Hoy se cumple un año del asesinato de Jesús Madrigal Burgos y su muerte cruel no debe quedar en el olvido. Porque aquél fatídico 4 de junio de 2015 se mato tambien algo de todos los que estamos en la carretera. Por eso deberíamos pelear entre todos porque este día se declarara el dia del camionero, para que nunca jamás se vuelva a producir ninguna muerte injusta y para que el crimen de Jesús reciba la justicia que se merece.
Aquel maldito día todos los profesionales de la carretera y las personas de bien sentimos una profunda indignación, nunca llegaremos a entender cómo alguien es capaz de terminar con la vida de una persona por una simple discusión de tráfico o por cualquiera que fueran las causas que llevaron al autor del crimen a disparar su arma. La solidaridad y las muestras de condolencia de los compañeros de la carretera fueron cientos de miles. Para muchos de nosotros ese fatídico día nunca caerá en el olvido y tendremos que seguir reclamando justicia. Por mucho que despues se le tratara injustamente, incluso, condenando a la empresa por la Inspeccion de Trabajo con una multa de 2046 euros.
Es lamentable que los profesionales del transporte continuemos siendo la pieza más débil de la cadena, tratados en multitud de ocasiones más como delincuentes que como personas honradas que salen todos los días a las carreteras a ganarse el pan con mucho esfuerzo. Por esa razón debemos seguir luchando entre todos por dignificar de una vez por todas esta profesión. Una profesión que amamos, por mucho que a veces la odiemos. Pero el gasóleo corre por nuestras venas y el camión se convierte en la parte más importante de nuestras vidas.
Hoy 4 de junio todos debemos guardar unos minutos de silencio en memoria del compañero Jesús Madrigal Burgos y despues reflexionar para que seamos capaces de conseguir esa dignidad perdida y el respeto de una sociedad que casi siempre nos ignora, porque está muy cómoda en sus status, mientras no le falta de nada en las estanterías de los supermercados, en las de las tiendas o tienen la materia prima en sus fábricas.
Incluso se permiten la osadía de apartarnos de su camino cuando deciden restringir el tráfico de camiones para que el resto puedan viajar tranquilamente por las carreteras. Como si nosotros fuéramos ciudadanos de segunda y no tuviéramos familias a las que ver, ni casas en las que descansar despues de muchos días -incluso meses- alejados de ellas, malviviendo en las cabinas, mal comiendo y mal durmiendo para poder hacer nuestro trabajo.
¿Cuántas muertes de compañeros tienen que seguir llenando las estadísticas para que seamos tenidos en cuenta como personas normales? Muertes que -para colmo- son tratadas como accidentes de tráfico cuando son accidentes laborales. Somos la profesión que más controles sufre, las más regulada. La que tiene que estar continuamente renovando carnets y permisos. Multados por pasarnos unos minutos de nuestras jornadas de trabajo, cuando, ademas, son muy superiores a las del resto de los ciudadanos. Apartados de las carreteras como estorbos sin poder llegar a nuestras casas. Por eso este 4 de junio, cuando se cumple un año del asesinato de Jesús Madrigal Burgos, ahora más que nunca, su muerte no puede quedar en el olvido. ¡¡¡BUENA RUTA!!!.
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