveles de agua extremadamente bajos en las principales vías fluviales comerciales, como el río Rin en Alemania, que obligan a las barcazas a operar a tan solo el 40-50% de su capacidad. Esto incrementa significativamente los costos del transporte y dificulta el transporte de mercancías, desviando con frecuencia el tráfico hacia redes de carreteras ya saturadas.

Se estima que la ola de calor de 2025 reducirá el crecimiento económico europeo en 0,5 puntos porcentuales del PIB, una perturbación comparable a medio día de huelga por cada día con temperaturas superiores a 32 °C. Países del sur de Europa, como España, sufrieron pérdidas aún mayores, con una reducción estimada del 1,4 % del PIB<sup> 5 </sup>. Un estudio del BCE (julio de 2025) confirma el prolongado efecto negativo de las olas de calor en la actividad económica regional, con una disminución del 1,5 % en la producción después de dos años<sup> 6</sup> .

A pesar de una disminución general en las tarifas spot del transporte de mercancías por carretera en Europa en el primer trimestre de 2025 (debido a la demanda moderada y las incertidumbres de la guerra comercial), los precios del diésel aumentaron un 4,8 % (primer trimestre de 2024 frente al cuarto trimestre de 2024), manteniendo una base de costos elevados para los transportistas. 

El calor extremo altera las cadenas de fabricación y suministro, sobrecarga la logística y expone a las empresas a la volatilidad de los precios de la energía, impulsada por el aumento de la demanda de electricidad para refrigeración. Sin una infraestructura de refrigeración resiliente y un suministro energético fiable, la transición industrial europea corre el riesgo de estancarse.

Las olas de calor están pasando de ser interrupciones temporales a shocks económicos persistentes y sistémicos, lo que exige una reevaluación estratégica fundamental y a largo plazo de los modelos de la cadena de suministro. Sus impactos económicos, como la reducción del PIB y el aumento de los costos operativos, se prolongan y se intensifican, creando interdependencias complejas en sectores como el transporte, la agricultura, la energía y el turismo (por ejemplo, el bajo nivel de los ríos desvía el transporte de mercancías a carreteras vulnerables al calor). El efecto acumulativo de los daños a la infraestructura, la disminución de la productividad laboral y el aumento de los costos operativos altera fundamentalmente el panorama económico logístico. Esto requiere una perspectiva proactiva y a largo plazo por parte de las empresas y los responsables políticos, que incluya una planificación integral de la resiliencia climática, redundancia del transporte multimodal y reservas de inventario estacionales. Sin dicha planificación, las empresas se enfrentan a costosas decisiones reactivas, como tarifas de transporte premium o retrasos significativos en la producción.

El efecto del calor sobre la carga sensible a la temperatura

Las olas de calor, especialmente durante veranos ya cálidos, reducen significativamente la actividad económica y la producción agrícola. En 2025, la sequía y el calor persistentes en regiones como el oeste de Bélgica, el centro de Francia, el este de Alemania, Polonia, Hungría, el este de Ucrania, Turquía, Chipre y el Magreb occidental están afectando gravemente el rendimiento de los cultivos, tanto de primavera/verano como de invierno .

Las implicaciones económicas son claras: un estudio del BCE estima que el calor extremo del verano de 2022 contribuyó a un aumento de 0,7 puntos porcentuales en los precios de los alimentos en toda Europa 9 , lo que demuestra un vínculo directo entre las olas de calor y las presiones inflacionarias sobre los alimentos.

Las pérdidas agrícolas inducidas por el clima se traducen directamente en presiones inflacionarias y una mayor preocupación por la seguridad alimentaria, lo que convierte la eficiencia de la cadena de frío, pasando de ser una mera consideración comercial a un problema social crítico. Las significativas reducciones en el rendimiento agrícola de diversos cultivos en toda Europa afectan directamente al suministro general de productos frescos. Esta reducción de la oferta, sumada a una demanda constante o creciente de los consumidores, conduce inevitablemente a la escasez en el mercado. Esta escasez, como lo demuestra el aumento mensurable de los precios de los alimentos en Europa tras las olas de calor, se ve agravada por el aumento de los costes operativos del sector logístico. Por lo tanto, la capacidad de la cadena de frío para minimizar eficazmente las pérdidas poscosecha se convierte en un amortiguador aún más crucial contra estas perturbaciones de la oferta inducidas por el clima.

Deterioro poscosecha y durante el transporte 

La pérdida total poscosecha de cultivos hortícolas, que incluye frutas y hortalizas, oscila entre el 15 % y el 70 % en diversas etapas, como la cosecha, el almacenamiento, el transporte, la distribución y la venta. Las hortalizas por sí solas representan aproximadamente el 40 % de esta pérdida. Esto representa una carga económica considerable y contribuye significativamente al desperdicio de alimentos.

La mala gestión de la temperatura a lo largo de la cadena de frío es una de las principales causas del deterioro y la pérdida de la calidad de la fruta.

Estrategias de adaptación

Desarrollo de infraestructura

Se están realizando importantes inversiones en la infraestructura de la cadena de frío europea, incluyendo almacenes refrigerados avanzados, sistemas de transporte modernos y una infraestructura portuaria mejorada. El sector de la cadena de frío se está profesionalizando rápidamente, pasando de ser una industria fragmentada y de baja tecnología a una estratégica y tecnológicamente avanzada. Esta evolución se debe, en gran medida, a la demanda de los clientes de una mayor visibilidad en tiempo real y transparencia. Las empresas que ofrecen servicios flexibles y tecnológicos están adquiriendo una ventaja competitiva crucial. Esta transformación prioriza la agilidad operativa para fortalecer la resiliencia ante las perturbaciones climáticas y consolidar una posición de mercado más sólida.

