En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora -aunque deberían ser todos los días- es de justicia rendir un homenaje a la mujer, no solo en todas las facetas de la vida, también en el transporte.
El dia de la mujer trabajadora no debería ser tan solo cada 8 de marzo desde que la ONU estableció este día en 1975, aunque la primera vez que se celebró fuera en 1911. Tendría que ser todos los días del año, en las mismas condiciones de igualdad en todos los sentidos que para los hombres. Sin esa discriminación machista de condiciones laborales y salariales. Deberíamos hablar de personas en el trabajo y en la vida y no diferenciar por sexos.
Mujeres que a diario conducen camiones, o cualquier otro vehículo de transporte con más eficacia y profesionalidad que muchos hombres. Mujeres que en sus casas se encargan, además de las tareas diarias, de todo lo que conlleva la administración del trabajo de sus parejas en la carretera, que permanecen siempre atentas al teléfono ante cualquier incidencia que pueda suceder. En una profesión tan machista, a veces, como es la del transporte, a la que la mujer se ha ido incorporando poco a poco, no debería importarnos el sexo de quien esté al volante. La mujer en esta profesión aporta ese punto de cordura que a veces le falta a este trabajo. Mencionar aquí a todas las mujeres que merecen mi admiración seria un tanto injusto, sencillamente porque correría el riesgo de que alguna se me quedara en el tintero.
Admiro a las que cada día se sientan al volante de un camión dispuestas a realizar sus trabajo, capaces de dar sopas con honda a mas de un “machito»» que se considera el amo de la carretera. Admiro a las que luchan desde hace años por dignificar esta profesión, formando parte de asociaciones y plataformas, dejándolo todo porque la sociedad y los gobernantes tomen conciencia de los problemas que padecemos a diario.
Me quito el sombrero ante aquellas que, aparte del trabajo de amas de casa, están cada día al pie de cañón, codo con codo con sus compañeros en la carretera o enfrentándose con la burocracia. Sufriendo cada vez que se enteran de las trágicas noticias de accidentes en los que está implicado un camión, mirando de reojo las noticias en la televisión, mientras rezan entre dientes.
Así pues en este día y todos los del año deberíamos rendir un merecido homenaje a la mujer y valorar cada día más la importancia que tienen en nuestra profesión. Tener el mismo respeto que tenemos con cualquier compañero para aquellas que, como nosotros, están cada día en la carretera, admiración por las que están en sus casas y todo el apoyo del mundo para las luchadoras. Vaya desde estas lineas mi respeto y mi felicitación. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.
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