La Comisión Europa ha presentado esta semana el Clean Industrial Deal (Pacto Industrial Limpio), un plan de actividades en apoyo de la competitividad y la resiliencia de la industria. El Pacto, considera, acelerará la descarbonización y garantizará el futuro de la industria manufacturera en Europa.
Para Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU), aunque el Clean Industrial Deal describe acciones concretas para convertir la descarbonización en un motor de crecimiento, considera que no tiene en cuenta partes clave de la cadena de suministro logístico que sustentan la industria manufacturera de la UE. El transporte por carretera es un componente vital de las cadenas de suministro (incluido el transporte intermodal y la entrega de primera y última milla) y de la movilidad sostenible en general.
Además, las medidas de descarbonización deben ser eficaces y rentables. La red actual no está preparada para hacer frente a la mayor demanda derivada de la electrificación generalizada de los vehículos, lo que genera inquietudes sobre la disponibilidad de energía y las posibles interrupciones de la cadena de suministro.
Raluca Marian, directora de la IRU para la UE, afirmó: «La IRU acoge favorablemente el Clean Industrial Deal por la importancia que otorga a la competitividad para cumplir los objetivos de descarbonización. Sin embargo, se queda completamente corto al omitir sectores críticos que respaldan a la industria manufacturera y brindan servicios cruciales de movilidad sostenible».
«De manera similar, si bien el Paquete de Red Europea, previsto para principios de 2026, es un pequeño paso adelante, la UE necesita un marco armonizado para garantizar actualizaciones de la red que respalden la adopción generalizada de vehículos eléctricos a batería, incluido el acceso prioritario para los operadores de transporte», agregó.
Medidas para estimular la demanda
La revisión prevista de las directivas sobre contratación pública, que obliga a las autoridades a priorizar las compras estratégicas y adjudicar contratos en función de criterios medioambientales, es un paso positivo, pero la iniciativa de ecologización de las flotas corporativas sigue siendo motivo de preocupación.
Los elevados costes iniciales de los vehículos eléctricos a batería y la limitada infraestructura de recarga siguen siendo importantes obstáculos para el sector privado.
La contratación pública puede contribuir a reducir el riesgo de las inversiones, impulsar economías de escala, reducir los costos de los vehículos eléctricos a batería para las flotas privadas y generar confianza en el mercado. Sin embargo, debe hacerse una distinción clara entre financiación pública y privada.
La iniciativa de ecologización de las flotas corporativas corre el riesgo de imponer mandatos de compra a los propietarios de flotas privadas. Establecer objetivos de vehículos de emisión cero (ZEV) para los operadores privados restringiría los derechos de propiedad sin una justificación clara, en particular dada la falta de condiciones habilitantes necesarias.
“En una economía de mercado, la regulación de la demanda solo debería aplicarse en casos de fallos del mercado, lo que no es evidente. Muchos operadores ya están adoptando vehículos eléctricos de cero emisiones cuando se dan las condiciones adecuadas. La prioridad debería ser establecer condiciones propicias para todas las tecnologías de transporte ecológico en lugar de imponer mandatos restrictivos», afirmó Raluca Marian.
Implementación sectorial
La Comisión Europea ha declarado que el Pacto Industrial Limpio servirá como marco para colaborar con los actores de la industria, incluidas las pymes, con el fin de desarrollar vías de transición sectorial y orientar las decisiones de inversión. Hay grandes expectativas sobre los próximos planes específicos para el transporte por carretera.
Tras el Diálogo estratégico sobre el futuro de la industria del automóvil, iniciado a finales de enero, el 5 de marzo se presentará el Plan de acción industrial para el sector del automóvil.
La IRU pide que todas las soluciones de descarbonización existentes, incluidos los combustibles neutros en carbono, se integren en una estrategia integral. Esto complementaría la estrategia propuesta y respaldaría una modificación específica de la regulación de las normas de CO₂, como se describe en las Directrices políticas de la presidenta Ursula von der Leyen.
También la IRU espera con impaciencia el Plan de Inversión en Transporte Sostenible. Si bien el énfasis en la expansión de la infraestructura de recarga es positivo, se necesitan medidas adicionales para establecer las condiciones propicias para la descarbonización del transporte por carretera. El apoyo a todas las tecnologías ecológicas, junto con incentivos para el transporte combinado e intermodal, será esencial para una transición exitosa.
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