Opinión

Dos Reales Decretos y mucha incapacidad. "Camionero García". Opinión

Dos Reales Decretos y mucha incapacidad. "Camionero García". Opinión
Imagen de dos Reales Decretos y mucha incapacidad
Dos Reales Decretos y mucha incapacidad. "Camionero García". Opinión

Después de dos Reales Decretos y un paro patronal, parece ser que suspendido temporalmente, queda demostrada la incapacidad de los empresarios españoles del transporte para hacer efectivas las herramientas que el MITMA ha puesto en manos del sector para llevar a cabo las reivindicaciones que ellos mismos, los transportistas, llevaron a la mesa de negociación con el ministerio.

Poco espacio ha quedado para volver a llamar al sector a otro paro, algo que ya nadie entendería, pues aquello que pedían se les ha concedido. Todo ello a sabiendas que en cualquier negociación hay contrapartidas a las que ceder, como son los pesos y medidas de los vehículos, así como también los futuros peajes en las vías de alta capacidad.

Es sorprendente escuchar y leer que muchos pequeños empresarios o autónomos no sepan cuales son sus costes y tengan dudas a la hora de poner precio a sus servicios. Lo cierto es que uno no se sorprende de ello y en más de una ocasión dije, cuidado con lo que pedís o de qué costes hablábamos a la hora de exigir una ley que no permitiera contratar por debajo de los costes de explotación.

Cuando uno se sienta a negociar con la administración cualquier tema, se entiende, o al menos la administración entiende que se sabe de los que se está hablando y además que lo que se va a conceder se sabe aplicar. Pues bien, vista la opinión de mucha parte del sector, parece ser que esta ley de no contratar por debajo de costes no gusta a nadie y ha traído más burocracia al sector y más incertidumbre, por no decir miedo al cargador.

Lo que parece ser un gran éxito para el pequeño transportista va a ser su quebradero de cabeza hasta que de una vez por todas se siente delante de una calculadora y sepa de verdad cuales son sus costes de explotación, su nicho de actividad y su zona de competencia, porque querer jugar a ser lo que no se es, solo trae consecuencias nefastas para su cuenta de resultados.

Uno puede estar cansado de escuchar el mismo discurso siempre, pero la realidad dice que con lo que el gobierno y sus ministerios correspondientes han puesto sobre la mesa, se ha conseguido mucho más que en los últimos treinta años, que no ha sido más que un valle de lágrimas por parte del empresariado español del sector y un paraíso para aquellas empresas que sintiéndose fuertes dentro del CNTC a través de sus asociaciones, no han hecho por el transporte nada más que fijar situaciones de imposición en los precios, de imposición en el trabajo y ser partícipes de una situación laboral y salarial más que precaria para sus trabajadores.

Pero como siempre quiero ser optimista respecto al transporte de mercancías por carretera.

Sí, quiero ser optimista porque quizás de esta se le empiece a meter mano a toda esa amalgama de cooperativas de dudosa legalidad, para que dejen de hacer competencia desleal en el mercado, optimista para que se termine de una vez con el sistema de módulos y así todos competir en igualdad de condiciones, optimista para que en esos tan cacareados costes se tenga en cuenta el cumplimiento de los convenios colectivos y se puedan firmar aquellos de los que la patronal se niega a renovar, optimista para negociar de una vez el tercer acuerdo general del transporte y así poder avanzar en la actividad teniendo todos claro las condiciones para trabajar.

Los RD de marzo y de agosto abren puertas que hasta ahora estuvieron cerradas y hay que traspasar esas puertas. Por eso es tan importante la formación, como mínimo para saber interpretar las normas y saber gestionar una empresa, cosa de la cual dudo en muchos casos y lo digo sin poner dimensiones, porque un autónomo, aún estando sometido a los abusos de los operadores, puede ser mucho mejor gestor que un CEO de una gran empresa, sobre todo si esta gran estructura basa su cuenta de resultados en asumir las posibles sanciones por abusar, defraudar o explotar a base de un baremo sancionador ridículo.

Aprender a decir no a los abusos y a los bajos precios seguro que traería menos días de parada que los días que costó el pasado paro. Porque la razón está en usar la inteligencia y no los cojones, porque visto el resultado, queda demostrado que pedir por pedir, exigir sin estrategia y asumir discursos caudillistas solo han llevado a la desilusión y al malestar permanente.

Aún así y todo hay quien ha visto la oportunidad de dar pasos para demostrar quién tiene la representatividad en el sector y no dejando en manos de cualquiera las posibles acciones a llevar a cabo, se han sentado para sacar adelante una acción conjunta de diferentes asociaciones provinciales para tener su propia voz sin especulaciones ni egos personales con la certeza y transparencia de quien les avala, sus asociados y sus licencias.

Que los problemas son muchos, es cierto, que la solución pasa por cada uno de los actores del sector, es una verdad irrefutable, pero que ya se tienen las herramientas para tirar adelante con lo que se pedía, no se puede negar. Ahora solo hace falta ponerse las pilas y aplicar la norma y echarle valor frente a quien se salta la ley. Si es que no se es uno de ellos.

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