Opinión

El lío franco-británico. Opinión de Fernando Guillén

El lío franco-británico. Opinión de Fernando Guillén

Estimados compañeros: Escribo este articulo de opinión en relación, no podía ser de otra forma, a lo acontecido en Reino Unido con el cierre de la frontera decretado unilateralmente y sin preaviso por el estado francés.

Es evidente que este cierre colocó a nuestros compañeros en una situación precaria y de mínimos, sin restaurantes ni servicios higiénicos. Hemos podido observar como los medios de comunicación de nuestro país se hicieron eco de esta situación, sin que se aprovechara para denunciar la realidad del sector y la precariedad del mismo por cierto.

Somos tan burros que incluso alguno se ha dedicado a perder el tiempo criticando al gobierno español, seguramente es que no invadió Francia que según alguno debe ser lo que tendría que hacerse, o no envió la flota a conquistar Reino Unido, según otros… y por supuesto, los siguientes culpables: los sindicatos. Faltaría mas. Todos culpables de que Francia, de la noche a la mañana y sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo cerrara la frontera sin avisar ni al gato, lo que imposibilito cualquier medida previsora ni de Reino Unido de ninguno de los estados que tenían a sus conductores empantanados en aquel caos.

Eso si, ni una palabra de los miles de conductores asalariados que no perciben un céntimo por estar parados, a pesar de que sus convenios colectivos reflejen que deben recibir sus dietas, a pesar de que sus convenios indiquen que deben ser remunerados por pasar las navidades fuera de casa, de eso, ni una palabra. Nada. Cero. Los medios de comunicación, obviamente no se enteran absolutamente de nada en relación a la problemática de este sector, tampoco, y, para mas INRI a quien se vuelve a dar voz es a los empresarios, que lamentan amargamente “las malas condiciones de sus conductores allí atrapados”, como si fuera una novedad los miles de conductores asalariados que pasan las navidades fuera de casa cada año, los empresarios, no nos engañemos, solo tienen un objetivo: disponer de los camiones cuanto antes para cargarlos y salir cagando leches.

Vamos, segurísimo que esos empresarios tan preocupados tendrán a bien dar unos días de descanso a esos camioneros atrapados en Reino Unido cuando lleguen a casa, seguro, sin duda, y les pagaran sus dietas y complementos. A ver si dejamos la ingenuidad de una vez.

Pero este embotellamiento si ha servido para algo:

En apenas 3 días, los supermercados británicos empezaron a quedarse sin existencias,  fijaros que sencillo seria tumbar a un gobierno y obligar a las empresas a ceder. Fijaros que sencillo: 72 horas sin mover un camión, tan fácil como eso.

Claro que para eso hace falta organización ¿Y quien puede organizarnos? Los sindicatos, tanto los sectoriales como los tradicionales, esos a los que los analfabetos tildan e inútiles y come gambas, esos que son, según estos muchachos tan listos, tan inútiles que los empresarios se cuidan muy mucho de tener a nadie que huela a sindicalismo en sus empresas. Tan poco necesarios para los asalariados que los Comités de Empresa, fundamentales a la hora de ejercitar el derecho de huelga y de vigilar el cumplimiento de los convenios, se constituyen en listas cerradas desde la dirección de las empresas después de llamar a cada conductor al despacho y darle la charla, y enviar a los “rebeldes” a destinos bien lejanos el día de la votación y sin informarles de su derecho al voto por correo.

Y claro, mientras no estemos sindicados, y mientras no nos molestemos en elegir Comités de Empresa alejados de la dirección de la empresa, la posibilidad de una huelga de conductores asalariados es, sencillamente, inviable, como también lo será el cumplimiento de los Convenios Colectivos, porque son los Comités de Empresa y los Delegados de Personal los principales garantes de que estos convenios se cumplan, y por eso las empresas controlan estos Comités y odian a cualquiera que pueda aparecer a joderles el negocio que tienen montado.

Pasar las navidades en Dover es una putada, pero entre pasarlas cobrando 0 euros por día a hacerlo cobrando entre 60 y 90 euros diarios, dependiendo del convenio, y además cobrar en Nochebuena un plus adicional de entre 100 y 300 euros, cambia bastante el asunto, y es que las penas con pan, son menos penas.

Pensarlo bien: Un Comité de Empresa en una empresa de entre 50 y 100 empleados solo necesita a 5 asalariados que presenten su candidatura, y están protegidos por el Juzgado de lo Social, que es el encargado de comunicar a la empresa la petición de celebración del proceso electoral, con los candidatos, y si la empresa toma cualquier medida de represalia tendrá que pensárselo mucho, porque las consecuencias, y para eso están los sindicatos, serán graves para la empresa que puede meterse no en un proceso social, sino además penal. Es decir, nada tiene que temer el trabajador que englobe ese listado, salvo las presiones del miserable jefecillo de turno al que, muy educadamente, se manda a la mierda.

Poco a poco han ido cambiando cosas en el transporte:

Cada vez menos gente “saca” la tarjeta, cada vez son menos los que están dispuestos a pasarse de tiempos. ¿Por qué no puede ser que el próximo paso sea que cada vez en mas empresas, al menos en las de mas de 50 empleados, se constituyan comités de empresa independientes que vigilen de una vez el cumplimiento de la legalidad laboral?. Eso no impedirá cosas como las que hemos visto estos días, pero desde luego, significaría que por fin el transporte por carretera recupera la dignidad, significaría la posibilidad de organizarnos, y de que tener a miles de trabajadores tirados en una cuneta no salga gratis, como va a salir ahora. ¡¡Felices fiestas a todos. Y buena ruta!!.

Autor: Fernando GuillénProhibida su reproducción total o parcial sin la autorización expresa y por escrito del autor o el editor

Foto: Archivo