Al correo electrónico de Diario de Transporte diariodetransporte@gmail.com nos ha enviado su opinión un conductor profesional, que publicamos a continuación.
«Como conductor profesional que lleva más de 30 años al volante, primero de un autobús y ahora de un camión haciendo rutas de transporte nacional e internacional cuando toca, no deja de sorprenderme las continuas quejas y lamentos que veo, sobre todo en las redes sociales, de conductores diciendo que están explotados, que son esclavos y pidiendo que les paguen más, respondiendo con insultos y groserías a las noticias de las empresas, lo que demuestra su incapacidad para defenderse soltando en el teclado únicamente gilipolleces sin aportar argumentos razonados y convincentes y que solo sirven para que los empresarios que los lean tengan cada vez más claro la ignorancia de a quienes pueden contratar.
De acuerdo que los sueldos no son los mejores, que muchas empresas no cumplen los convenios, que se trata mal a muchos profesionales, que hay empresarios que no tienen escrúpulos y tratan a sus conductores como si fueran una mercancía o una pieza más del camión que se puede cambiar cuando quieran. Pero también es verdad que hacen falta conductores profesionales, por mucho que haya quienes lo nieguen con excusas baratas.
Puedo dar por buenos los datos que señalan que hay cerca de 90.000 conductores profesionales inscritos en las listas del SEPE; allá cada cual con su situación laboral y sus circunstancias particulares. Pero no se puede negar la realidad de que hay muchas empresas que no encuentran conductores para sus camiones o autobuses.
Es más, soy plenamente consciente que lo que voy a escribir a partir de ahora va a generar mucha polémica, pero me da igual, es mi opinión y mi punto de vista del sector y ya que me dan la oportunidad de exponerla voy a hacerlo sin morderme la lengua.
Me dan pena y hasta vergüenza ajena cuando veo en redes sociales o en grupos de WhatsApp o Telegram de los que formo parte, como hay conductores que viven en un lamento permanente, quejándose de que están explotados por sus jefes, que no les respetan como profesionales y como personas, que no les pagan lo que marca el convenio, que se sienten como esclavos en una profesión que califican como «una mierda»; que están deseando bajarse de los camiones o de jubilarse, mientras proclaman a los cuatro vientos que no quieren que ningún joven les tome el relevo profesional.
También afirman con rotundidad que no hay ninguna empresa en España que pague lo que recogen los convenios, mentira podrida e interesada. En la que yo trabajo cumplen el convenio, en este caso de la provincia de Barcelona, al cien por cien, lo puedo demostrar con papeles, es más, me consta que hay muchas que lo cumplen y hay otras que se acercan en un 98 por ciento al convenio. Lo mismo que hay empresas como en la que yo trabajo que no les faltan conductores. Es más, tienen la vida laboral de muchos conductores esperando para entrar a trabajar.
Entonces ¿Qué es lo que pasa en realidad? Desde mi punto de vista estoy plenamente convencido que todos lo que se están permanentemente quejándose en todas partes de que están explotados, mal pagados, que se sienten como esclavos y recomiendan a las nuevas generaciones que «ni se les ocurra ponerse al volante de un camión o un autobús», una de dos, o son masoquistas o son muy poco profesionales como para hacerse valer por su trabajo.
Además demuestran con sus quejas y lamentos que son unos completos ignorantes que nos se han preocupado de su formación, de conocer sus derechos y obligaciones, que también las tenemos. Es lamentable que en los tiempos que vivimos haya personas que no se han preocupado de formarse como profesionales y conocer sus derechos legales y hacerse respetar como Dios manda.
Porque es muy sencillo ¿Si no están bien pagados y se sienten explotados, por qué no cambian de empresa? ¿Si recomiendan a los jóvenes que no se suban a camiones o autobuses por qué siguen ellos? ¿Les obliga alguien a ser explotados? ¿Les han puesto una pistola en la cabeza para seguir en una profesión en la que no se sienten valorados?
Las soluciones son muy sencillas, se cambia de empresa una o las veces que haga falta hasta encontrar en la que de verdad se sientan valorados y respetados. Se afilia uno a sindicatos y se participa en las reuniones y asambleas metiendo presión a los representantes sindicales para que negocien convenios justos o convoquen huelga, y si no no la hacen se le mueve del cargo por aquellos que están dispuestos a pelear por sus derechos.
Hacer lo que hacen, llorando permanentemente en las redes sociales intentando dar pena no es más que un acto de hipocresía, demostrando públicamente que se respetan muy poco como profesionales y como personas. Estar siempre echando por tierra una profesión tan bonita es, desde mi punto de vista, un acto miserable de cobardía, demostrando que de profesionales tienen muy poco y que están en este trabajo obligados porque son unos incapaces de hacerse valer o, tal vez, porque claramente no valen para otra cosa que no sea ser sumisos constantemente.
No me valen sus excusas, que yo sepa no le comen a nadie por plantarse delante de su jefe y reclamar lo que en justicia consideran que les corresponde, un sueldo justo acorde con su trabajo y un trato humano, Porque por mucho que lo nieguen algunos, el empresario de verdad valora y respeta al buen trabajador. El mal empresario que no lo hace, no es empresario, es sencillamente un «negrero» que trata a sus trabajadores mucho peor de como le trataron a él cuando era empleado de una empresa, que de esos hay muchos en el transporte.
Del mismo modo que he visto, desgraciadamente muchas veces, a muchos que se «bajan los pantalones» y aceptan lo que les pidan con tal de estrenar un camión nuevo, del que después van presumiendo en Tik Tok todos los días como si el camión fuera suyo, alardeando de los viajes que hacen y de que la marca de camión que llevan es mejor que otras, dando auténtica pena y vergüenza.
Así que no me dan ninguna pena los que están quejándose siempre y me da mucha rabia que echen por tierra constantemente esta profesión, que si, que tiene sus particularidades, que no se parece para nada al trabajo en una oficina o en un almacén donde se trabajan ocho horas. Pero no creo que a nadie le engañaran diciéndole que esta profesión era diferente a la realidad diaria.
Lo otro, lo que lamentablemente veo a diario cada vez más, es desde mi punto de vista, ir por la vida de «plañideras», demostrando que se respetan muy poco como personas y como profesionales, porque si no están agusto con su empresa, es muy sencillo, cambia de empresa; si no te gusta esta profesión dedícate a otra, pero no quemes a nadie con tus frustraciones denostando que eres en realidad un incompetente y un mal profesional.
En fin, tengo muy claro que mi opinión no va a gustar mucha gente y que muy, muy pocos me darán la razón, pero me da exactamente igual, es mi opinión y agradezco a Diario de Transporte por dejarme hacerla pública. ¡Nos vemos en la carretera!».
Nota: Si quieres que publiquemos tu opinión envíala al correo electrónico: diariodetransporte@gmail.com
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