¿Debe el Ministerio de Transportes extender las ayudas a la obtención del permiso de conducción? La opinión de Fernando Guillén

A priori, la idea puede parecer buena, pero se debe estudiar más el trasfondo del porqué de esa petición: la falta de conductores profesionales, y especialmente, la falta de relevo generacional

A priori, la idea puede parecer buena, pero se debe estudiar más el trasfondo del porqué de esa petición: la falta de conductores profesionales, y especialmente, la falta de relevo generacional
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Quiero opinar sobre la reciente petición que realizó el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para que amplíe las ayudas para la obtención de los llamados permisos de conducción profesionales (C y D).

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A priori, la idea puede parecer buena, pero se debe estudiar más el trasfondo del porqué de esa petición: la falta de conductores profesionales, y especialmente, la falta de relevo generacional, y la pregunta que podemos hacernos es ¿Faltan maquinistas? ¿Pilotos de aviación?, primero: pues la verdad es que en general no es así, sin embargo en estas profesiones la obtención de los permisos no perciben ayudas de tipo alguno, a pesar de sus elevadísimos costes, sino que aquellos que invierten años y mucho dinero en esa formación lo hacen primero por vocación, segundo: porque saben que es una profesión atractiva, prestigiosa, correctamente remunerada y donde las prestaciones laborales, sociales y económicas se respetan en gran medida, y la pregunta es ¿Ese mismo atractivo y respeto existen en la profesión de conductor de mercancías o viajeros?.

Como perito recibo todos los días peticiones de asesoramiento, sobre incumplimientos de carácter muy grave: nulo respeto a la jornada máxima de trabajo, vulneración de descansos, nulo respeto a las jornadas en trabajo nocturno, falta de empatía a la mínima conciliación familiar, presiones continuadas para obtener altas médicas, presiones continuas para que los conductores no apliquen los indicado en el Reglamento UE 165/2014 en cuanto al uso de las funciones del tacógrafo para el registro de jornada, que nos remite a la Directiva 2002/15/CE y al Real Decreto 1561/1995.

A todo lo anterior se une una formación claramente deficiente, centrada en exclusiva en el Reglamento 561/2006 que tiende a “convencer»» de que un conductor tiene una jornada laboral de 15 horas, lo que es absolutamente falso, y si unimos a esto la elevadísima accidentalidad (138 fallecidos reconocidos en accidente laboral en 2024, 2,5 fallecidos por semana), que no se encuentra compensada por un reconocimiento de enfermedades profesionales ni por una edad de jubilación adecuada, además de los conceptos salariales absolutamente ridículos que rondan una media de 1.350 euros, tenemos la imagen real de un sector que de ninguna manera puede ser atractivo por mucho que se den ayudas para obtener un permiso de conducción. De hecho, hasta los conductores que se están contratando en origen terminan abandonando la profesión o cambiando de país, debido en gran medida a las enormes irregularidades de todo tipo y color que ya he denunciado en diversas ocasiones.

Ante este panorama, propongo medidas que, en el medio y largo plazo, darán como resultado, a nuestro entender, un relevo generacional proporcionado y una dignificación de la profesión.

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1.- La implementación real de un módulo de formación, con el nombre que se considere adecuado, donde los candidatos a esta profesión obtengan la adecuada formación practica y teórica, incluyendo, lógicamente, los permisos para ejercerla. Esta formación se puede dar en combinación con los centros de formación vial (autoescuelas). 

2.- El Comité Nacional del Transporte por Carretera debe incluir una representación de los trabajadores, cosa que ahora no sucede. Esta ausencia provoca que en la practica el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible esté actuando en este sector como una mera delegación de la patronal.

3.- Se debe conseguir un gran consenso para crea un Convenio Nacional, superando el marco actual del Acuerdo. De hecho, creo que se debe cambiar toda la negociación colectiva, obligando a que sean los trabajadores, sindicados o no, los que den el visto bueno a la aprobación de un convenio colectivo mediante votación.

