
Llevo más de 30 años trabajando al lado de empresas de logística y transporte, y he visto de todo. Desde la transformación de las flotas de vehículos hasta la digitalización, pasando por los años de oro de la competencia en precios, donde todo era una carrera por reducir costes sin pensar en la sostenibilidad. Hoy, la situación del sector es crítica. Nos encontramos en medio de una guerra de precios imparable, con un sinfín de microempresas, ninguna de ellas capaz de alcanzar las economías de escala que permitirían competir con los gigantes del transporte. Y, en paralelo, los transportistas se ven maltratados, la escasez de conductores es más que un tema recurrente, y la digitalización sigue siendo una asignatura pendiente.
Como miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Transporte y delegado para Galicia, no puedo evitar preocuparme por el futuro inmediato de este sector. La transformación tecnológica es la única esperanza, pero la adopción sigue siendo mínima. Aunque el mercado se está inundando de vehículos eléctricos, de hidrógeno y de gas licuado, la mayoría de las flotas siguen operando con vehículos convencionales, sin aprovechar las enormes ventajas de los nuevos modelos. La tecnología para vehículos está allí, pero la falta de conocimiento y el miedo a la inversión frenan el cambio.
La escasez de conductores y la falta de preparación tecnológica.
Un problema que está golpeando al sector con fuerza es la escasez de conductores. Las empresas de transporte se enfrentan a un doble reto: atraer nuevos conductores y mejorar la eficiencia de sus flotas con los recursos que tienen. La escasez de personal no es solo una crisis de oferta, sino también una consecuencia directa de la falta de adopción tecnológica. Con el uso adecuado de la telemetría y los sistemas de gestión de flotas, podríamos reducir la dependencia de un número elevado de conductores, optimizando rutas, mejorando el mantenimiento predictivo de los vehículos y reduciendo los costes operativos.
El transporte: un sector atomizado que necesita unir fuerzas
El sector sigue siendo extremadamente fragmentado, con miles de microempresas que luchan por sobrevivir en un mar de competencia feroz. Sin embargo, hay una enorme oportunidad en la colaboración. Las pequeñas empresas pueden y deben asociarse para compartir recursos, invertir en tecnología de gestión de flotas y aumentar su competitividad. En muchos casos, el no hacerlo está condenando a estas empresas a la desaparición, ya que no pueden competir con los grandes jugadores que manejan economías de escala y sistemas logísticos integrados.
¿Por qué seguimos resistiéndonos a la tecnología?
La digitalización sigue siendo un tema tabú en muchas empresas de transporte. Los TMS (Transport Management Systems) siguen siendo herramientas poco utilizadas. El uso de sistemas telemáticos es generalizado, pero la mayoría de los transportistas no saben cómo extraer información relevante de esos datos. ¡Y esto es un error gravísimo! El sector está lleno de datos valiosos que pueden ayudar a optimizar rutas, reducir el consumo de combustible, prever problemas en los vehículos antes de que ocurran y, en última instancia, reducir costes operativos. La clave está en saber interpretar esos datos y actuar en consecuencia.
La guerra de precios: ¿es este el camino?
La guerra de precios en el sector del transporte está llevando a muchas empresas a los márgenes más bajos de la historia. La reducción constante de tarifas, en lugar de fomentar la competitividad de las empresas, está destruyendo el valor del servicio. En lugar de buscar el precio más bajo, el sector debe centrarse en la mejora continua, en la calidad de servicio y en la sostenibilidad. La digitalización no solo ahorra costes, sino que también puede mejorar la fiabilidad y la eficiencia, lo que a largo plazo se traduce en un servicio mejor y más rentable.
La transformación tecnológica como única salida
El futuro del transporte pasa necesariamente por la digitalización y la sostenibilidad. Empresas que no den el paso hacia el uso de vehículos eléctricos, de hidrógeno o gas licuado, y que no implementen sistemas de gestión modernos, están condenadas al fracaso. La clave está en adoptar tecnologías que, aunque requieran una inversión inicial, garantizan una reducción de costes operativos y una mayor competitividad a largo plazo. Los sistemas telemáticos, los TMS y la gestión eficiente de los datos son la base para mejorar el sector.
Una llamada a la acción para todos los actores del sector.
Es hora de dejar de lado las resistencias y de ver la digitalización no como una amenaza, sino como una oportunidad. Como delegado de la Asociación Española de Transporte para Galicia, hago un llamado a las empresas de transporte, a los cargadores y a todos los actores del sector para que se unan y den un paso adelante en la modernización del transporte. Es el momento de aprovechar las herramientas que la tecnología pone a nuestra disposición para ser más competitivos, sostenibles y rentables.
El transporte tiene futuro, pero solo si estamos dispuestos a adaptarnos, a colaborar ya invertir en el cambio. La digitalización, la sostenibilidad y la cooperación son las claves para una nueva era en el transporte.
¡Se me tecnologizan!
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