
Los camiones eléctricos son un tema candente, pero la realidad es menos optimista de lo que suele retratarse. La adopción de la electrificación avanza más lentamente de lo previsto. No obstante, hay medidas que el sector puede y debe adoptar para lograr un transporte más sostenible. El sector del transporte se encuentra en un punto de inflexión en el que la transición a los camiones eléctricos presenta desafíos complejos y nuevas oportunidades.
Viabilidad del uso de camiones eléctricos
Para las empresas de transporte, el cambio a camiones eléctricos debe ser económicamente atractivo o factible. El sector es muy competitivo y las empresas de transporte suelen operar con márgenes de beneficio reducidos (entre el 0 y el 2 %). Por ello, estas empresas intentan reducir los costes lo máximo posible para seguir siendo rentables. Algo importante a tener en cuenta a la hora de pensar en cambiar a camiones eléctricos. La inversión debería amortizarse mediante menores costes operativos, subvenciones u otros beneficios. Con la ayuda de subvenciones, algunos países, como los Países Bajos, Alemania, Noruega y Suiza, pueden alcanzar un punto de equilibrio entre los camiones diésel y los eléctricos. Esto significa que el coste total de propiedad de los camiones eléctricos se vuelve comparable al de los camiones diésel. Todavía se necesitan amplios programas de subvenciones para que la electrificación en toda Europa sea atractiva y un caso de negocio positivo.
Ampliación de la infraestructura de carga
Otro gran desafío es mejorar y ampliar la infraestructura de carga. Cargar un camión eléctrico es comparable a cargar siete coches Tesla simultáneamente, algo que debe hacerse diariamente. Esto requiere una infraestructura de carga robusta, que es muy diferente y mucho más cara que los cargadores de turismos. Otro aspecto importante es la capacidad de la red eléctrica. La red actual no puede soportar la carga adicional de un gran número de camiones eléctricos. Por lo tanto, son necesarias inversiones en la expansión de la red y en redes inteligentes.
Aunque el sector del transporte suele ser visto como conservador, existe la voluntad de mirar hacia el futuro y contribuir a un futuro más verde.
Reducción de los costes de adquisición de camiones eléctricos
A pesar de los desafíos, también hay avances positivos en el sector que están apoyando lenta pero seguramente la transición hacia un transporte más ecológico. Si bien todavía es posible seguir utilizando y solicitando camiones diésel, esto será cada vez más costoso debido al aumento de los peajes, los impuestos y los precios del diésel. Actualmente, los costos totales de propiedad de los camiones eléctricos son más altos que los de los camiones diésel, pero esta brecha se está cerrando lentamente. El cronograma exacto es difícil de predecir, pero se espera que cambie en los próximos cinco a diez años. En el mercado, ya estamos viendo una disminución en los costos de compra de los camiones eléctricos. Donde antes los precios eran cuatro veces más altos que los de los camiones diésel, ahora han bajado a dos veces y media en algunos países. Y esta disminución continuará, de manera similar al desarrollo de los automóviles de pasajeros eléctricos.
El menor coste de adquisición de los camiones eléctricos no es el único factor que impulsa su adopción; las innovaciones en la tecnología de las baterías también son un factor. Las baterías del futuro se cargarán más rápido, durarán más y pesarán menos. Dentro de cinco a diez años, las baterías tendrán una mayor autonomía y serán más ligeras, lo que es necesario para resolver el problema de la carga útil. En la actualidad, las baterías siguen siendo relativamente pesadas, lo que limita la cantidad de carga que los conductores pueden transportar. Y es esta carga la que constituye su sustento. Ya existen regulaciones para los vehículos comerciales ligeros, como furgonetas y autobuses, que permiten pesos mayores, lo que hace que la conducción eléctrica sea más atractiva.
Además, muchas empresas de transporte están empezando a darse cuenta de que quizá no necesiten tanta autonomía como pensaban inicialmente. Un camión diésel puede recorrer más de 2.000 kilómetros sin repostar, mientras que un camión eléctrico medio puede recorrer unos 300 kilómetros. Sin embargo, la capacidad de recorrer distancias tan largas suele ser una vieja costumbre innecesaria. Alrededor del 60 por ciento de las empresas de transporte recorren menos de 400 kilómetros al día, por lo que pueden operar con un camión eléctrico si las mercancías que transportan no son demasiado pesadas. Conducir durante el día y cargar por la noche, o viceversa, es factible. Los conductores necesitan parar periódicamente para descansar, que es un buen momento para cargar tanto ellos mismos como el camión. Esto requiere un cambio de mentalidad, pero puede ser práctico y eficiente.
¿Qué hay que hacer?
Para avanzar de forma más ecológica hacia el futuro, es beneficioso que las empresas de transporte comiencen a implementar cambios ahora, incluso si existen desafíos. A continuación, se presentan dos pasos que pueden ayudar a garantizar una transición más fluida hacia los camiones eléctricos en el futuro.
1.- Garantizar el suministro de energía
Un consejo fundamental para las empresas de transporte es asegurar ahora el suministro de energía para el futuro. Esto puede convertirse en un problema, como ya vemos en Ámsterdam, donde la disponibilidad de energía es limitada. Para las zonas con suficiente energía disponible, es crucial reclamarla ahora. La electrificación de los hogares, los automóviles y el transporte acaba de comenzar y aumentará significativamente. La red eléctrica actual no está lista para este rápido crecimiento. Por lo tanto, planifique y solicite el suministro de energía necesario a los gobiernos locales y los operadores de la red de manera oportuna. Este es un paso necesario; sin suficiente capacidad energética, las estaciones de carga no pueden funcionar correctamente. Ambos procesos deben ejecutarse en paralelo. Mientras las empresas organizan el suministro de energía, deben determinar simultáneamente la ubicación y el número de estaciones de carga. Por ejemplo, un importante fabricante de camiones solo comienza a negociar con los clientes sobre la compra de camiones eléctricos una vez que la infraestructura de carga está en su lugar.
2.- Invierta con cautela en los camiones eléctricos
Comience de inmediato a invertir en infraestructura de carga y solicite energía a la red, pero sea cauteloso con las inversiones a gran escala en camiones eléctricos. Actualmente estamos en la primera generación de camiones eléctricos y la tecnología está evolucionando rápidamente. La segunda generación viene con cambios notables en las especificaciones, como el doble de autonomía por la mitad del precio. Las grandes empresas con una agenda ecológica y los primeros en adoptarla han invertido en una pequeña cantidad de camiones eléctricos para ganar experiencia y probar la tecnología. Muchos ahora esperan ver cómo evolucionan los precios y las especificaciones de los camiones y cómo mejora la infraestructura de carga. Este enfoque garantiza que obtengan información valiosa mientras se preparan para inversiones mayores en el futuro.
Las empresas necesitan invertir y planificar estratégicamente ahora para allanar el camino hacia la adopción de camiones eléctricos. Del mismo modo que un agricultor prepara y siembra sus campos para cosechar más tarde, las empresas de transporte deben comenzar a sembrar ahora. Si actuamos de manera proactiva y tomamos decisiones inteligentes, podemos reducir la huella ecológica y cosechar los beneficios de menores costos operativos y una mayor eficiencia. ¿El resultado? Una posición de mercado más sólida en el futuro. Lo invito a que se comunique con sus expertos locales de TIP para electrificar su flota y encontrar la mejor solución para las necesidades de su negocio.
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