Estamos en una época donde el valor a la palabra dada, el compromiso o el acuerdo, han perdido todo su significado.
Hoy lo que se lleva es el cambio de opinión y no pasa nada, oiga.
¿Recuerdan ustedes la convocatoria de huelga que formalizaron a finales del año pasado los sindicatos CC.OO. y UGT para, de alguna manera presionar a las patronales del transporte a acordar la presentación conjunta de iniciación de un procedimiento de establecimiento de coeficientes reductores para el anticipo de la edad de jubilación de los conductores?
Bien, pues más que por la amenaza de huelga, -porque desde las patronales se considera que determinados conductores, a cierta edad, pueden perder las facultades físicas que se requieren para la realización de su trabajo– se accedió a sentarse a la mesa e iniciar una negociación para ver si se podía llegar a un acuerdo en este delicado asunto que supone, además de un beneficio para el trabajador, un coste añadido en las cotizaciones a la Seguridad Social.
A tal fin se constituyeron dos mesas separadas de negociación, mercancías y viajeros.
Tras la celebración de varias reuniones de estas mesas y las necesarias consultas en el seno de las distintas patronales, por la Confederación Española de Transporte de Mercancías, CETM, organización mayoritaria en este sector, y los sindicatos CC.OO. y UGT, se formalizó en el SIMA (Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje) un acuerdo accediendo a la solicitud de los sindicatos citados.
Dicho acuerdo, estaba vinculado al cumplimiento de determinados requisitos que habrían de cumplirse de manera previa, como el establecimiento de un protocolo para el control por parte del empresario del consumo de alcohol y drogas o los reconocimientos médicos obligatorios, entre otros.
Pues bien, tras varias reuniones entre los firmantes del acuerdo para poner negro sobre blanco los compromisos adquiridos, UGT, uno de los sindicatos firmantes, cambia de opinión y manifiesta que no firma el acuerdo alcanzado hasta que no se publique un nuevo decreto que regulará el procedimiento de solicitud de coeficientes reductores para la jubilación anticipada, pero, además, propone una serie de modificaciones, totalmente inasumibles, en el texto del borrador inicialmente consensuado del protocolo para el control del consumo de alcohol y drogas que lo harían prácticamente inútil y que, además, carga sobre la empresa el proceso de rehabilitación y reinserción del trabajador a su puesto de trabajo.
De alucine, vamos.
Por su parte CC.OO., ante la posición de UGT, ha propuesto a CETM presentar conjuntamente la solicitud de inicio del procedimiento de jubilación anticipada de los conductores, dejando al margen a UGT.
Acceder por parte de CETM a la propuesta de CC.OO., equivaldría a dejar en el aire el resto de lo pactado en el acuerdo y que era condición sine qua non para firmar la solicitud comprometida.
Lo que ahora propone CC.OO. para salvarlo, desvirtúa totalmente el contenido del acuerdo y equivaldría a suponer que desde CETM se renuncia a algo esencial que llevamos reclamando muchos años.
Está claro que no se puede negociar nada con quien no resulta fiable y me refiero en concreto a los representantes de UGT en esta negociación que, por ende, son los mismos que negocian el III Acuerdo General para las empresas de transporte de mercancías que lleva empantanado diez años.
Sean serios y no nos hagan perder el tiempo.
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