Este es nuestro punto de encuentro, la carretera une nuestros destinos, une nuestros sentimientos y nuestra forma de ver la vida. Desde que iniciamos la marcha somos una unidad en movimiento, una fuerza imparable, un sector poderoso. Pero se diluye en personalismos que nos distancia del resto y que amenaza el bienestar del colectivo.
Divide y vencerás que diría el otro, es nuestro mayor enemigo… Donde deberíamos sumar, nosotros restamos. Donde deberíamos multiplicar, nosotros dividimos. Y lo peor de todo, consentimos esas diferencias y vemos como enemigos a quien debiera ser nuestro hermano, amigo o compañero.
Que besamos la mano de quien nos divide, explota y oprime. Toleramos el desprecio y la diferencia y aceptamos la injusticia mirando hacia otro lado. Minusvaloramos nuestro trabajo, rebajamos nuestras expectativas y contribuimos a generar un ambiente negativo que no ayuda a crear una imagen limpia y transparente de un sector que se ve y se siente en el quehacer diario de la sociedad.
¿Es que no vamos a ser capaces de ser una sola voz que se oiga en los foros que correspondan, para dejar claro de una vez que somos un colectivo fuerte que no quiere más que vivir de forma digna y con unos salarios justos y que el desempeño de nuestras funciones no fuesen otras más que el desempeño de nuestra profesión?
Dejemos de mirarnos el ombligo y comencemos a pensar como sector y como colectivo sin desviarnos un ápice de lo que queremos y necesitamos. Porque lo que sea bueno para todos lo será para uno mismo.
Empecemos hoy, porque mañana es tarde, porque la lucha es ardua y los enemigos muchos y poderosos, porque nuestra supervivencia es cosa nuestra y la buena salud del sector pasa por una defensa a ultranza de nuestros derechos laborales y sociales. (Foto de archivo)
Nos vemos en la carretera
Camionero García
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