¡Europa tenemos un problema!. ”Camionero García”. Opinión

No ha pasado la crisis sanitaria y ya hemos vuelto a la casilla de partida. Pensábamos que como sector esencial se nos iba a empezar a respetar como nunca antes había pasado. Y no es que volvamos a lo mismo de siempre, es que no hemos salido de la situación anterior.

Si después de dar todo Dios su opinión sobre la actualidad del transporte respecto a la crisis del COVID-19, si solo nos recomiendan que no hagamos lo que no tenemos que hacer, si no hay más interés que el de llegar antes para llenar las estanterías, tener la materia prima para producir en las fábricas y además no tenemos más consideración que la voluntad de algún alma caritativa que nos atiende y permite que podamos asearnos o un plato caliente.

Si después de los mensajes que nos han lanzado los cargadores con sus exigencias y los desplantes del gobierno, no hemos aprendido nada y la única solución posible y que se ha tildado de éxito, ha sido una bocinada el viernes a las 12:00, es que no tenemos la credibilidad suficiente para hacer llegar el mensaje a la sociedad, porque al resto de la cadena de suministro y a los gobiernos les causamos la risa.

Si nos levantamos una mañana y leemos que 55.000 compañeros pueden perder el trabajo, después de llevar años diciendo que faltaban conductores, si estamos oyendo que la falta de liquidez y el estrangulamiento económico ahoga a las empresas y sin embargo está aumentando la morosidad en el sector. Si vuelven las restricciones, los peajes, las sanciones y toda la retahíla de normas a las que estamos sometidos y algunas nuevas que se van a imponer, después de utilizarlas y usarnos como un pañuelo de usar y tirar. ¿Cuál es la respuesta?, pues a mi modo de entender, la respuesta es el silencio o la aceptación de la situación.

¿Cómo es posible que un sector estratégico y esencial como el transporte de mercancías por carretera no da una respuesta contundente ante los problemas que está teniendo?

En este caso es el CNTC el que como órgano consultivo y aglutinador de las organizaciones empresariales, el que mande un mensaje donde deje claro al Gobierno y a la sociedad, que de seguir así las cosas, el paro del sector va a ser irremediable, por no decir que estamos abocados a una ruina crónica permanente.

Digo yo que entre tanta cabeza pensante, alguno aportará ideas que puedan se factibles a medio plazo y asegure el futuro del sector y sus empleos. Y como todas tienen que ser refrendadas por la Unión Europea pues podríamos empezar por una política fiscal única y un salario mínimo profesional para el sector que esté en la media de la comunidad que será bastante mayor a muchos de los convenios actuales. Y a esta le tiene que seguir una política inspectora eficiente, equivalente y lo suficientemente dura que no permita ni un solo incumplimiento de las normas, porque ya que tenemos muchas por respetar, pues hagamos que se cumplan.

De nada van a servir las nuevas normas del Paquete de Movilidad, si recortamos los descansos semanales al admitir dos descansos reducidos semanales consecutivos, con la ambigüedad de algunos de sus artículos y a sabiendas que lo de prohibir el descanso semanal normal en la cabina, sabiendo que muchas habitaciones de hotel están peor que nuestras cabinas es, a mi modo de ver, dejar las cosas como están o peor. Por no hablar de la pantomima del cabotaje y la vuelta al país de origen de los camiones, dando más valor a las máquinas que a las personas.

No se está siendo lo suficientemente valiente para entender que la base del sector está situada en la eterna situación de esquivar las normas, dejando vacíos legales en muchas de ellas o haciendo tantas normativas como países hay, lo que nos lleva a una situación de indefensión hacia los abusos y de esto si son responsables los representantes políticos de la Unión Europea que no son capaces de ponerse de acuerdo para combatir el DUMPING social para erradicar de una puñetera vez esta lacra antisocial que vive Europa.

Como hay poca intención de acordar nuevos modelos para el futuro del sector, por las diferencias entre países, sería bueno mentalizarse para sobrevivir en el transporte y aprender idiomas, porque esto lleva camino de que las órdenes nos las den desde Lituania, Rumanía o Hungría, y no nos llevemos las manos a la cabeza, pero quizás las cosas pasen a ser diferentes, que las centrales estén en estos países, más baratos laboralmente hablando y las»» BUZÓN»» en España, Francia o Alemania.

El dinero es el dinero y no entiende de banderas ni fronteras.

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Foto: Archivo Diario de Transporte

 

 

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