Ahora viene el después de los despueses. "El camionero en ruta". Opinión

Parafraseando al maestro Joaquín Sabina en una de sus canciones: "Ahora viene el después de los despueses", en el transporte por carretera en España, tanto en el de mercancías, como en el de viajeros, porque se avecinan días, semanas, meses y puede que hasta años, duros y difíciles, tanto para los trabajadores como para los empresarios.
Algo que cíclicamente ocurre después de cada catástrofe mundial, ya sea una guerra o, como en este caso, una crisis mundial como consecuencia de una pandemia sanitaria como la que hemos vivido, y seguimos sufriendo, por el maldito virus de trágico nombre que ya cansa repetir.
Volveremos, mal que nos pese, a una crisis mundial desconcertante en las industrias, empresas, empleos, sectores más directamente afectados y, prácticamente todo; de la que tendremos que unirnos mucho más de lo imaginable para superarla; aunque lamentablemente, como siempre, lo complicado será como conseguiremos esa unión y si seremos capaces todos de tomar conciencia, porque, a tenor de como ya se van desarrollando los acontecimientos, parece complejo, muy complejo.
Ya hemos comenzado a ver las primeras consecuencias que, previsiblemente, irán en aumento. Empresas de transporte de mercancías y de viajeros, con el agua muy por encima del cuello, ahogadas de deudas y problemas, porque esta crisis sanitaria nos pilló a todos desprevenidos, no solo en España, también en muchos países; trabajadores con el futuro pendiente de un hilo muy débil que cuelga de la crisis de las anteriores. Medianas y grandes empresas que están tomando precauciones serias, tirando de caja de resistencia, paralizando y anulando pedidos a fabricantes de camiones y autobuses, mientras negocian ERTEs, bajas incentivadas, despidos acordados y trabajos descentralizados en los domicilios de los empleados.
Lógica precaución, porque todos estamos de acuerdo en que, la salud es lo primero, pero el porvenir económico, laboral y social también, y mucho. Empresas obligadas a tener que desinfectar convenientemente instalaciones, antes de la incorporación del personal, industrias auxiliares que tienen que tomar todas las medidas sanitarias posibles, y todo lo que eso conlleva, hasta que gradualmente, más lentamente de lo esperado, volvamos a una cierta normalidad parecida a los meses anteriores a la crisis sanitaria.
Pero lo que realmente nos preocupa, aparte de las consecuencias sanitarias, a los profesionales del transporte, es como será y como influirá en nuestras vidas y economías ese "después de los despueses" que, lamentablemente ya estamos viendo. Veo a compañeros que llevan demasiados días tirados por las carreteras europeas, sin poder regresar a sus casas, imposibilitados porque sus empresas no encuentran cargas de retorno, y las que hay no compensan en consumo de combustible y trabajo; parados por normas y regulaciones propias de los países que han tomado sus propias medidas para evitar más personas contagiadas y todo lo demás.
Conductores que, de pronto y sin comerlo ni beberlo, han pasado de "héroes imprescindibles" a nuevos estorbos, en esas carreteras que, poco a poco, se volverán a llenar de automóviles. Restricciones que hace apenas unos días se levantaban por eso de que: "El transporte por carretera era una actividad esencial a la que había que facilitarle su trabajo meritorio"; pero que, desgraciada y cíclicamente, volverá a ser tratado con desprecio, con vulneración legal y reglamentaria vía decreto, de los derechos de las personas que están todos los días del año al volante de autobuses y camiones.
Sí, que nadie se alarme ni me llame revolucionario, simplemente soy realista, o ¿Acaso no se reconoce en cualquier democracia, en sus leyes fundamentales y constitucionales, el derecho de las personas a la libertad de circulación y de trabajo de los ciudadanos? Entonces.... ¿Los conductores y conductoras profesionales no somos ciudadanos? o ¿Solo lo somos cuando a gobernantes y políticos hipócritas les interesa?, ¿ No somos ahora y seremos después las mismas personas que nos hemos jugado nuestra propia salud para que a la sociedad mundial no le faltara el abastecimiento de los bienes esenciales? Si lo hemos sido cuando a los que dictan leyes les interesaba, en la misma e igualitaria proporción tenemos que seguir siendo imprescindibles, por lo que se tienen que respetar nuestros derechos fundamentales a la libre circulación y al trabajo.
Pero, ¡ojo!, no para ser explotados al antojo de empresarios sin conciencia ni humanidad. Se tienen que respetar los derechos para que podamos tener una vida de conciliación familiar y laboral, similar o igual a la del resto de los ciudadanos. Como también se deben dictar los reglamentos y leyes que controlen a los ciudadanos cuando salen todos a la misma hora a las carreteras, influyendo sobre gobernantes y tecnócratas para que nos saquen de ellas, dejándonos tirados en cualquier sitio, sin poder llegar a nuestras casas, mientras ellos van desesperados o vuelven de quitar la toalla de la playa, de pisar bosques sin tener ni idea de las vidas en los pueblos, o simplemente porque huyen desesperados de sus monótonas vidas.
Volveremos, desgraciadamente a ese: "Después de los despueses", y esos medios de comunicación y periodistas de sillón, que no quieren conocer la verdadera realidad del transporte por carretera porque sus medios están censurados por los inversores y bancos que les impiden informar con independencia, esos medios, decía, volverán a informar de accidentes de camiones y autobuses buscando sangre, metiendo en el mismo saco a todos llamándonos transportistas, ignorantes supremos e incapaces, de distinguir entre conductores, camioneros, transportistas y empresas. Sencillamente porque si alguna vez les hemos interesado, no era más que por el morbo sensacionalista de subir en el indice competitivo de audiencias.
Mientras nosotros, ya comenzamos a sufrir en nuestras carnes ERTEs, despidos, paro e incertidumbre; desgraciadamente también lo mismo que ya padecen muchos autónomos y pequeños empresarios a los que bancos y financieras dan la espalda, con los prestamos ICO y los créditos, porque solo buscan en las desgracias sacar carroñero beneficio. Seguiremos siendo moneda de cambio de ministerios y gobernantes para sus intereses, utilizaron y seguiran utilizando las palabras camioneros, conductores y transportistas, solo cuando les interesemos para presumir de que tenemos restaurantes y áreas de servicio a nuestra disposición ,-verdad a medias oculta-, carreteras y peajes gratis, más verdades a medias, desempleo y futuro incierto. Espero equivocarme por el bien de todos y todas los y las que nos ganamos la vida con un volante entre las manos.
No quiero extenderme más, aunque tengo la sensación segura de haberme dejado mucho sin escribir. En fin, ocasión habrá seguramente para poder escribirlo. Como siempre ¡¡¡¡ MUCHA SALUD Y BUENA RUTA!!!!.
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Foto: Archivo Diario de Transporte