Opinión

Dignidad y vergüenza. Opinión de Fernando Guillén

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Un camión en carretera
Dignidad y vergüenza. Opinión de Fernando Guillén

Estimados compañeros: Quería, otra vez, dedicar la carta de hoy a la carga y descarga, pero, nuevamente, me puede la rabia. Veréis, la cosa es la siguiente: se publica un anuncio de prensa de una conocida empresa de transporte de Pontevedra, de la zona de Porriño. Además de incluir en su demanda de conductores, oferta de "salario competitivo", me llama la atención esto: "Plus: telefono de empresa"....O sea, que lo que hacían era ofertar el telefono de empresa como si fuera una ventaja que se lo entregaran al conductor, cuando es una herramienta de trabajo más.

Lo sorprendente fue cuando a poco que me puse a averiguar el asunto preguntando aquí y allá, descubro que, al menos en Galicia, empieza a ser algo habitual que sea el conductor el que ponga su telefono a disposición de la empresa. De hecho, contacté con una de las empresas que en la zona de A Coruña tampoco entregan telefono de empresa, y el empresariosaurio me decía: "es que total, todos tenéis tarifa plana y así te evitas andar con dos teléfonos".... ¡Que amable!... ¡Que preocupación por el bienestar del conductor!.

Pero eso no es lo peor, no, lo peor es que te encuentras con la triste realidad de que los conductores aceptan esta practica. Ante lo cual, yo creo que en breve, los mismos empresarios empezarán a requerir los servicios de esposas y hermanas de los susodichos conductores y se terminará accediendo.

Hemos llegado a unos extremos de falta de decoro, de pérdida de dignidad y de vergüenza, que claman al cielo. Me imagino, que en breve, también pondréis vuestras tarjetas para repostar los vehículos o pagar las averías... Me queda claro, cada vez somos más subnormales, es que no se entiende de otra forma. O sea, ya no solo no trabajamos por lo que fija el convenio (¿Qué carajo es eso de salario competitivo en una oferta de empleo? !pague usted lo que fija el Convenio Colectivo y déjese de monsergas!,), no solo renunciamos a derechos como las dietas, los días de libranza, las horas extraordinarias, la nocturnidad o las prendas de trabajo; ya no solo cargamos y descargamos, es que ahora ya nos piden que pongamos el móvil, y dentro de poco, nos pedirán que pongamos el culo, ¿y sabéis lo malo? que lo haremos.

Informo, esto es lo que tiene que cobrar un conductor profesional de transporte de mercancías por carretera en la provincia de Pontevedra y solo lo he ojeado por encima sin revisarlo a fondo.

.- Salario Base: 1.100,98

.- Dieta Local: 39,05

.- Dieta Nacional: 46,92

.- Dieta Internacional: 86,05

.- Paga extra (3): 1.100,98 + antigüedad

.- Complemento: 31,84

.- Plus transporte + de 6000 km:

-- Internacional: 0.0215

-- Nacional: 0,0162

Ambas cantidades se incrementaran un 50% en doble conducción. Hora extra y conducción nocturna, un 25% sobre la hora convencional. Existen además prestaciones adicionales para conductores de portacoches, cisternas, capitoné y ADR.

Esto, suponiendo una actividad normal con 12.000 km mensuales en nacional y 20 días de trabajo, haciendo todos los descansos semanales en casa, a jornadas de 45 horas semanales, nos daría un salario de 2.168,42 euros, sin prorratear las pagas extraordinarias, es decir 3 veces al año, percibiríamos 3.200 euros brutos... Repito, todos los fines de semana en casa, 12.000 km al mes y con 20 días de trabajo con 45 horas semanales. Todo lo que este por debajo, es un robo, así que si anuncian "condiciones económicas excelentes" por debajo de esto, nada.

Bien, y desde luego, deben percibir lo necesario para su trabajo, incluido prendas de vestir adecuadas, material de protección, y, como no, teléfono móvil. De nada valen los convenios, ni que los sindicatos negocien condiciones, si luego vamos perdiendo la dignidad y la vergüenza. ¿Hasta cuando vamos a seguir tragando?¿Cuanto más nos vamos a bajar los pantalones?.

Un saludo y buena ruta a todos.

Autor: Fernando GuillénProhibida su reproducción total o parcial sin la autorización expresa y por escrito del autor o el editor.

Foto: Archivo