Respecto a la presión psicológica que sufren los camioneros, todos identificamos fácilmente cualquier tipo de maltrato físico y rechazamos ese tipo de violencia tanto dirigida a un animal, a un menor, como a cualquier persona en estado de indefensión frente al maltratador.
Pero hay un tipo de presión o maltrato, que aunque no sea físico, acarrea graves consecuencias y en ocasiones está tan bien camuflado que es difícil demostrar. Me refiero al maltrato o presión psicológica, y más concretamente, el que demasiadas veces se sufre en el transporte.
En un sector donde, según dicen, faltan profesionales, parece mentira que se sigan dando las mejores condiciones para que unos no quieran entrar y otros muchos se vayan a la primera oportunidad. La máxima presión bajo amenazas que tenemos que sufrir encima de un camión, raya lo inhumano en demasiadas ocasiones.
Esta presión llega a límites insospechados ignorando el riesgo que conlleva para nuestra salud mental (estrés, ataques de ansiedad, depresión, desmotivación..) y física (infartos, anginas de pecho, úlceras, accidentes…) y por supuesto, el riesgo que supone conducir en estas condiciones para el resto de usuarios de las carreteras.
Frases como:
. “Haz lo que quieras pero tienes que llegar»»
. “No pares que el cliente cierra»»
. “Todos lo hacen/llegan»»
. “Si tienes un roce o accidente pagas tú los daños»»
. “ Irás a casa cuando se pueda»»
. “Tienes que cargar/descargar tú, que el cliente lo pide así»»
. “ No te entretengas que van más compañeros detrás tuya»»
. “¿Que no sabes usar el minuto?»»
No se nos pide, si no que se nos exige bajo amenaza de despido, que sobrepasemos los límites aceptables.
Se nos oculta información que hubiera facilitado poder organizarnos el viaje en mejores condiciones.
No se nos pide opinión sobre cómo hacer el recorrido cuando, supuestamente, somos nosotros los profesionales y algo debemos saber de cómo hacerlo mejor según nuestra experiencia.
Lo podéis llamar abuso de poder, abuso de autoridad o como más os guste, pero para mí es maltrato en el trabajo. Un maltrato psicológico que se acentúa aún más en los tiempos de crisis, cuando hay poco trabajo, cuando un chófer tiene que elegir entre su dignidad y salud o dar de comer a su familia. Y de ello se aprovechan muchos de nuestros jefes.
Ha sido siempre así y creo que seguirá siéndolo porque si algo NO hay en este sector es UNIÓN de los conductores para solucionar los graves problemas que tenemos. La solución está en nuestras manos pero, dudo mucho, que hagamos algo al respecto.
Espero estar equivocada.
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Foto: Consuelo Chambó
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