Leía en este medio una noticia sobre la desaparición de casi un millar de autónomos en el año 22, bueno autónomo más, autónomo menos, que a través de FENADISMER, se hacía eco de lo publicado por el ministerio sobre la situación de la flota en España.
Pues bien, sí me parece cierto que las sentencias sobre el acceso a la profesión y sobre la antigüedad de los vehículos hizo que crecieran el número de estas empresas, las del autónomo con un sólo camión, pero también es cierto que disminuyó la calidad de este tipo de empresariado.
Cuando digo calidad, digo formación para llevar a buen puerto una empresa, independientemente de su dimensión, porque ya no te digo las microempresas con empleados, lo mucho que dejan que desear, aplicando siempre la misma receta de empresa familiar que les permite el uso y abuso del tiempo de sus trabajadores, sin entrar en más detalles.
Y aunque en las grandes no es menor el abuso, si que hay mayor control de este abuso gracias a los comités de empresa y esa labor sindical que algunos tanto denostan.
Al caso, que no es menudo. Lo achacan a la guerra en Ucrania y al alza del precio de los combustibles, pero nada dicen de la incapacidad de estas empresas para subsistir por sí mismas en un mercado tan salvaje como el del transporte y la logística.
Muchos de los que hoy cierran, mañana están trabajando como conductores asalariados, otra cosa es qué condiciones acepten, en función de su necesidad y si arrastran una deuda de su aventura empresarial.
Sólo cabe reseñar que ojala hagan una reflexión sincera y no culpen de su ruina al gobierno de turno y entonen un mea culpa por su falta de previsión a la hora de ejercer una actividad para la que no estaban preparados, ser trabajador de su propia empresa, gestionarla y además querer compararse con un gigante logístico, cosa que alguno hace cuando dice que es empresa.
Pues no, no hay ni punto de comparación, porque si uno no es libre para gestionar su operativa y depende de terceros, lo que sí se es, es un trabajador low cost que asume los costes de explotación y que a cambio recibe las migajas que, en un mercado tan volátil, le permiten obtener.
Pero como digo siempre, no se me ofenda nadie, porque no me voy a comprar un camión, lo que sí digo, y no soy el único que piensa igual es, si tan mal va tu negocio, vende el tuyo, y ahora con más motivos, porque rápidamente te llamarán para trabajar como asalariado y hasta quizás puedas elegir la oferta que más te convenga.
No hay que tener miedo a cerrar, lo que hay es que tener cabeza para pensar en el momento adecuado, por eso de no arrastrar la ruina de uno y la de la familia. No hay más mérito por querer defender el ser autónomo, si en tu empresa, tu casa al fin y al cabo, no entran incentivos económicos.
Ser autónomo no es defender una bandera, sólo es una situación laboral concreta donde prima la rentabilidad y si uno no está preparado o no se siente con ganas, se abandona y a otra cosa.
Sí, ya sé que hay zonas donde el trabajo escasea y ser autónomo y transportista es una salida, pero como ya dije en otro artículo, este es un problema que existe, pues un camión tiene ruedas y el trabajo se puede ejercer en cualquier otro punto geográfico, lo que sí demuestra todo esto, es que esta opción no puede ser a cualquier precio, precio que por cierto no marcan ellos y sí, son cómplices de que este precio sea a la baja, por eso de ir a casa.
Y termino con la antigüedad de los vehículos que ha aumentado en una década su vejez, que también será causa de la guerra en Ucrania, en vez de esa permisividad de acceder de cualquier manera al sector, como falso autónomo y con un cacharro como herramienta que bien vale para hacer uso del imán. Causa de la guerra, pero la guerra de empresa contra empresa y autónomos contra autónomos.
Autónomo más o autónomo menos no varía el mercado, porque según el estudio son 776 empresas desaparecidas frente al aumento de la flota en 1.200 camiones. ¿No será que sobran camiones en España?
Habrá que ver como evoluciona 2023 porque con el aviso de la inspección en la forma de contratar, los falsos autónomos y los registros de jornada, tal vez sea una debacle en el sector, sobre todo aquellos que hacen de la ilegalidad un santo y seña.
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