Al correo electrónico de los lectores, nos ha llegado la interesantísima opinión de un lector, que deja muy claro qué es el transporte, los asalariados y los sindicatos que reproducimos en su integridad a continuación:
«Soy profesional del volante, asalariado, desde hace 20 años. Cuesta trabajo encontrar una situación peor en ese tiempo que la actual, si hablamos con profesionales de mucha mas trayectoria, me imagino que verán los tiempos actuales como una degradación máxima de la profesión.
He leído muchos artículos, opiniones, seguido debates, sobre diferentes problemáticas que nos afectan. Lamentablemente, la mayoría de estas opiniones y debates se sostienen en preceptos falsos, no por mala fe, si no por un profundo desconocimiento de la ley, la laboral, principalmente, y también, aunque en menor medida, del reglamento de conducción. Pero lo que mas me alarma, es como determinados mantras trabajados desde los sindicatos empresariales, las asociaciones de empresarios que no dejan de ser otra cosa que sindicatos de los empresarios, se han comprado por parte de los conductores asalariados.
Vamos por partes:
La mayor parte de nuestros problemas se circunscribe a uno solo: El total incumplimiento de la practica totalidad de las empresas de transporte de mercancías por carretera de este país de los convenios colectivos firmados por ellos mismos a través de sus representantes. Este incumplimiento es posible por varias razones, la mas importante de ellas es la baja afiliación sindical que existe en el sector que imposibilita el que existan Comités de Empresa que velen por el cumplimiento de esos convenios, en el mejor de los casos existen comités Ad Hoc nombrados prácticamente a dedo por el empresario y conformados por personal de oficinas.
Otra de las causas importantes es que el sector esta diluido en microempresas y pequeñas empresas de muy difícil control y donde no existe siquiera la obligación de un comité de empresa. A todo esto, se une la casi imposibilidad real de controlar de forma efectiva por los servicios de inspección laboral nuestra actividad real, y es que es complicado controlar la actividad de personas que no tienen un punto fijo de trabajo, ni un horario de entrada determinado. Cierto que tenemos un tacografo, pero allí va la primera nota: los inspectores de trabajo no pueden leer los datos del tacografo, no tienen como hacerlo, y los inspectores de transporte, que son los que si pueden leerlos e interpretarlos, no tienen funciones laborales, por lo que sus datos no son validos en una acción de inspección laboral. Esto lo saben los empresarios, desde luego, quien no lo sabe son los asalariados.
Bueno, pues vamos a ver como se afrontaría todo esto:
Lo primero es la sindicación. El mantra al que antes me refería es aquel de que los sindicatos te venden al mismo tiempo que comen marisco. Existen mil historias repetidas una y otra vez que llega un momento que parecen reales, la triste realidad es que no lo son. Cuando una persona se sindica, automáticamente va a tener cubierto su abogado y procurador y este es el principal motivo por el que una empresa no tiene interés en que estemos sindicatos: Sencillamente si tenemos que reclamar, no tenemos que desembolsar nada, esta cubierto, y por tanto, nada tenemos que perder… pero si no estamos sindicados, y nos vamos a un abogado laboralista, que nos dice que primero hay que aprovisionar 700, o 1000 euros, entonces la cosa cambia. Desde luego queda la posibilidad de acudir a un turno de oficio, que siempre se concede en la vía social, pero claro, presenta papeles, ten tiempo para ello y no reclamamos y esto, repito, lo saben los empresarios. De ahí las leyendas.
Desde luego, un sindicato no soluciona los problemas del transporte porque te afilies, sencillamente te defiende a ti, como afiliado, cuando procede ¿Cuándo puede el sindicato actuar para defender al colectivo?, cuando ese sindicato puede usar al colectivo como fuente de presión ante el empresario, y para ello tienen que tener un numero considerable de afiliados que estén dispuestos a parar cuando el sindicato lo pida, y eso, a día de hoy, no existe, por eso no pueden hacer nada: no tienen ninguna capacidad de presión, no tienen posibilidad alguna de organizar un paro, y los empresarios conocen esa situación. Tampoco tienen posibilidad alguna de obtener representación en los comités de empresa por lo que tampoco pueden velar por el cumplimiento del Convenio Colectivo de turno.
La tontearía de que los sindicatos te venden es absurda
Corresponde a preceptos puramente ideológicos, y se basan en un enorme desconocimiento: Un sindicato puede negociar grandes pautas a nivel estatal, pero esos señores que negocian a ese nivel no te representan a ti, en realidad, los que te van a defender y representar son tus responsables comarcales, locales, los abogados de tu ciudad que tienen acuerdos con el sindicato, y no el Secretario General.
