Sorprende sobremanera como se hacen comentarios, -muchas veces carentes de sentido y cargados de odio y resentimiento-, cuando se hace público un comunicado o una noticia de los sindicatos mayoritarios sobre los coeficientes reductores y la jubilación anticipada de los conductores profesionales. Porque una vez presentada oficialmente la solicitud conjunta de sindicatos y patronal al Gobierno, lo lógico es que siga un procedimiento administrativo, por lo que ahora solo queda esperar a ver como termina.
Pero mientras tanto, hay grupos en las redes sociales, -esas que «carga el diablo» y son un peligro cuando se utilizan únicamente para la polémica y las noticias falsas-, que están impacientes y llaman a la huelga y a otras movilizaciones, pero lo bueno sería saber cuántos de esos conductores que claman a los cuatro vientos por una huelga, estarían de verdad dispuestos a hacerla y plantarse ante sus jefes para decirles que secundan las movilizaciones.
Porque en este país somos muy dados a llenar redes sociales de proclamas envalentonadas, sobre todo cuando muchos demuestran su arrojo sindical desde perfiles falsos, o se les llena la boca llamando el socorrido «comegambas» a los sindicatos, pero no tienen lo que hay que tener para afiliarse para mover del sillón a esos representantes sindicales a los que acusan de «vendidos a la patronal».
Ejemplos de lo anterior tenemos de sobra, basta recordar lo que ocurrió en su momento cuando los sindicatos mayoritarios convocaron una huelga general en el transporte de mercancías por carrerea de la Región de Murcia, un auténtico fracaso que fue el hazmereir del sector y una alegría para la patronal, ya que dió sobradamente la razón a Manuel Pérezcarro Martín, secretario general de Froet cuando dijo aquello de «Los sindicatos no tenéis cojones para hacer una huelga».
En la huelga convocada por CCOO, UGT, ELA y LAB en la Comunidad Foral de Navarra el pasado 23 de noviembre, hubo muchos conductores que la secundaron, aunque fueron muchos más entre los trabajadores y trabajadoras de la logística, un sector laboral de una gran importancia en esa comunidad autónoma y con mucha fuerza. Ahora hace falta saber cómo será el seguimiento en los días de huelga convocados para este mes de diciembre.
Sorprende sobremanera que en un momento en el que está demostrado que hacen falta miles de conductores profesionales, no haya lo que tiene que haber para que las convocatorias de huelgas no tengan un seguimiento total, aunque mucho más sorprende que todavía haya conductores llorando por las redes sociales que les obligan a hacer 15 horas de disponibilidad o a p0ner descanso en el tacógrafo mientras cargan y descargan, auto llamándose «esclavos», como si estuvieran condenados a trabajos forzados, mientras hay quien les llama públicamente «plañideras» con tono de burla, porque solo demuestran que no tienen lo que tienen que tener para hacer valer sus derechos o mandar a tomar vientos a los empresarios que les explotan.
Pero lo que más me sorprende es que aquellos que tanto se quejan y lamentan públicamente de su situación, cuando se les ofrece dar la cara en los podcast de Diario de Transporte nadie se atreve y todo son excusas, les falta lo que hay que tener, quizá el miedo a exponerse públicamente en un medio de comunicación sea su mayor complejo, muy diferente a como han hecho en esos podcast conductores del transporte público de viajeros, que no han dudado lo más mínimo en denunciar sin pelos en la lengua con nombres y apellidos a empresas. Una muestra más que deja claro porqué los conductores profesionales del transporte público de viajeros están mucho más unidos y tienen una conciencia de clase muy superior a los del transporte de mercancías por carretera. Dolorosa y triste realidad.
Eso sí, no dudan en utilizar las redes sociales para lamentarse que los medios de comunicación no se acuerdan de ellos, pero comparten la información sesgada y sensacionalista de medios generalistas que confunden siempres conductores profesionales con transportistas autónomos, buscando únicamente con titulares llamativos más lectores con esa constante «falta de miles de conductores», pero exponerse para denunciar la realidad de su situación, es como suele decirse «harina de otro costal».
Claro que, el miedo es libre, y cada cual es el único responsable de su propia situación, pero sorprenden muchas situaciones que no dudan en hacerse públicas, cuando hay una escasez real de conductores profesionales, por mucho que haya «gurús de las noticias falsas», que lo nieguen, y si hay casi 90.000 conductores con los permisos de conducir apuntados en el SEPE, que no quieren volver a la profesión, por algo será.
Los empresarios deben hacérselo mirar desde hace mucho tiempo, porque si no encuentran conductores para sus vehículos, la única solución es pagar sueldos justos, cumplir los convenios colectivos, renovar los muchos que están desfasados y cuidar a sus trabajadores que son el capital principal de sus empresas, porque, de lo contrario están abocados al cierre o a la venta de sus empresas a multinacionales en manos de fondos de inversión, algo que estamos viendo cada día más en España y en Europa.
Por lo tanto, menos lloros y auto lamentos en redes sociales y más de lo que hay que tener, más solidaridad y apoyo a los sindicatos, que son los únicos que pueden hacer una huelga en el transporte de mercancías por carretera. Menos mirarse constantemente el ombligo y lamerse las heridas y más de eso que se denomina «conciencia de clase», porque si los conductores profesionales no son capaces de unirse y luchar por sus derechos, evidentemente nadie lo va a hacer por ellos.
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