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4.- Se tienen que reformar los servicios de Inspección de Transportes y de Trabajo. Este sector, que tiene una normativa específica, no puede seguir en el actual sistema de anarquía inspectora que viene sufriendo: debe crearse un solo organismo encargado del control de ambos aspectos, el laboral y el de transporte. Y desde luego, acompañarse de un baremo sancionador mucho más duro y efectivo que el actual, que sea verdaderamente disuasorio a la hora de cometer irregularidades, que ahora mismo se basan en la inoperancia de dichas inspecciones.

5.- Es totalmente necesario el reconocimiento de las enfermedades de este sector, de su elevadísima accidentalidad y mortalidad, y acompañarlo por tanto de una jubilación anticipada de carácter obligatorio que no vaya más allá de los 60 años dentro de la categoría de conductor, y que se permita, al mismo tiempo que el conductor adquiera cualificación para ejercer otras tareas dentro de la empresa, en una categoría diferente, mas allá de esa edad, ofreciéndole por tanto una alternativa al retiro.

6.- El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible debe elaborar un nuevo “libro blanco»», estudiar el sector y proponer, acompañándolas de presupuestos, las medidas necesarias que conduzcan a la reestructuración de un sector tremendamente atomizado y poco competitivo, para transformarlo en un referente en Europa. El actual modelo esta agotado y no sirve, ni para garantizar condiciones dignas a los conductores, ni para ofertar los servicios que las empresas demandan.

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7.- La negociación de los convenios colectivos debe enfocarse en considerar al conductor como un elemento de alto valor, y no como un gasto. Si queremos generar interés en este oficio no cabe duda alguna de que eso pasa por una remuneración adecuada, no tiene sentido un esquema como el actual, con un gran numero de convenios en salarios de SMI o cercanos al mismo, se tiene que acabar con una remuneración basada en km o en salarios cerrados.

8.- Los cargadores deben ofrecer condiciones dignas y adecuadas. No puede ser que se den esperas de horas y horas cuando tienes las operaciones de carga o descarga programadas, no puede ser que se programen rutas con tiempos al limite y donde después el conductor tiene serios problemas para aparcar o encontrar un lugar adecuado para su descanso, es inaceptable que no existan instalaciones adecuadas en puertos o polígonos industriales, llegando incluso a prohibirse el aparcamiento de los vehículos. Es intolerable seguir programando viajes que obligan al conductor a aparcar en lugares muchas veces de nula o escasa seguridad.

9.- La conducción en equipo debe limitarse exclusivamente a casos muy concretos y urgentes. Esto se conseguiría simplemente si la Inspección de Trabajo reforzara sus labor de supervisión sobre las empresas que realizan este tipo de conducción, porque todos sabemos que la conducción en equipo vulnera la legalidad laboral por todos lados y se mire por donde se mire: 20 horas continuadas de trabajo sin descanso alguno conforme la normativa RD 1561/1995 (12 horas de descanso entre jornadas con un máximo de 10 horas de trabajo efectivo y 12 con todos los conceptos articulo 8.2), con un descanso de 9 horas dentro de un periodo de 30 horas. Además, este modelo tiene un elevado nivel de accidentalidad y mortalidad.

11.- Los autobuses son además un sector donde la responsabilidad del conductor es enorme. No pueden seguir en el actual nivel de estrés, con horarios imposibles, con requerimientos de jornadas mas allá de las legales, con funciones que no deberían de ser las propias. Este trabajo en concreto debe gozar de una especial protección en materia de seguridad al conductor, y no debe extenderse en ningún caso mas allá de una jornada de 8 horas repartidas en dos turnos y con un descanso no menor a una hora entre ambos turnos.

Todas estas medidas son posibles, estoy seguro de que contribuirá en gran medida al reconocimiento del sector, a una mayor profesionalización, aumentarían notablemente los niveles de calidad y productividad, se crearía un interés por ser conductor o conductora, cosa que estoy seguro no va a suceder simplemente subvencionando con dinero publico unos permisos cuando, por el mismo costo, la gente no duda en financiarse un IPad o un nuevo ordenador portátil.

En definitiva, creer que el problema está en el costo de un permiso solo obedece a dos cosas: engañarse a si mismo, o estar ciego.

Luis Carnota alias “Fernando Guillén»».

Más artículos de Fernando Guillén. Prohibida su reproducción total o parcial sin citar la fuente original y el autor, sin la autorización expresa y por escrito del autor o el editor.

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