A las pruebas me remito… La falta de preparación, la constatable incapacidad para hacer viable una pyme, conduce a algunos a una irremediable ruina económica y fracaso empresarial. Basando su bolsa de trabajo en las migajas de algun flotista o logistica mafioso y chanchullero, pujan desesperadamente por subsistir en un mercado en el que, claramente, no pueden.
Es imposible cubrir gastos trabajando por debajo de estos. Es imposible obtener beneficios en una actividad en la que se basa ésta en la ilegalidad, el abuso a los derechos y salarios del trabajador, en la que los mantenimientos de los vehículos quedan en el olvido y en el que los neumáticos chinos son los demandados.
Basados en él, me evito gastar. Intento mal pagar y me olvido de respetar. Andan agua al cuello intentando mantener un status de empresarios que, claramente, les va a machacar. Prácticamente, ya no les queda nada en propiedad, salvan el culo alquilando, los chóferes buenos les van abandonando y se están endeudando en algo inviable de necesidad.
De protestar nada, dependen tanto del flotista a la hora de repostar, reparar y financiar, que no levantan la voz más que para gritar por telefono al que le canta las cuarenta, que por fortuna cada vez es más habitual.
Un profesional aguanta lo que haya que aguantar, se esfuerza por un jefe que le sabe recompensar, pero no se puede respetar a quien no te respeta, no se puede luchar por algo en lo que ya no se cree y es difícil apostar por algo que ya se ve que va a fracasar. Tendrás que buscar choferes en los anuncios y redes sociales, buscarlos en la oficina de empleo te viene grande y que tus propios empleados te recomienden, está reservado a los pocos buenos empresarios que tú, ni conoces.
A nadie se le caen los anillos por trabajar, «si hay que ir se va, pero ir pa ná es tontería». Paga, lo que tienes que pagar. Para eso, debes cobrar lo que tienes que cobrar. Pero una cosa es segura, si no pagas como debes el chófer se va a cansar y te va a dejar.
Tú, sigue con tu cochazo, sigue dandote el pegote, te quedarán las deudas y algún que otro monigote sabedor que no merece ni lo que le pretendes pagar. A las buenas empresas, les sobran buenos profesionales. A las malas, les sobran talibanes. Hala, por lo negro…
(Foto de archivo)
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