Opinión

Falsos autónomos o el último eslabón del trabajador explotado

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Dibujo de los falsos autónomos. Diario 16.
Falsos autónomos o el último eslabón del trabajador explotado

El pasado jueves compareció la Ministra de Empleo en la Comisión de Empleo no solo para dar los últimos datos de la EPA, sino para que informara a raíz de las actuaciones de la Inspección de Trabajo en relación a la empresa DELIVEROO, cuál va a ser la actuación del gobierno en relación a esta cuestión y es que el uso de Trabajadores Autónomos para encubrir relaciones laborales, llueve sobre mojado, creando un elemento más de precariedad laboral en unas relaciones laborales ya muy deterioradas.

A pesar del optimismo con el que el gobierno maneja los datos, creo que es incontestable, que la Reforma Laboral del 2012, del Partido Popular, dando prioridad al Convenio de empresa, sus más de 33 retoques a la legislación laboral y su obsesión por fomentar el emprendimiento, mediante tarifas planas, ha llevado a las personas trabajadoras a un escenario no conocido hasta ahora de devaluación salarial, externalización abusiva hacia las llamada empresas multiservicios (que se han dedicado a negociar Convenios indecentes en sectores como la hostelería y la seguridad privada), a tasas cada vez más altas de temporalidad y parcialidad no solo fraudulenta sino precaria e involuntaria y a la generalización de un modelo, en el que se ha fomentado que trabajadores que tan solo aportan su mano de obra, que trabajan dentro del ámbito de organización de una empresa, a cambio de un salario, han sido obligados o abocados a darse de alta en el RETA, como única vía de subsistencia laboral.

La obsesión de este gobierno por el emprendimiento y el fomento abusivo del autoempleo, a sabiendas de que está creando un eslabón más de trabajadores empobrecidos, solo se justifica en una nueva intención de maquillar con datos de altas los datos de paro y lo que es más preocupante, de trasladar al ciudadano la responsabilidad de buscarse la vida; trabajadores que nunca tuvieron en mente ni ser emprendedores ni ser empresarios y que se ven abocados a ello como única salida para intentar subsistir.

El llamado falso autónomo es el elemento más débil de la relación laboral. La situación en la que se encuentra un trabajador “falso autónomo”, es de precariedad y pérdida de derechos, no se le aplica ni el Estatuto de los Trabajadores, ni el Convenio Colectivo, por lo que no tendrá derecho a ninguno de los derechos reconocidos, vacaciones, permisos, ni derecho a representación sindical en la empresa, carece de protección en materia de prevención de riesgos y en caso de cese en el trabajo no se seguirá el procedimiento por despido ni tendrá derecho a indemnización y, además no tendrá derecho a protección por desempleo.

Y en este punto la llegada de las plataformas digitales, como Deliveroo ha sido la gota que ha colmado el vaso del incremento exponencial del uso del RETA y de la figura del TRADE, para que los trabajadores, sobre todo jóvenes, como única alternativa a la falta de empleo y alentados por la tarifa plana se busquen la vida; trabajadores que sin conciencia de autónomos y mucho menos de empresarios, aportando una bici o una moto, se dan de alta en RETA con la sola idea de subsistir, dándose de baja, en muchos casos cuando se termina la tarifa y no pueden afrontar el pago.

El uso masivo de autónomos es una práctica que vienen sufriendo las personas trabajadoras en los últimos años; la construcción, la sanidad privada, el sector de la limpieza de edificios, los medios de comunicación, realizan su actividad con trabajadores autónomos o TRADES, que son en realidad trabajadores por cuenta ajena, es más podríamos señalar casos donde el empresario despidió a sus trabajadores para contratarlos como autónomos a través de un contrato mercantil, obligándoles a darse de alta en autónomos.

Asistimos desde hace años al uso del cooperativismo y fórmulas de economía social, como instrumentos de abaratar costes y sustituir empleo estable por empleo autónomo y precario, todos conocemos ejemplos en el sector cárnico en el que las empresas una vez que agotaron las posibilidades de la contratación temporal directa o a través de ETT ofrecieron a esos trabajadores como única alternativa la de darse de alta como cooperativistas en el RETA, trabajando en el mismo puesto, en las mismas condiciones pero sin ningún derecho y menos ingresos. Las cooperativas se han convertido en muchos sectores en instrumentos de esclavismo.

Y lo último, Deliveroo, donde los repartidores, con un contrato de TRADES, han sido objeto en Valencia de la actuación de la Inspección de trabajo; en la que se ha puesto de manifiesto, lo que ya se venía denunciando y es que esos riders son trabajadores por cuenta ajena, sin ninguna capacidad de negociar sus condiciones laborales y sometidos al poder organicista y disciplinario de la empresa que gestiona la plataforma y a la cual van los beneficios derivados del trabajo de los repartidores. Trabajadores sin derechos y sin protección.

Las fórmulas de economía social, el cooperativismo, las plataformas digitales, pueden ser una vía de crecimiento económico y de creación de empleo, pero no podemos consentir que se conviertan en un nuevo nicho de precariedad laboral, que encubra la actividad de trabajadores sin derechos, y al margen de un ya muy deteriorado Estatuto de los Trabajadores una vez más. Fuente original: diario16.com