
¡No encuentro conductor!. Ya no quieren trabajar. Estas eran las palabras que decía ayer uno de los dos comensales, y que no pude evitar oír, en la mesa de al lado mientras cenaba en un restaurante. Imagino que los dos contertulios eran dos empresarios del transporte, al menos eso se desprendía del desarrollo de la conversación.
Puede que ahora me salga el puritano de turno, diciendo que está muy mal eso de escuchar conversaciones ajenas, pero cuando ésta se celebra a poco menos de un metro de donde estás sentado cenando, y en un tono de voz elevado, sencillamente hay que ser sordo para no oírla.
Pero a lo que vamos. Que un empresario diga que no encuentra conductor y que, además añada, que el personal ya no quiere trabajar, suena, sencillamente, a chiste macabro y malo de necesidad. Sobre todo porque, de acuerdo con los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, hay más de 25.000 conductores apuntados en las oficinas del INEM en demanda de empleo.
Mire usted, empresario desconocido: No faltan conductores y los profesionales que están en desempleo, por supuesto que quieren trabajar. Lo que no quieren, por encima de todo, es que les exploten, que les disfracen sueldos con supuestas dietas por kilómetros o por productividad, que les paguen en tiempo y forma los salarios justos que se merecen. Que salgan a la carretera con camiones decentes, no con chatarra que se tiene en pie de milagro, sin tener que andar todo el día con el martillo en la mano cerrando puertas y laterales.
Los conductores profesionales ya se han cansado de tanto abuso por parte de algunos empresarios sin escrúpulos que lo que, en realidad buscan, son esclavos a bajo precio, que digan amén a todo, que callen y sean capaces de aguantar todo lo que les echen encima. Capaces de aguantar semanas y meses sin regresar a sus casas, tirados por áreas de servicio y polígonos industriales como nómadas sin patria. Los conductores quieren ser tratados con dignidad.
Porque me apuesto el brazo derecho a que usted, desconocido empresario, era de los que despreciaba a los conductores españoles hace unos años, cuando públicamente decía que eramos muy caros, que nos habíamos convertido en señoritos que queríamos ganar más que el jefe. Se le llenaba la boca diciendo que por lo que le costaba un conductor español tenia a dos de los países del Este o de Sudamérica. Que esos sí que trabajaban y no protestaban tanto.
Claro que ahora, mire usted por donde, aquellos conductores espabilaron, se dieron cuenta de que les estaban explotando, que abusaban de su necesidad de inmigrantes en país extraño para trabajar. Seguramente, a usted, también alguno de esos conductores, u otros nacionales con nula experiencia, le hizo alguna de las suyas: Desaparición misteriosa de un camión que no ha vuelto a aparecer, desperfectos en el camión de todos tipo, y cualquier otra faena. Con lo que contratar bueno, bonito y barato, como usted creía, resulto ser malo malísimo, muy muy feo y caro carisimo ¿Me equivoco?
Creo que no, a tenor por el desarrollo que estaba teniendo la conversación que mantenía con su colega. Por cierto, me hizo gracia la que le lió ese conductor que tuvo. Tardó más de dos años en dar con la especial habilidad que tenia para robarle el gasóleo del camión y las misteriosas desapariciones ocasionales de mercancía. Después de todo, cada uno tiene lo que se merece y, mal que le pese, termina pagando los abusos y las injusticias que comete con otras personas.
Así que no me venga con el cuento de que no encuentra conductor porque la gente no quiere trabajar. Sencillamente porque los conductores que estamos en la carretera somos personas ante todo, merecemos ser tratados como tal y percibir un salario justo por nuestro trabajo.
No me diga ahora que eso es imposible. Porque no me lo creo. Sencillamente porque yo, como conductor asalariado, considero que recibo un salario justo por mi trabajo, mi empresario me trata con respeto y educación y tiene muy, muy claro, que las empresas son las personas y éstas su mayor capital y como tal tiene que cuidarlo. Yo le correspondo trabajando de la mejor manera que sé, con ilusión y tratando de que todo marche bien, que bastantes problemas nos dan a los profesionales del transporte todos los días aquellas personas que no han visto un camión en su vida.
Por lo tanto, permítame una ultima pregunta: ¿Que pasa, que los camiones de mi jefe no tienen las mismas ruedas que los suyos? Respóndase usted mismo, porque el problema de que no encuentre conductor, no está en que los profesionales no queramos trabajar, está en usted, que no sabe ser empresario, que viene de emprendedor, por cierto. Por lo que, tal vez tendría que plantearse si realmente esto del transporte es para usted o debería dedicarse a la cría del almendruco salvaje y su desarrollo ecológico. Un saludo. Como siempre ¡¡¡¡BUENA RUTA!!!!
(Foto de archivo)



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