Opinión

Por qué los sindicatos pierden fuerza. Opinión de Miguel A. Mata Pardo

Por qué los sindicatos pierden fuerza. Opinión de Miguel A. Mata Pardo
Manifestación de sindicatos
Por qué los sindicatos pierden fuerza. Opinión de Miguel A. Mata Pardo

Esta cuestión que publicó hoy. se que va traer diversas opiniones:

Cuando decidí crear un blog “conductoresdelpuertovlc.com” no lo hice con la intención de hacer proponga ni de un sindicato ni de otro, ni mucho menos de criticar, solamente de reivindicar, a pesar de que soy afiliado y delegado de mi empresa, un trabajador mas y no sindicalista que intenta defender sus derechos y al mismo tiempo el de sus compañeros, que siempre estoy a favor de una armonización en las condiciones laborales tanto de el sector donde trabajo en estos momentos como en el transporte en general, y hago referencia a esto, porque he visto publicaciones en las redes sociales dando críticas a los sindicatos, discrepancias entre unos y otros. Puedo decir y asegurar que donde estoy afiliado hay gente que se presta ayudar y otros no dan pie a prestarte atención.

No por eso dejo de ser yo mismo, y tratando de poner interés en unos derechos fundamentales y un valor al trabajo que se realiza en un puesto de trabajo, ni más ni menos, porque trabajar hay que trabajar, pero con un salario y condiciones dignas, como está dispuesto en los convenios colectivos de transporte de mercancías por carretera.

Los sindicatos han perdido credibilidad

Son múltiples las cuestiones que dan pie a que los sindicatos pierden empatía con los trabajadores, y en mi humilde opinión, uno de los principales problemas de los sindicatos es que se ocupan por mantener las subvenciones y no por ganarse la confianza de los trabajadores, una de las grandes razones en que estos van subvencionados por el gobierno, ya que a lo largo de los años han ido perdiendo credibilidad, y los hemos dejado en el olvido, la prueba esta con el millón y medio de afiliados que se han perdido desde el año 2012 . ¿Quien trabaja gratis en este país? Al igual que un trabajador es remunerado por unas labores, estos también tienen su salario igual que nosotros, parecen los ERTEs igual que muchos de nosotros generado por la crisis del Covid-19.

Personalmente tengo el ejemplo en la empresa donde trabajo, donde somos unos ciento cincuenta trabajadores y de estos habrán afiliados unos 15 trabajadores, lamentable, al igual que he mencionado anteriormente que un sindicato, uno cualquiera, debería ganarse los votos de confianza de nosotros, también deberíamos hacer lo mismo, un contrato una afiliación en cualquier sindicato que nos represente interesadamente.

A modo de ejemplo; tenemos los países nórdicos –Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia-, donde poseen un sistemas de relaciones laborales basados en compromisos de clase institucionalizados entre las organizaciones de trabajadores y empresarios. Estos cuatro países tienen los niveles más altos de sindicalización de Europa. Históricamente todos poseen sistemas de protección de tipo “Ghent”, con seguros de desempleo voluntarios, pero subvencionados por el Estado y administrados por los sindicatos. Tales sistemas son vistos generalmente como fuente de fuertes incentivos a la afiliación sindical.

Las afiliaciones sindical en España se mantuvieron estable en toda la democracia. En concreto, en los años 80 la afiliación sólo llegaba al 14% de los asalariados, una cifra que en 2010 era del 16,4%. Siendo el porcentaje, no obstante, uno de los más bajos de Europa, sólo superado por Francia, el país con menor afiliación sindical (un 8%). En los países como Dinamarca o Finlandia los sindicatos cuentan con una afiliación del 80% de los asalariados. El sistema nórdico es muy distinto al español, pues allí los acuerdos que son negociados por los sindicatos sólo afectan a sus afiliados, como debería ser aquí en España. Este es uno de los principales problemas del sistema sindical español. Como los acuerdos que negocian los sindicatos se extienden a todos los trabajadores, la mayoría de asalariados prefieren no ser partícipes en las negociaciones y encomendar a los sindicatos su representación. Una labor que se ha institucionalizado, convirtiendo a los viejos dinosaurios mayoritarios en un apéndice más del sistema.

Los sindicatos se debilitan en momentos de bonanza económica y se incapacitan para ejercer su tarea en momentos de crisis, y esto no es nada nuevo, viven una situación “critica”. Donde ya no se les escucha como en antaño.. Otro aspecto a tratar; es el “derecho de huelga ha dejado de tener la importancia que tenía antes, pues de facto desaparece cuando el jefe te dice que si vas a la huelga mañana puedes no volver al día siguiente a tu puesto de trabajo” o bien diversas formas de Ley empresarial que no son legítimas, o lo que es más posible, que el mismo trabajador no secunde la huelga por su avaricia de no perder un día de sueldo; la típica ideología de un Español, el que venga alguien a solucionar mis problemas.

Unas de las críticas que siempre escuchado por parte de compañeros y amistades es la de que los sindicatos no hacen nada por pelear por la clase trabajadora. ¿Y los trabajadores hacemos algo?. Si que es cierto que algunos de los afiliados de los dos grandes dinosaurios se han “acomodado” y se han dedicado más a mantener su estatus de privilegiado que a defender los derechos de los trabajadores, la mala imagen que tienen parte de muchos más factores, incluida una campaña indiscriminada de desprestigio por parte de algunos medios. No obstante, la mala imagen que tienen los sindicatos en el conjunto de la sociedad, viene dada de la propia situación del modelo laboral. “Con la precariedad los trabajadores no tienen una unión eficiente”. Además, hay que apuntar que el 80% de los trabajadores están en pequeñas empresas o grupos de empresa de menos de 50 trabajadores y no conocen sus derechos por lo que su opinión sobre los sindicatos es prácticamente nula. En el sentido de que los trabajadores: “No se puede pensar que van a venir desde fuera a resolverte los problemas, cada uno tiene que preocuparse de sus intereses y no delegar si no pedir lo justo”: “uno solo no hace fuerza , hay que tener unión para ejercer fuerza”.

Respecto a la gente que critica a los sindicatos por los medios de comunicación, redes sociales, “y esto es lo único que sabemos hacer en este país”; deben de saber que como en todos los sitios hay gente que está interesada en ayudar a los demás, no pueden ni deben meter a todos en las mismas críticas.

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Fotos interior noticia: Miguel A. Mata Pardo, foto noticia: Archivo Diario de Transporte