La aterradora realidad de la industria del transporte. Opinión

Diez conductores de Zimbabwe protestan después de tener que vivir en sus camiones durante meses y cobrar sólo treinta euros al día

Los camioneros del grupo alemán Hegelmann van a la huelga

Diez conductores de Zimbabwe protestan después de tener que vivir en sus camiones durante meses y cobrar sólo treinta euros al día

Los camioneros del grupo alemán Hegelmann van a la huelga

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1. Paralelismos históricos: décadas de abuso

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Ya en los años 80 se produjeron en Alemania huelgas salvajes, por ejemplo, por parte de los conductores de la empresa Stadler en Hengersberg, que protestaron en la parada de camiones de Feuerecker.

Las quejas ya entonces eran similares: salarios impagos, condiciones de trabajo miserables y una competencia completamente fuera de control que se basaba únicamente en el dumping salarial y la explotación.

2. Las huelgas de Gräfenhausen: el primer levantamiento de los conductores en abril de 2023

Unos 60 conductores de una empresa de transporte polaca se declararon en huelga porque llevaban meses sin recibir su salario.  Después de duras negociaciones, el empleador pagó los salarios pendientes.

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Septiembre de 2023: Se produjo otra huelga, esta vez con una huelga de hambre de unos 30 conductores. Tras una enorme presión pública se volvieron a pagar los salarios.

Resultado: Aunque los conductores afectados recibieron su dinero , los problemas fundamentales permanecieron sin cambios. Los políticos y las autoridades reguladoras observaron con ociosidad.

3. Las nuevas víctimas: los conductores zimbabuenses y el caso Hegelmann en enero de 2024

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Diez conductores de Zimbabwe protestan después de tener que vivir en sus camiones durante meses y cobrar sólo treinta euros al día.

Aumentan los informes de intimidación, amenazas e incluso intentos de secuestro. ¿Tu empleador? Una filial eslovaca del gigante logístico alemán Hegelmann.

Los conductores simplemente exigen el dinero que han ganado, pero su lucha demuestra que nada ha cambiado en la industria.

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4. El caso de Sherbodzek Khudayberdiev

El conductor uzbeko, empleado por Baltic Transline (Lituania), permanecerá en Venlo a finales de enero de 2025. Su exigencia: el pago de su salario adeudado , que no ha recibido íntegramente desde hace más de seis meses.

Su “delito»: usa su derecho legal de retención para retener su camión y su carga hasta que le paguen. Respuesta del empleador: Intenta retirar el remolque por la fuerza.

Intimidación por parte de una banda de matones lituanos. Bloquear su Tarjeta de Residente Temporal (TRC) para obligarlo a adoptar un estatus ilegal y obligarlo a su deportación.

Su miedo: Ya casi no duerme por miedo a ser atacado o asesinado. La aterradora realidad: una industria en decadencia moral

La industria está tan podrida que incluso las leyes existentes, como la Ley de Debida Diligencia de la Cadena de Suministro o la Ley de Responsabilidad del Contratista General, no se aplican.

Las empresas han desarrollado un sistema perfecto para explotar a los conductores de terceros países: reclutan específicamente a trabajadores de países pobres.

Los mantienen en una completa dependencia reteniéndoles o bloqueándoles documentos y recurriendo a la violencia y la intimidación para proteger sus ganancias.

Un fracaso en todos los ámbitos

Las autoridades nacionales fallan en todos los ámbitos: la BALM (Oficina Federal de Logística y Movilidad) apenas realiza controles. Las infracciones de la normativa de la UE a menudo no se notifican al ERRU (Registro Europeo de Infracciones de Tráfico).

Empresas como Hegelmann o Baltic Transline operan casi sin ley porque la política no se mueve.

Conclusión: ¿Cuándo despertará por fin el ejecutivo? ¡Ya hay suficientes leyes! El problema no es la falta de regulación, sino la falta de aplicación.

Gräfenhausen fue el comienzo

¿Cuántos conductores más tendrán que sufrir? ¿Cuántas personas más tienen que ser amenazadas por las pandillas para que los políticos y las autoridades reaccionen?

¡Alemania y Europa necesitan un ejecutivo duro que finalmente tome medidas contra estas maquinaciones!

Gräfenhausen fue sólo el comienzo. Si nada cambia, veremos muchas más huelgas como ésta, con conductores temiendo por sus vidas.

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