Opinión

El compañerismo en el transporte. "El camionero ácrata". Opinión

El compañerismo en el transporte. "El camionero ácrata". Opinión
Imagen símbolo del compañerismo
El compañerismo en el transporte. "El camionero ácrata". Opinión

Muchas veces hablamos de compañerismo en el transporte y esta semana he visto dos ejemplos totalmente contrapuestos. Supongo que muchos habréis visto el vídeo del compañero Antonio Abad, donde se ve su camión de la empresa Transportes Valiente, accidentado en un parking.

Para los que no lo conozcáis, el compañero Antonio Abad es un chófer como la copa de un pino y tengo la suerte de tenerlo como amigo. Durante muchísimo tiempo, Antonio, desde su página de Facebook nos relataba su faena, explicándonos curiosidades de los países que visitaba, dando repasos a la normativa del tacógrafo y contándonos cosas sobre su día a día en la carretera.

Por desgracia, en este sector hay mucho miserable que se cree el rey del mambo, criticando y vejando a todo aquel que comete un fallo. Me parece vergonzoso que alguien aproveche un error que podemos tener cualquiera, para criticar o dudar de la profesionalidad de un compañero.

Como digo, Antonio es una persona sin maldad y con un corazón de oro. A pesar de estar en las antípodas políticas, siempre me ha tratado con respeto y siempre nos hemos ayudado mutuamente. Creo que no se merece lo que le ha pasado.

El mismo día que recibí esta noticia que me entristeció mucho, pasó algo que me hizo pensar que aún hay esperanza para el sector. Entré en la terraza del bar del puerto y allí había tres o cuatro compañeros de diferentes empresas. La conversación discurrió más o menos así. Un compañero de otra empresa, llamado Antonio también, había dejado su empresa tras casi veinte años. Todos sabíamos que Tonio, como le llamamos muchos, llevaba un tiempo quemado con su empresa. Lo que nunca nos podíamos imaginar era que llegaría al extremo de irse él por voluntad propia, es decir, ni paro, ni indemnización.

El comentario entre nosotros era la preocupación por su situación económica, con una niña de dos años y sin ingresos. Al momento, todos los allí presentes empezamos a ver la manera de ayudarle, tirando de teléfono le conseguimos dos ofertas de trabajo. Por suerte, a los buenos currantes como Tonio, no le falta la faena y cuando contactamos con él, nos dio la alegría de que ya estaba trabajando con otra empresa.

Con esto quiero decir que los que hacen bueno o malo el sector, somos nosotros mismos. Si de verdad queremos recuperar el "compañerismo de antes", tenemos que cambiar nuestra actitud y apartar a todos estos que se ríen o critican los errores de los demás. Sólo espero que el karma no les devuelva todo el odio que destilan.

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