Pues sí. Hoy toca hablar de bonificaciones y de los famosos 20 céntimos…, si, si, esos que el gobierno nos regala a todos nosotros…, ¡Ah, perdón!, ¿nos regala o nos regalamos? Porque claro, el gobierno lo que hace es administrar un dinero que es de todos los ciudadanos, si, si, de todos, aunque ahora alguna organización patronal quiere que todos nosotros les costeamos a ellos una parte de su actividad productiva, por cierto, organizaciones que siempre, cuando las vacas son gordas, claman por la libertad de mercados, económica y que el gobierno no intervenga en en las relaciones ni mercantiles ni laborales.
Imaginemos un momento que mañana la Coca Cola, una de las bebidas más consumidas de este país, sube de precio de forma desmesurada, y además, todas sus rivales hacen lo propio ¿Debe el gobierno dar una subvención a la hostelería para cubrir ese producto o bien debe el hostelero subir los precios de la bebida? ¡Ah!, me diréis alguno, no hagas trampa, porque de la bebida podemos pasar, del gasoil no, efectivamente, pero resulta que tampoco la industria y el comercio de este país pueden pasar de transporte por carretera; nosotros podemos pasar de ir al bar, pero Amazon o Mercadona, o la siderurgia de la esquina, no pueden pasar de los camiones. Así que la cosa es fácil: suban ustedes sus tarifas en función de lo que suben sus costes, pero !Anda la leche!, si resulta que eso ya figura en la legislación.
Si, veréis, el Real Decreto-ley 3/2022, de 1 de marzo, ya recoge que será OBLIGATORIO repercutir la subida de los precios del combustible entre la carga y la descarga de un producto. Repito, es OBLIGATORIO, ¡Ah, que ¿no me creeis? Transcribo literalmente:
«Artículo 38. Revisión del precio del transporte por carretera en función de la variación del precio del combustible».
1.- En los transportes por carretera, cuando el precio del combustible hubiese variado entre el día de celebración del contrato y el momento de realizarse el transporte, el porteador, así como el obligado al pago incrementarán o reducirán, en su caso, el precio inicialmente pactado en la cuantía que resulte de aplicar los criterios o fórmulas que, en cada momento, tenga establecidos la Administración en las correspondientes condiciones generales de contratación del transporte de mercancías por carretera.
La variación respecto del precio inicialmente pactado se reflejará en la factura de manera desglosada, salvo que expresamente se hubiera recogido en el contrato otra forma de reflejar este ajuste. Dichos criterios o fórmulas deberán basarse en la repercusión que la partida de combustible tenga sobre la estructura de costes de los vehículos de transporte de mercancías.»
Si a esto unimos la legislación que impide al transportista trabajar por debajo de sus costes de operación, donde se incluye el combustible como era lógico ¿Para qué necesitan ustedes la subvención de 20 céntimos por litro? Fácil: para rebajar sus precios a los cargadores, en otras palabras, ustedes lo que están pidiendo es que toda la sociedad sufrague sus ofertas. Y eso no es admisible. Y menos en un sector donde el incumplimiento de todo tipo de material laboral está al orden del día,y encontrar una empresa que cumpla un convenio colectivo es misión imposible.
Por supuesto, se puede entender que ante una subida brutal como la experimentada este año, y donde no se da margen a que el transporte, ni nadie, se ponga al dia, se puedan otorgar ayudas de forma limitada, y eso se ha hecho, pero tiene fecha de caducidad, y creo que toca: el que no sea capaz de implementar sus costes a sus servicios, que cierre, lo que no puede pretender es que les mantengamos el negocio entre todos, de la misma manera que el señor que tiene un bar no puede pretender que ante una crisis que le obliga a subir precios, le mantengamos el negocio entre todos. ¿Porque no dar subvención a los restaurantes para que rebajen los menús? Y quien dice este sector puede decir cualquier otro.
Lo que deben hacer en el transporte es ser competitivos, y los que no sean capaces de competir, que cierren, hacen falta conductores ¿No? Pues ya está. De hecho, es justo al revés de lo que ustedes piden: la subvención, de existir algo que cuestionó, debería ser para el común de los ciudadanos, que no pueden en ningún caso repercutir el coste del combustible.
Además, no deja de ser gracioso que organizaciones y profesionales conocidos por su amor al liberalismo y a las ideas conservadoras en lo económico, clamen por pedir medidas «socialistas», toda una paradoja, eso si, lo que no pedirán es aumento de los presupuestos para crear plazas de inspección, que ya sabemos que las inspecciones les hacen perder tiempo. Mejor harían todas esas organizaciones y profesionales en preocuparse de la carencia de conductores ocupándose de los motivos correctos, no pidiendo que les abran las fronteras para traer mano de obra barata, pero eso sí tal ya lo dejamos para otro dia.
¡¡Buena ruta para todos!!
Más artículos de Fernando Guillén. Prohibida su reproducción total o parcial sin la autorización expresa y por escrito del autor o el editor.
Foto de archivo
Se eliminarán los comentarios que contengan insultos o palabras malsonantes.