Hace unas semanas escribí sobre cómo juegan con las emociones, con los sentimientos y con los símbolos para conseguir simpatías.
Esta es una cuestión que nos sucede a todos, a unos les afecta más, a otros menos, pero es la forma de comunicar más efectiva hoy en día, sólo hay que ver las reacciones que generan las opiniones. Cuando son más técnicas hay menos reacciones y son más seleccionadas, con las emocionales, las reacciones se disparan desde todo tipo de ámbitos.
Dile a la gente lo que quiere oír y repítelo muchas veces. No es necesario que lo dicho se cumpla.
Esto es innegable, es la base de toda comunicación con intención de generar división y por tanto influir en los intereses propios de quién ejerce esta forma de comunicar, a pesar que la comunicación emocional no aporte más allá que la de generar una empatía hacia lo que le interesa al comunicador.
En transporte y para convencer del mensaje de que están por la labor de mejorar las condiciones de los conductores, también hay que poner en la diana a un oponente, en este caso los sindicatos, a sabiendas del rechazo que generan entre los trabajadores del sector. Esto se ha hecho desde uno de esos congresos empresariales a los que nos estamos acostumbrando, donde se dice que están dispuestos a negociar un convenio único nacional, poniendo como base el de la provincia de Barcelona.
Esto se dijo en el congreso de ASTIC celebrado en Sevilla el pasado mes de mayo. Claro que esto es fácil de decir, porque lo difícil es ponerlo en práctica, de hecho no. Sería muy fácil de hacer, sólo hay que ponerse de acuerdo en las fechas y obligarse todo el mundo a lo acordado, porque decirlo lo han dicho, pero del convenio único, lo de las 1800 horas anuales y otros, las patronales no quieren adoptarlo de ninguna de las maneras, aunque saben que la solución pasa por ello.
Pero es mejor poner en la picota a los sindicatos por no acceder a una reducción de las dietas en algunas provincias, como si salir a trabajar durante días sin regresar a casa, fuera barato. Eso sí, para aquellos trabajadores que odian a los sindicatos este mensaje cuaja y la patronal lo sabe. Así es como ganan simpatias.
Pero, preguntada la otra parte, la de los sindicatos, dicen que no hay acuerdo alguno y así llevamos varios años donde la patronal bloquea cualquier avance, a sabiendas de que los cambios deben ser profundos en materia laboral, si se quiere atraer nuevos trabajadores al sector y afrontar con éxito el futuro.
Hay que ser muy corto de mente para aceptar que la parte sindical no quiere pactar, porque hoy por hoy es la patronal la que tiene la pelota en su tejado, solo tiene que mejorar las condiciones sociolaborales de sus trabajadores, empezando por los salarios. Pero no aumentar la cuantía a ingresar en cuenta, que muchos ya lo han hecho, sino las cotizaciones, las horas extras, otras remuneraciones cotizables, nocturnidad, etc. y por supuesto las dietas, poniendo unas cuantías acordes a la realidad económica que vivimos.
No bastan las palabras para quedar bien, hacen falta los hechos y para ello también se deberían cruzar los datos, con unas inspecciones eficaces donde quedara negro sobre blanco de que la transparencia y la legalidad es lo que se pretende para un transporte fuerte y sin conflictos, para afrontar el futuro sin sobresaltos. Porque la paz social en este sector garantiza la cadena de suministros para toda la sociedad.
Claro que no interesa a las patronales las inspecciones y eso amigos, mejor que se quede como está. Como interesa que cualquier negociación se eternice en el tiempo, tiempo que permitirá seguir con esa estrategia suicida hasta que papá estado lo haga por real decreto, porque de llorar a los gobiernos de turno, saben un rato.
Mientras otros ya le están dando vueltas a cómo será el futuro en el transporte, sin tener en cuenta a los trabajadores por mucho que su propaganda diga lo contrario, los avances son muy pocos, lo que deja a las claras, que no hay intención alguna de mejora para los trabajadores del camión.
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