
No todos juegan en primera… Es imposible hacer un análisis de costes, es imposible realizar un buen presupuesto cuando las diferencias entre unos y otros son tan dispares.
Mientras hay camiones repostando a 1’27 €/l, otros a 1’05 €/l. Mientras hay gente pagando 127.000 € de una cabeza, otros pagan de esa misma unidad 95.000 €. Mientras en una parte de España el salario es de poco más de 800 € y en otra ronda los 1500 €.
Cuando te puedes encontrar «empresas de transporte» que tienen su propio concesionario de camiones y semiremolques, sus propias gasolineras, sus propias cooperativas de falsos autónomos, incluso su propia ETT, ya no te sorprendes de nada.
Que nos va a sorprender en este país, donde miles de camiones realizan cabotaje ilegal, incurren en competencia desleal, las empresas buzón campan a sus anchas y las matrículas extranjeras trabajan sin pagar un impuesto.
Que se puede esperar de unos funcionarios ineptos e ineficaces, claramente incapaces de realizar las tareas de vigilancia y control por su falta de preparación, su dejadez y falta de interés constatable, su corrupción demostrada y demostrable, sin nombrar, claro, su altanería y chulería ante cualquier reproche.
Es fácil machacar al pequeño empresario, al autónomo y al que depende de un salario. Lo jodido, es perseguir al gran empresario endiosado por los bolsillos que unta y a untado, a ese que se jacta de lo que ha defraudado con la complacencia de algún que otro funcionario.
Si, lo que algunos se han gastado en pilinguis y farlopa… , pero eso no tiene importancia. El problema del transporte son los módulos, el precio de un café con leche y la enorme presión dictatorial de las fuerzas de seguridad. Sin hablar, claro, de eso de descargar con traspaleta, «donde vamos a llegar». Ahora los ingenieros con máster y CAP. Hala… Por lo negro
(Foto de archivo)



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