Ex delegado de la empresa Syrtrans Logística. Opinión anónima
Haciendo reflexión de toda la experiencia vivida, de lo visto y oído como delegado personal durante ocho años en en el comité de la empresa de transporte donde trabajo, puedo decir que la «sumisión» es una palabra fundamental para muchos de los que dicen ser compañeros.
Por todo eso y la idiosincrasia de esos que dicen ser compañeros que son incapaces de tener un mínimo gesto de cortesía, amabilidad o incluso respeto hacia quienes les representa o les han representado ante la empresa y se han esforzado porque tengan unas mejores condiciones de trabajo y un salario digno. Es más, en ocasiones hasta llegan a responderte dándote la espalda y con quejas por detras escondiéndose entre farolas para que otros ponga la cara y luego se beneficien. Sin saber que te dejan al descubierto ante la empresa cuando hay elecciones sindicales para votar a sus amiguitos creyendo que son mucho mejores.
Hace unos años decidí entrar como delegado de personal de una empresa de transporte de contenedores del Puerto de Valencia, y la llamaremos «X» y miembro de comité de empresa, esto fue como aquél que dice por castigo, y digo esto porque nadie de mi empresa quería ser delegado en aquellos años, es como colgarse un ancla y arrojarse al mar si no eres sumiso ante la empresa, y si eres un delegado sumiso y no conflictivo, como lo define las empresas, más bien te ganas amigos y llegas a tener mejores condiciones que tus compañeros, veinticuatro horas y 365 días a disposición de la empresa con mejor camión, viajes a la carta y mejor remuneración.
Hace unos meses fueron las elecciones sindicales en la empresa, y resulta que muchos querían ser delegados y miembros del comité empresa, cosa que me alegro, implicación y defender buenas condiciones de trabajo y en segundo lugar como siempre ha sido mi ideología la remuneración, no quiero pensar mal y que vayan a su pura conveniencia como siempre ha pasado en otras empresas. En fin, en aquellos años solo habían dos compañeros dentro del comité, que son los que tenían que discutir y pelear con la empresa en las reuniones, lo que se denomina paritarias, lo vi desproporcionado, ya que por número de trabajadores correspondían cinco delegados y decidimos entrar por voluntad propia un compañero y yo, ya que nadie está obligado a ser delegado, a este si se le puede llamar compañero, porque ahora pasea con su pelo de Turquía por la empresa, acomodando su culo, ya no quiere saber nada, es a si de simple.
Entre con la idea de dar un empujón con nuevas perspectivas he intentar y mediar una «paz social» que bonitas palabras ¿No? Entre el colectivo de conductores y empresa. Pero ya se lo que suele pasar en las empresas, ninguna quiere a un comité ni mucho menos a delegados que no se han sumisos, las medianas y grandes empresas que tienen acuerdos y convenios internos acordados se blindan con asesores laboralistas y lumbreras palabritas que son los que asesoran y ejecutan, así se colocan medallas al mérito.
Al poco tiempo me di cuenta de cosas que no eran coherentes ni razonables, las típicas comidillas de cualquier empresa que tenga representación sindical, a los delegados cuando más lejos los tengas mejor, en esta empresa no queremos a delegados conflictivos, dicho por uno de los lumbreras de la empresa, la discriminación sindical es una falta grave, difícil de probar pero no imposible.
Desde el año 2016 al 2021 fueron 47 expedientes disciplinarios, entre estos dos expedientes disciplinarios míos, uno con una falta muy grave y otro con dos faltas muy graves, el arma bananera de una empresa para cohibir a cualquier trabajador o delegado, el más mínimo fallo expediente. Que si que si, es el arma que tienen las empresas para defenderse hoy en día o también un modo de despido, juez y verdugo y luego harás lo conveniente, o tragas o no te impugnas. Puedes ser un delegado sumiso, bananero o un delegado defensor que es lo mismo que ser conflictivo ante la empresa. Cada expediente tiene que ser defendido mediante alegaciones de los miembros del comité, y redactar alegaciones no es cosa fácil y más sin saber, para que después el trabajador que ha sido expedientado no tenga los suficiente cojones para denunciar. En este aspecto el comité de mi empresa, defendió a cada uno de los trabajadores, siendo justificado o no, alguno llegando a ser despedido injustamente.
Después de negociar y pelear con un reparto equitativo entre los conductores de la remuneración, de conseguir las mochilas o acumuladores de aire acondicionado con vehículo parado, de conseguir pernoctas no reconocidas en algunos viajes del acuerdo interno, de conseguir la retribución en periodo de vacaciones, desde el 2019 hasta el 2021 cobraron casi los 2.000 euros en retribución estando de vacaciones, de recuperar en casi su totalidad la remuneración del acuerdo interno de empresa original después de dos modificaciones sustanciales, de conseguir la entrega del registro de la jornada, de que pagarán las tasas del Certificado de Aptitud Profesión (CAP), de pelear por unas condiciones proporcionadas, y a pesar, denunciar ante inspección de trabajo reiteradamente, porque es la única arma que tiene un comité de empresa cuando no se siente apoyado por los que representan (compañeros).
Hay unas palabras de «Bertolt Brecht» que definen a un hombre: "Los que luchan un día son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles".
Ahora toca esperar un año, que es el tiempo que tiene un delegado de personal de blindaje para ser despedido después de su mandato, o bien agachar la cabeza y dejas que los trepas hagan su función.
Ante todo lo dicho anteriormente, tengo que dar las gracias a esos que han estado apoyando y dando su gratitud por todo lo conseguido, y sin más, es el haber visto que somos personas y no una pieza más del camión que nos asigna nuestra empresa.
Un articulo de Conductores Puerto de Valencia publicado en Diario de Transporte con autorización de su editor.
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