Hace muchos años ya que hay mujeres al volante de camiones y autobuses, aunque ahora parece alguna novedad para algunas personas, sobre todo, en estos dos últimos años, cuando ha saltado la alarma de la falta de conductores profesionales, tanto en el transporte de mercancías por carretera, como en el de viajeros.
Ahora se debate sobre si las mujeres necesitan más visibilidad, sobre la necesidad de que se incorporen más mujeres a la profesión, se incremente la seguridad en los aparcamientos y se de una mejor cobertura de servicios de calidad, no solo para los hombres, también para las mujeres. Pero esto de la visibilidad a mi, sinceramente, me suena más a una campaña de marketing que a otra cosa.
Las mujeres lo que de verdad necesitan es ser tratadas por igual que los hombres en la profesión, con salarios justos y condiciones de trabajo más humanas, que les permitan, al igual que los hombres, de tener una mejor conciliación personal y familiar, en lugar de pasar tantos dias y semanas tiradas por esas carreteras de Dios, mal durmiendo, con un ojo abierto, atentas a lo amigos de lo ajeno, por lo que es más necesario que nunca y más imperioso, la existencia real, como decía antes, de áreas de aparcamiento y servicio seguras, con todos los servicios.
Alla por los 90 conocía yo, al tenerla por compañera, a la primera mujer camionera, la gran Nadine, que en nada tenía que envidiar al mejor de los hombres al volante de un camión, solo había que verla con qué destreza montaba y desmontaba aquellas plataformas de arquillos, incluso con heladas de varios grados bajo cero en los frios inviernos alemanes.
Algo que muchos que ahora van de «machitos» y ·»reyes» de la carretera serían incapaces de hacer, era mucha mujer, tanto como camionera, como compañera, tanto para el trabajo como para los momentos de celebrar en compañía de los hombres cualquier comida, cena o celebración de empresa. Todavía tengo fresco en la memoria, como si acabara de ocurrir, la patada que le dió en los testículos a un camionero murciano que se quiso pasar de listo.
Después he tenido la suerte de que se cruzaran en mi vida otras grandes camioneras, como mi admirada Begoña Urmeneta, la «Camionera Metalera», Ainhoa que hace cada dia un trabajo muy duro al que se niegan sus compañeros, cargando en el camión a mano muchas ruedas, llueva, nieve o haga calor, una mujer con un par de ovarios bien puestos, que no se amedrenta ante nada, ni ante nadie.
Mujeres com la polaca Iwona Blecharczyk que a parte de influencer y youtuber con cientos de miles de seguidores, donde muestra su trabajo diario con el camión por Europa, también ha recogido miles de testimonios de camioneros y camioneras para llevar una petición ante el Parlamento Europeo en Bruselas, reclamando áreas de servicio seguras con todos los servicios para las mujeres y hombres que están a diario en la carretera.
También he conocido y conozco muchas más, al volante de camiones y autobuses, todas ellas admirables y grandes profesionales, por lo que citarlas a todas aquí haría la lista interminable y seguro que se me olvidaba alguna, asi que se den todas por citadas.
Asi que, sinceramente considero que, eso de darle visibilidad a las mujeres en el transporte, está muy bien como campañas de marketing, pero lo que de verdad necesitan las mujeres que conducen camiones, autobuses o taxis, es que se las trate con la misma dignidad y profesionalidad que merecen también los hombres, que se les paguen sueldos dignos y que sean tratadas por cargadores, empresas y sociedad con justicia e igualdad, lejos, por supuesto, de esos planteamientos machistas y retrógrados de quienes no arrastran en sus desgraciadas mentes más que traumas y frustraciones. Esta es sinceramente mi opinión, acertada o equivocada, pero es lo que pienso.
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