Operaciones optimizadas y planificación de rutas

Aprovechar el análisis predictivo con datos meteorológicos históricos, tráfico en tiempo real y pronósticos precisos es indispensable para la logística. Los algoritmos basados en IA permiten el desvío dinámico de rutas, lo que ayuda a los vehículos a evitar congestiones, cierres y condiciones climáticas adversas. Esto reduce significativamente los retrasos en las entregas, mejora los tiempos de llegada estimados (ETA), disminuye el consumo de combustible y mejora la seguridad del conductor.

Para adaptarse a estas demandas, algunas empresas de logística están invirtiendo en herramientas integradas de planificación basadas en IA. Por ejemplo, Girteka utiliza el sistema Fleet Operator, una solución basada en IA desarrollada con Nexogen, para optimizar dinámicamente la planificación de rutas, las paradas para repostar y los descansos. En caso de retrasos o cierres inesperados, el sistema recalcula automáticamente las rutas alternativas más eficientes en tiempo real. En combinación con Fleet Planner y el sistema telemático Fleet Hand, esta configuración también ayuda a reducir los kilómetros vacíos y garantiza una comunicación fluida entre despachadores y conductores.

Las condiciones meteorológicas extremas pueden afectar el transporte por carretera de forma impredecible, desde el cierre de túneles hasta el desvío del tráfico o retrasos repentinos. Es ahí donde los datos en tiempo real y la automatización se vuelven esenciales. Nuestro sistema de Operador de Flota responde de inmediato, ajustando rutas, paradas para repostar y planes de entrega en tiempo real. Con una flota de nuestra envergadura, esta adaptabilidad impulsada por IA nos ayuda a mantener el rendimiento incluso cuando las condiciones cambian rápidamente. — Laimonas Čelkys, Jefe de Transporte de Girteka Logistics.

Para mitigar el impacto del estrés térmico en el capital humano y la integridad del producto, adaptar los horarios de trabajo a las partes más frías del día, incluida la implementación de turnos nocturnos, es una estrategia viable tanto para los conductores como para el personal del almacén.

El mantenimiento proactivo y riguroso del vehículo es fundamental. Esto incluye el mantenimiento regular del motor, garantizar el uso de refrigerante de alta calidad y supervisar de cerca la temperatura del motor, especialmente en modelos de camiones más antiguos, propensos al sobrecalentamiento.

Marcos de políticas y regulatorios

Una adaptación climática eficaz en la logística vial europea requiere marcos políticos y regulatorios sólidos. La Estrategia de Adaptación de la UE (2021) y el Pacto Verde Europeo, en su conjunto, aspiran a la resiliencia climática de la UE para 2050, con el objetivo clave de reducir en un 90 % las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte para mediados de siglo.

La Alianza Global para la Cadena de Frío (GCCA) insta a los líderes de la UE a reconocer formalmente la logística de temperatura controlada como infraestructura europea crítica. Este reconocimiento es vital para impulsar la inversión en instalaciones, vehículos y competencias especializadas, mejorando así la resiliencia de la cadena de suministro de alimentos. La GCCA recomienda eliminar las barreras a la inversión, introducir incentivos específicos y ampliar estratégicamente la infraestructura existente para la cadena de frío.

Legislación sobre el bienestar del conductor

Existe una creciente necesidad de políticas integrales que aborden específicamente el estrés térmico de los conductores y demás personal logístico. Esto podría implicar la implementación de regulaciones más estrictas sobre las condiciones laborales durante las olas de calor.

Estrategias de adaptación: recomendaciones clave

Para fortalecer la resiliencia ante la creciente amenaza de las olas de calor, es crucial implementar acciones estratégicas y multifacéticas para el sector logístico europeo. Estas recomendaciones clave describen el camino a seguir para empresas y responsables políticos:

.- Modernización de la cadena de frío: Priorizar la inversión en tecnologías de refrigeración avanzadas, tanto para el almacenamiento (p. ej., soluciones automatizadas) como para los remolques en tránsito (p. ej., refrigeración autocargable, monitorización IoT). Esto es crucial para aumentar la eficiencia y la capacidad de la cadena de frío durante todo el proceso de suministro.

.- Infraestructura resistente al clima: acelerar la inversión pública y privada en materiales resistentes al calor e infraestructura inteligente para garantizar la durabilidad y la continuidad de la red de transporte.

.- Resiliencia del capital humano: Implementar una gestión integral del estrés térmico para los conductores y el personal, que incluya horarios flexibles (por ejemplo, turnos de noche), mejor refrigeración en la cabina e instalaciones de descanso adecuadas.

.- Datos integrados y análisis predictivo: Exigir y apoyar la adopción generalizada de la optimización de rutas impulsada por IA utilizando datos meteorológicos y de tráfico en tiempo real para minimizar las interrupciones provocadas por el calor.

.- Estrategia integral de refrigeración de la UE: desarrollar una estrategia de refrigeración a nivel de la UE que integre la seguridad energética y la adaptación climática, estableciendo estándares de eficiencia e incentivando soluciones de refrigeración limpias y confiables.

.- Colaboración intersectorial: Fomentar una colaboración sólida entre los encargados de la formulación de políticas y los sectores de logística, agricultura y tecnología para implementar soluciones sistémicas y a largo plazo para una logística resiliente al clima.

En última instancia, si bien el camino por delante es desafiante, una adaptación estratégica proactiva y alineada no sólo es crucial sino que ofrece una esperanza tangible de salvaguardar las cadenas de suministro vitales de Europa en un futuro cada vez más caluroso.

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