Parece que por fin las autoridades van a ponerse serios con las trampas de tacógrafo, aunque una vez más dan palos de ciego y siguen sin ir al origen del problema, las empresas.
No me parece mal que se castiguen estas trampas con penas de cárcel al chófer siempre y cuando él sea participe en ellas, pero en el 90% de los casos esto se hace por obligación, es decir: «O pones el imán o te buscas otra empresa».
No estoy justificando a quien lo hace, siempre he tenido claro que del paro se sale, pero si te matas por ir pasado de horas, del cementerio no.
Creo que una buena solución sería aparte de esta, el empezar a retirar tarjetas de transporte a aquellas empresas reincidentes, más que nada, porque este tipo de empresas tienen asumido que somos un tornillo más del camión y si un chófer va a la cárcel ponen otro en su sitio y a correr.
Recuerdo a un empresario muy famoso en Vigo cuya frase favorita era: «Tengo 100 camiones, aunque 10 trabajen para pagar multas, los otros 90 me trabajan como 180» .
Me hizo gracia el otro día en la presentación de esta medida, cuando el Fiscal General asignado a Tráfico, achacaba la siniestralidad en el sector al uso de trampas, estaría bien que empezarán también a controlar porque los chóferes en vez de descansar una vez en destino, tenemos que actuar de mozos de almacén y carristas, en plataformas de alimentación, empresas de paquetería etc.. y ya de paso si la inspección de trabajo cruzara las nóminas de los asalariados con las horas trabajadas.
Tampoco estaría mal, no porque vayamos a ganar más, si no porque siempre he tenido claro que aquí se hacen jornadas tan largas porque las horas de los chóferes son gratis, si se cobraran otro gallo cantaría.
Siempre he estado en contra de las trampas, ni para trabajar, ni para llegar a casa, pero de verdad ¿Alguien se cree que un chófer por su cuenta y riesgo va a llevar un camión al taller a modificar el software?, ¿A poner una tecla o que se vaya a gastar su dinero en un imán, un pendrive, etc..?
No sé, pero me da la impresión de que al final la ostia siempre la llevamos los mismos.
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Foto: Archivo Diario de Transporte
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