Ayudas al sector, si. Sector subvencionado, no. "Camionero García". Opinión
Sí, toda ayuda es bienvenida en estos tiempos de cambio y de avance hacia un futuro más amable con el medioambiente y hacia una digitalización que ayude tecnológicamente al sector. Pero un sector subvencionado, no, porque estas subvenciones atan al sector frente a sus reivindicaciones legales.
Que haya ayudas para la renovación de flotas, de cara a hacerlas más eficientes y menos contaminantes y que además aminore el consumo de combustible equivaldría a los 20 céntimos de descuento en el precio del combustible en el poste. Que se ayude al sector en general para un avance en la digitalización que permita a este, gestionar de una manera más eficaz su actividad y por tanto reducir costes. Ayudar al sector en la formación de sus escalas de mando y de sus trabajadores, con el objetivo de trabajar en la eficiencia y en el ahorro de costes innecesarios.
Porque ayudar no significa subvencionar, que es precisamente lo que se hace con el descuento de 20 céntimos en el precio final del combustible, que luego se convierte en un descuento mayor con las ofertas de las petroleras y el descuento del IVA soportado. Pero es más, sería entendible que la ayuda sería para todo el mundo, como hasta ahora, eso sí, ante la queja razonable de aquellos que no tienen vehículo pero si soportan que de su bolsillo salga dinero público para algo que se puede evitar.
Y aquí muchos dirán que en el sector del transporte de mercancías por carretera no se puede evitar repostar para ejercer su actividad, pero no es así, al sector se le ha dotado de herramientas suficientes para repercutir los aumentos de estos costes si los hubiera, por tanto no es entendible que el actual gobierno aplique el descuento al sector cuando ya legisla con la Ley de la Cadena de Transporte la manera en que se debe trasladar los costes al cliente. Coste que siempre como en todos los casos los paga el consumidor final y que repito no se entiende esta subvención al transporte profesional.
Y digo más, estos 20 céntimos están sirviendo para usarse como rebaja en los precios de los servicios, cosa contraria al espíritu de la Ley de la Cadena de Transporte, y a sabiendas que esta subvención es coyuntural y el único objetivo que va a conseguir es seguir trabajando en el mal llamado “trabajo a pérdidas”.
Esto, que quien más lo ha peleado es el CNTC pero a la cual se suma todo el mundo, deja constancia de quién es el que manda en el sector en España y no deja dudas ante la sospecha de quién es el que manda en la parte del ministerio relacionada con el transporte de mercancías por carretera.
Lo que causa estupor es oír a muchos transportistas decir que no quieren subvenciones, pero que si al sector se le eliminaran los costes fiscales, harían que el sector fuera rentable. Osea no pagar impuestos por su actividad. Es para mearse y no echar ni gota, porque precisamente este sector en España es el que más dudas ofrece de cumplir la legalidad en materia fiscal y laboral, cosa se podría contrastar de manera muy sencilla.
Queda claro quien manda y quien dice lo que hay que hacer y cómo hacerlo, así que no tengan miedo a las inspecciones, ni tengan en cuenta el baremo de sanciones, tampoco teman incumplir los contratos con sus trabajadores ya que está aquí en CNTC para proteger sus intereses, los suyos primero y ya si eso, los de los autónomos y microempresas después, que por la pinta que tiene, son los que se van a llevar la mayor parte de las sanciones por la vía de la inspección.
Eso sí, olvídense de paros y mandangas, porque nadie da duros a cuatro pesetas y la contraprestación a la subvención pasa por la paz social en el transporte y sino al tiempo. Y no, tampoco Plataforma va a ser capaz de hacer frente a este súper poder que tiene el CNTC dentro del MITMA.
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