Seamos, claros, lo que molesta es pagar la cuota. Lo demas no son mas que excusas de mal pagador. Y también, miedo. En esta profesión cada uno va a lo suyo y alguno es tan tonto que se cree que puede negociar con el empresario, es lamentable, pero es así.
Por tanto, aclaremos algo:
Si queremos conseguir alguna meta, tendremos que organizarnos, y la única vía para hacerlo es la sindicación, tener capacidad de defendernos, que las empresas lo sepan, y por tanto, de organizarnos para cualquier acción, incluido el paro. Con un numero elevado de sindicados, las empresas se enfrentarían a Comités de Empresa conformados de forma independiente, y entonces, si o si, tendrían que atenerse a los convenios firmados, y entonces se empezarían a solucionar muchas cosas. Cierto, se seguirían produciendo casos concretos, situaciones de ambición personal, gente que se vende, pero infinitamente menos que ahora.
Os pongo un ejemplo:
¿Cuántos de vosotros sabéis que la muerte por infarto, por ejemplo, en la cabina del camion cuando uno esta descansando es considerado accidente laboral? Eso significa que hay que pagar la indemnización correspondiente, y es mucha pasta, y el seguro, otro montón de pasta, además de que la Pension que le queda a viuda e hijos, de existir, es mayor, pues que sepáis que la mayoría de empresas no lo reconocen como tal y yo personalmente he tenido que intervenir dos veces, y llegar en una ocasión al Tribunal Superior de Justicia de una Comunidad Autónoma porque la empresa, y al Mutua, se negaban a reconocer esa situación.
Perdieron, claro. En ambos casos, al carecer estas personas de cobertura sindical, tramite la asignación de abogado de oficio, pero me pregunto que sucede con las decenas de fallecimientos que por esta causa se producen cada año, parece que las familias tienen que estar agradecidas por repartir los cuerpos al domicilio de la familia, cuando la ley les obliga a ello, no lo hacen de favor, están obligados en la mayoría de los casos, y se les puede obligar, si se niegan, con un sencillo requerimiento ¿Por qué se todo esto?¿Porque me gradué en Derecho? No, porque llevo 15 años sindicado.
Otro tema es la inspección:
Como hemos dicho antes, el tacografo esta reconocido como un instrumento de medida para nuestra actividad laboral, pero al no tener los inspectores laborales capacidad para leerlo e interpretarlo, la única vía que tenemos es usar el tacografo de forma efectiva y real en funcion de nuestro trabajo, y dirigirnos al sindicato al que estamos afiliado para descargar la tarjeta cada mes. En caso de conflicto, el sindicato suele tener peritos que interpretan los datos y los certifican y se gana casi siempre, yo he ganado ya en 4 ocasiones de 4 presentadas
Lo que no va a pasar es que los inspectores se presenten en la cabina de tu camion. La inspección de trabajo trabaja con horario de oficina y de funcionario, olvidaros de las leyendas de «ya veras si los denuncio«, porque eso no va así: por mucho que denuncies, si no hay pruebas, conforme a la ley y no conforme a lo que puedas pensar tu que es una prueba, no sirve de nada, y las empresas no son idiotas, cualquier acción inspectora la tienen prevista.
Hace poco, en un articulo, decía un compañero, Juan Novoa, que solo se hacia caso a lo que los empresarios demandaban, desde las altas instancias. Lógico. Son los únicos claramente representados, y por tanto con capacidad de hacer presión, los asalariados no estamos representados, y por tanto nuestra capacidad de presión es nula, y esto es absolutamente clave para un político, el daño que se pueda hacer, y sabe que si no hace caso de los empresarios estos pueden causarle un problema de narices, y sin embargo los conductores asalariados no importan para nada porque sabe que nada pueden hacer.
Por tanto, cualquier acción que pretendamos en el transporte pasa por una sola cosa: La unión, y dicha unión pasa por algo tan sencillo como la sindicación masiva, y a partir de ese momento podremos empezar a cambiar algo desde el sector de conductores asalariados, mientras tanto, mientras nos quejemos en foros, bares y por el móvil nada va a cambiar, todo ira a peor, e incluso se dará la paradoja de que existiendo pocos conductores, existiendo demanda de los mismos, cada vez las condiciones sean peores en todos los sentidos.
Y pensar algo:
Muchas empresas controlan las redes sociales de sus conductores, sobre todo los mas «problemáticos», al punto de que la gente ya no puede firmar sus opiniones con nombre y apellidos si es asalariado por miedo a las represalias ¿No os dais cuenta de que este es el síntoma más claro del miedo que tienen a que podamos organizarnos? ¡Buena ruta!».
Un artículo de opinión de Fernando Guillén, enviado al correo electrónico: lectores@diariodetransporte.com Si quieres que publiquemos tu opinión envía el tuyo al correo electrónico y lo publicaremos.
Foto: Archivo Diario de Transporte
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