Crisis. La opinión de Salvador Egea LLull

La empresa en que estaba hasta hace unos días, cierra y la cuestión, es que de nuevo, toca embarcarse rumbo a un nuevo trabajo

La empresa en que estaba hasta hace unos días, cierra y la cuestión, es que de nuevo, toca embarcarse rumbo a un nuevo trabajo
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Me hice hoy una pregunta que no puedo responder exactamente, pues la respuesta se debe y bebe de variedad. En los tiempos que corren, donde todo tiene nombre, anglicismos, eufemismos y si no lo tiene, se le aplica, me siento perdido y no sé si soy un mercenario, un número más, un obrero, sindicalista, esquirol, humanista, activista de los derechos, o simple y llanamente trabajador.

Será que tantos años metido en la cueva de Platón haya distorsionado mi concepto de realidad. O puede que la sociedad en su avanzar me ha moldeado sin yo ser muy consciente de ello. Sea como fuere, está claro que la realidad es diferente para cada uno y cada quien.

Solo lanzo mis pensamientos en código binario frente a la pantalla donde escribo esto, sin más ánimo que el de compartir un pensamiento con compañeros del sector. Habrá quienes estén de acuerdo y quienes no, pero eso es lo de menos. Solo quiero tomar esta ocasión de escribir para decir que muchos compañeros luchan en una guerra perdida.

La utopía de un transporte fuerte, unido, con derechos laborales dignos, etc, es una quimera. No tengo valor y menos todavía conocimiento para señalar con mi dedo y acusar culpables, que sería lo fácil. Creemos en la lucha diaria de dignificar el oficio, de reclamar mejoras en general, pero la realidad nos aboca al vacío.

El vacío no es otro que la realidad que permea el sector, al menos gran parte por no decir todo. La empresa en que estaba hasta hace unos días, cierra. Los motivos son ajenos al volumen de trabajo y al tema monetario, todo esto funcionaba sobre raíles, los motivos son otros. La cuestión, es que de nuevo, toca embarcarse rumbo a un nuevo trabajo.

Debo dar gracias, por desgracia quizás, que puedo y podemos en este sector actualmente sentirnos los jefes y poder elegir donde ir. Ser los entrevistadores en lugar del entrevistado. Tengo más interés en conocer qué condiciones y trabajo me ofrece el empresario que él en saber cuanto puedo valer.

Por un lado, la escasez de empleados abunda, pero parece que nadie tiene el remedio o lo busca. Todos, pese a sufrir de la misma dolencia, aportan las mismas condiciones y discursos. Desde el no podemos pagar más a es lo que se está pagando por ahí. Eso a nivel monetario. Si hablamos a nivel de conciliación familiar, más de lo mismo. De lunes a viernes, pero llegas sábado y habrá que salir muchas veces domingo.

Nunca aseguran una estancia de sábado o domingo completo en casa. Nunca mencionan ni negocian la conciliación, se aferran al artículo 3 de la ley no escrita del transporte por carretera. Esto es así. Siendo y perpetuando este Bushido del transporte, es decir, ese libro no escrito de normas a cumplir, que puede uno esperar a la hora de marcar un número de teléfono para una oferta de trabajo.

En apenas 2 semanas, tengo anécdotas de proposiciones, que dan para un artículo a parte. Trabajo hay, para local, para nacional, para internacional, etc. Cada quien vaya a donde más guste o convenga. Habrá quien pueda proporcionar un equilibrio entre salario y conciliación, será una rara avis que quien encuentre posiblemente no deje escapar.

Mientras eso pueda llegar a quien como yo en estos momentos está tanteando donde sentar su culo por 15 horas mínimo, no toca mas que bregar con la búsqueda del trabajo adecuado. Se que donde vaya, no va a ser perfecto, que no va a salir el trabajo en este oficio que ofrezca 2.300 de lunes a viernes ¿O si? Pienso o busco convencerme con encontrar algo que no me haga dudar o entrar en dicotomía.

No quisiera tener que preguntarme qué sacrifico ¿Salario o Vida? Como si una partida de Rol entre viejos amigos fuese esto. En una llamada hoy, día que escribo esto, me dijeron que debía elegir mi salario: 2.200 fijos cada mes y 10 céntimos por kilómetro superados los 10.000 o salario base, más 3 pagas, más dieta de nocturnidad.

Pese a rechazar esta oferta, me hizo pensar. Unos 1.800 euros al mes toda la semana fuera, de lunes a viernes (sábado), sin pagar extra los domingos que son festivos, o, 2.200 fijos haga lo que haga sin obligación de hacer mínimo kilometraje…

Ambas opciones son válidas así como injustas. Habrá quien encuentre correcto y justo esto. Habrá opiniones de todo tipo. Si optas por el camino de la Ley, parece que ésta te ampara en derechos a la hora de reclamar, pero no te compensa por el trabajo a realizar. Sabemos cada quien cuánto es la nómina según su convenio provincial, así que, ¿alguien se extraña que ofrezcan pago por kilómetro? ¿Sueldos fijos?

No importa si son 2.200 ó 2.500 euros, realmente lo importante es que nunca va a cambiar nada. Seguirá habiendo lameculos, esquiroles, pisapedales, necesitados, etc que acepten una cosa u otra. Para no tener ni que abrir debate en base a esto, habría que derrumbar los cimientos sobre los que se ha construido toda ley de transporte y empezar de nuevo.

Porque ya no solo es salario y conciliación, son muchas, muchísimas más cosas, que se pelean, se proclaman, se piden, se exigen, se luchan, pero queridos compañeros, no estamos más que lanzando pequeñas piedras contra un muro tan alto que nos tapa el sol y tan ancho que no vemos donde termina por cada uno de sus lados.

 

 

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