Matar al camionero García, aunque suene muy fuerte, tiene el sentido de desmontar realidades que se repiten como un deja vu constante en esto del transporte por carretera. Y digo matar a mi seudónimo por ser uno más en esto de opinar, de decir y hablar y que todo quede en nada o en el mejor de los casos, despertar alguna admiración que no va más allá de una cierta empatía con el que escribe.
Llevamos un tiempo en que se difunden verdades del transporte y se vende como actual lo que lleva años sucediendo en el sector, aunque tales verdades no lo sean tanto, o tengan otras derivas a la hora de analizar en profundidad el mensaje.
En algunos casos, con un lenguaje soez y acusativo hacia terceras personas, porque todos sabemos que somos culpables de lo que nos pasa, por consentimiento y por inacción, pero queda mejor si escondemos nuestras miserias y las ponemos en la espalda de otros. Suelen prejuzgar sin analizar y culpabilizan a todo aquello que no beneficia nuestra situación. Y como situaciones en el mundo del camión hay miles y diferentes cada una de ellas, pues lo más normal es legislar para el colectivo y para todo aquello que le afecta, no para los asuntos propios de cada uno.
¡Ya, ya!. Ya se que no es mi problema como te vaya a tí, si a mi me va bien o mal, ni es tu problema lo que yo haga con mi vida, aunque te joda a ti con mi mal hacer. Lo que yo quiero es que mi problema de hoy me lo solucionen y el de mañana, aunque sea diferente y contrario al de hoy…, también. Solucionarlo, ¡coño! que para eso me crujen a impuestos, aunque defraude algún que otro euro en todo aquello que puedo. Personalizo, no vaya a ser que se vaya a pensar alguien que hablo de otros, que aquí “to»» Dios es perfecto, y héroe.
Que dificil debe ser contentar a todos, porque tenemos esa manía de llevarlo todo al yo y al mi. Quizás y una vez conocido el tema como está, pues no estaría demás hacer una reflexión y tomar conciencia de que hacer y hacerlo, pero como tenemos esa manía de personalizar los problemas, reitero, pues mejor vamos por libre para acordar con la empresa, vamos por libre para cumplir las normas y también vamos por libre para, con nuestras acciones cargarnos la colectividad que requiere un sector como el nuestro.
Quién lo sabe, tiene más fácil legislar, solo es poner negro sobre blanco y a cumplir, aderezado todo ello con un baremo de sanciones que parece no mete miedo, porque seguimos mas en buscar la trampa y esquivar la legalidad que en cumplir las reglas de juego y sus normas.
Quizás, digo yo, si me lo permitís, deberíamos pensar en que si hay normas que no nos gustan o coartan nuestra libertad de movimiento o de empeño en el trabajo, pues muy democráticamente actuemos, llevando el asunto donde tiene que ir y para eso, ni hacen falta videos, escritos ni artículos de opinión, para ello hace falta hacer piña, unión y conciencia de grupo o colectivo.
Todo lo demás es palabras, palabras y solo palabras. Qué es lo que hace uno cada semana en estos artículos.
En fin, cada uno vale lo que vale, aunque cada vez más la valía se mide en LIKES y en generación de comentarios, muchos de ellos sin contenido.
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Foto: Archivo Diario de Transporte
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